Columna Combate: ¿Cómo le fue al boxeo en 2016?
Bien, gracias.
Aunque la pregunta más obvia debe ser cómo le fue a los promotores y en función de esa respuesta poner las luces largas para ver cómo le fue los boxeadores.
A ellos les fue mal.
Fue un primer semestre de sombras en que tanto Top Rank como Golden Boy Promotions esperaron de manera estratégica para ver la siguiente movida Al Haymon, quien desde su aparición había alterado los códigos del negocio y amenazaba con ponerlo todo patas arriba.
Por eso nos dieron peleas pobrísimas y salvo Manny Pacquiao contra Tim Bradley nos quedó un sabor a poco con las carteleras que llenaron el mercado ese primer semestre.
Luego se tuvo más claro el alcance de Haymon y su Premier Boxing Champions (PBC) y apareció en la escena Richard Schaefer a mitad de año con RingStars Sports y así Top Rank y Golden Boy tuvieron apuestas más claras. Eso sí, mantuvieron sus demandas millonarias a fondo contra PBC.
Fue tan crítico todo esto que una gran cantidad de peleadores importantes se quedaron con una pelea en el año, cuando lo ideal en lo deportivo es pelear dos veces y en lo económico hacer incluso tres combates.
Grandes nombres con una sola pelea: Danny García, Abner Mares, Keith Thurman, Leo Santa Cruz, Carl Frampton, Amir Khan, Shawn Porter, Mikey García y un etcétera larguísimo pelearon una sola vez, para salvar los gastos.
Cotto no peleó por estar atado a Roc Nation del músico Jay Z, que no le dio juego.
En la contra cara del tema los que están fuera de los tres grandes promotores si entraron en acción y facturaron.
Gennady Golovkin, de K2, tuvo dos combates y ‘Chocolatito’ González de la misma empresa también peleó dos veces.
Caso especial el ‘Canelo’ Álvarez que peleó dos veces aunque una de ellas ante Khan (de la misma casa de GBP) y en todo caso un welter disfrazado mediano, aquella noche.
Sergey Kovalev -cuya carrera no la maneja ninguno de los cuatro metidos en la guerra fría de promotores- peleó tres veces por cuenta de Main Events, su promotor.
Así de confuso todo, con unos millonarios peleando entre ellos y los boxeadores con un equipo de trabajo que hay que pagar y unos costos que cubrir esperando una oferta para un combate (a veces basura) como si fuera por caridad.
Eso es lo que no le sirve al boxeo. Porque lo importante acá son los boxeadores.
Es perentorio que los empresarios le rebajen a la codicia y pongan de por medio el mejor interés de las familias que esperan.
Ellos ya son ricos, pero los boxeadores, el 95% no lo son.
Ya este año no se salvó, pero con un poco de generosidad y desprendimiento podemos tener un buen 2017. Eso sí pensando en los boxeadores, no en los promotores.
Luego la seguimos