Becas de los mexicanos en el exterior cambian la vida a niños de Tepito

Una beca acerca a los jóvenes y niños de México y a los hijos de mexicanos en EEUU al gimnasio y se extiende a la Ciudad de México, Acapulco, e Illinois , en EEUU

MÉXICO.- Hace tiempo que Kevin Ambrís, de 15 años, mira drogarse a sus compañeros de preparatoria en el conflictivo barrio de Tepito. “Fuman marihuana a escondidas en el baño, pero yo no les hago caso y ellos ya no insisten”, cuenta poco después de quitarse los guantes de boxeo en el Gimnasio Morelos, donde una beca le ayuda a mantenerse en el deportivo.

Es una beca muy particular. Un convenio del Instituto para los Mexicanos en el Exterior (IME), el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y el consulado de Chicago que lleva el nombre de “Boxeando sin Fronteras; Two Nation, One Dream”.

Busca acercar al deporte a 142 jóvenes hijos de mexicanos en EEUU y sus comunidades de origen en la Ciudad de México (Tepito y Azcapotzalco), Guerrero (Acapulco) e Illinois (Chicago). “Esto va a cambiar la vida de muchos niños en las comunidades en ambos lados de la frontera”, afirma Mauricio Suliman, presidente del CMB en entrevista con este diario. “Esperamos pronto llevarlo a otras ciudades de México y Estados Unidos con apoyo de otros consulados”.

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Alma González, entrenadora de los niños becados por el IME. Foto: Gardenia Mendoza/Impremedia
Alma González, entrenadora de los niños becados por el IME. Foto: Gardenia Mendoza/Impremedia

Son las 4:00 de la tarde y ya la mayoría de los 40 muchachos becados en Tepito se encuentran en entrenamiento. Algunos hacen estiramiento, otros corren; ya se encuentran en el ring o se colocan los guantes.

Ambrís golpea una pera con fuerza: es su sueño ser boxeador y campeón como muchos otros tepiteños, como José Medel, “El Huitlacoche”; Rubén “El Púas” Olivares; Octavio “Famoso” Gómez o Raúl “El Ratón” Macías.

A mediados de octubre y durante una semana los estuvo entrenado el cuatro veces campeón mundial Román “Chocolatito” González además de los excampeones Cesar Bazán y José Antonio JaguarAguirre. “Fue como un sueño”, describe Ambrís, cuyos héroes de adolescente se mueven siempre en un ring de boxeo no sobre escenarios de música. Mucho menos de política, dice.

“El boxeo me motiva a alejarme de todo lo malo que hay a mi alrededor: afuera de la casa, en las calles, en la escuela: vivir en Tepito y permanecer alejado de las pandillitas, las drogas, los robos, las peleas no es fácil”, agrega el muchacho.

Tábatha, la joven boxeadora de Tepito enfrenta a un adversario. Foto: Gardenia Mendoza/Impremedia
Tábatha, la joven boxeadora de Tepito enfrenta a un adversario. Foto: Gardenia Mendoza/Impremedia

De alguna manera, boxear es un mecanismo de supervivencia. Así se los hace ver la entrenadora Alma González, de 51 años, y una de las primeras mujeres pugilistas de México, también oriunda del barrio. “No es malo aprender a defenderse de la comunidad, de hecho, muchos padres los inscriben aquí para eso, pero lo importante es que sepan cuándo hacerlo y cuándo no”.

Tábatha Fabián, de ocho años, lo ha aprendido poco a poco: poca fuerza, mucha cabeza. “No abuses”, le grita la entrenadora González mientras Tábatha va para arriba con la derecha y la izquierda contra un compañero que solo alcanza a taparse la cara.

Al centro, Tábatha Fabián, una de las niñas becadas de Tepito. Foto: Gardenia Mendoza/Impremedia
Al centro, Tábatha Fabián, una de las niñas becadas de Tepito. Foto: Gardenia Mendoza/Impremedia

Es la más joven del grupo de becados y le echa muchas ganas porque ya se dio cuenta que con el entrenamiento diario bajó de peso. “La nutrióloga le recomendó hacer un deporte porque ya tenía principios de obesidad”, cuenta la madre, Blanca Montes de Oca. “Intentó con otros deportes pero se entusiasmó mucho con el box porque su papá ve las peleas”.

Uno de los niños becados por el IME. Foto: Gardenia Mendoza/Impremedia
Uno de los niños becados por el IME. Foto: Gardenia Mendoza/Impremedia

Blanca, como muchos otros padres y jóvenes del grupo de boxeadores, han encontrado en el deporte una razón para distanciarse de los malos hábitos de su entorno.

“Se trata de aceptar que hay un problema en el que no van a caer: mi hija, por ejemplo, reconoce que el patio de la vecindad se fuma marihuana, sabe a qué huele y hasta le provoca nauseas porque es una niña sana y así queremos que se mantenga”.

La beca del IME apoyará por un año para que los jóvenes no paguen el gimnasio. “También deben hacer seis actos comunitarios para que participan con la comunidad, pinten casas y ese tipo de servicios sociales; tienen pláticas motivacionales con temas que van del bulling a la prevención de enfermedades venéreas”, precisa Suliman, del CMB. “El boxeo siempre ayuda a los jóvenes a acercarse al deporte porque cuando ven a un mexicano sobre el ring se sabe que hay muchas posibilidades de éxito”.

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