“Trump tiene razón, el TLC se debe renegociar”, dicen campesinos mexicanos
El tema es una de las principales preocupaciones del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto
MÉXICO – Durante 22 años y cada uno de los días de éstos -dicen pequeños agricultores- el campo mexicano “ha querido que se haga una renegociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN)”.
Para lograrlo, marcharon desde 1994 una y otra vez en protestas callejeras, tomaron la Secretaría de Agricultura, dieron conferencias de prensa, tiraron productos que no podían vender ante las cámaras de televisión y finalmente, sin éxito, emigraron a Estados Unidos.
“Las autoridades mexicanas nunca han querido escucharnos, mejor Donald Trump escuchó las quejas de los estadounidenses que se están quejando del TLCAN”, lamenta ante este diario Víctor Suárez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas del Campo. “El TLCN se tiene que renegociar: el saldo es un desastre para la gente más pobre”.
Seis millones de indocumentados emigraron del campo, según sus cálculos de organizaciones campesinas, con el respectivo daño del abandono: insuficiencia alimentaria, mala calidad de la alimentación y un 70% de pobreza en el sector primario.
“Los campesinos empezaron a irse para sobrevivir porque no podían vender sus productos por la saturación de los mercados o porque de Estados Unidos los mandan con menor precio gracias a los subsididos que aquí han quitado poco a poco o porque las grandes empresas exportadoras comenzaron a comprar barato a los campesinos para vender ellos en dólares”, precisa Julio Cervantes, de la Central Campesina Cardenista.
Desde la óptica oficial, el TLCAN tiene otras mediciones que han beneficiado al campo con un ingreso anual de alrededor de 1,000 millones de dólares. Por ejemplo, cita la Secretaría de Agricultura: gracias a las exportaciones México ocupa hoy el primer lugar en la producción de aguacate; el segundo, en chile verde, jitomate y limón y el tercero en pimientos y pepinos.
En contra parte, los pequeños productores afirman que ese capital se ha concentrado en un puñado de empresas trasnacionales o nacionales abusivas que concentran la producción pagándoles migajas y dañando el medio ambiente. “Toman agua en grandes cantidades, se quedan con tierras expropiadas que les regalan funcionarios corruptos: el mismo Donald Trump si se mete en el tema se dará cuenta de cuánto daño han hecho sus paisanos empresarios en México y el mundo”, advierte Cervantes.
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- ¿Está de acuerdo en que se haga una renegociación del TLCAN?
- Por supuesto. Lo que hace falta es una alianza entre campesinos y gobierno aquí para que consumamos nuestros propios productos frescos y dejemos de alimentarnos mal con productos procesados e importados: somos ya líderes en obesidad.
Otro asunto con el que han tenido que lidiar los campesinos frente a sus pares estadounidenses es el tema del salario. “Los empresarios mexicanos para competir con los de allá nos dan salarios de hambre y así no hay quien viva a gusto y no piense en irse”, dice Fidel Sánchez, vocero de los jornaleros de San Quintín, quien desde hace un par de años mantienen una lucha por sus beneficios sociales. “Aquí no nos dan ni seguro médico, ¿cómo vamos a tener un TLCAN tan desventajoso para los que hacen el trabajo?”.