¿Por qué Turquía ha sido blanco de diversos ataques terroristas?
En 2016, este país fue blanco de 23 hechos vinculados tanto al autodenominado Estado Islámico como a grupos separatistas kurdos extremistas. Esto ha dejado al descubierto peligrosas fracturas en un país divido por la violencia extremista y la inestabilidad política
El momento en que ocurrió el ataque fue simbólico: después de un año marcado por numerosos atentados terroristas y una violenta inestabilidad política, muchos en Turquía esperaban un pacífico y feliz año nuevo.
Pero en las primeras horas de 2017, un hombre entró a un club nocturno en Estambul y disparó indiscriminadamente contra los clientes, dejando un saldo de 39 muertos.
El blanco del ataque también fue simbólico: el conocido club nocturno Reina, ubicado a la orilla del Bósforo, donde los habitantes cosmopolitas de Estambul se mezclan con extranjeros para celebrar y divertirse.
Horas después, el autodenominado Estado Islámico (EI) se atribuyó el ataque.
En 2016, Turquía fue blanco de 23 ataques vinculados tanto a EI como a separatistas kurdos extremistas, que dejaron un saldo de más de 360 muertos .
Pero este último atentado -el segundo en dos semanas, tras el asesinato del embajador ruso Andrei Karlov– ha puesto al descubierto peligrosas fracturas en un país divido por la violencia extremista y la inestabilidad política.
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Estas son cuatro claves para entender por qué Turquía ha sido blanco de tantos ataques:
1. Guerra en Siria
Turquía, una nación musulmana aliada de Occidente y miembro de la OTAN, fue vista en el pasado como un bastión de estabilidad.
Pero ahora está sumida en el caos que ha arrastrado a Medio Oriente.
Al inicio de la guerra en Siria, Turquía fue extensamente criticada por no actuar con firmeza contra los combatientes extremistas que cruzaban su frontera hacia ese país.
Se dijo que, sin quererlo, había apoyado el levantamiento de EI.
En agosto de 2016, Turquía lanzó una operación militar terrestre para combatir a EI en Siria.
En su comunicado este lunes tras el ataque en el club en Estambul, EI acusó a Turquía de “servir a los cristianos” y de derramar la sangre de musulmanes con “sus ataques aéreos y bombardeos” en Siria.
“Debido a que Turquía se ha visto cada vez más involucrada en la guerra en Siria, se ha vuelto extremadamente vulnerable”, dice Mark Lowen, corresponsal de la BBC en el país.
“Este ciclo de violencia quizás ha marcado el año más turbulento de la historia moderna de Turquía”.
2. Separatismo kurdo
En el ámbito interno, Ankara mantiene desde hace décadas una lucha armada contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización separatista kurda.
En 2105 colapsó el cese del fuego que habían establecido.
Desde entonces, la violencia y los ataques no han cesado: el PKK coloca bombas para matar a soldados y policías turcos, el Estado responde atacándolos e imponiendo toques de queda en muchas zonas.
Cuando Turquía intervino en la guerra en Siria, lo hizo en dos frentes.
Además de participar en los operativos contra EI, también incrementó sus ataques contra los kurdos sirios -aliados de Washington- que combaten a EI en ese país .
Uno de los principales objetivos de Ankara es evitar el establecimiento de una región autónoma kurda dentro de Siria que, cree, podría fortalecer a los kurdos que pelean dentro de Turquía.
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3. Divisiones internas
No solo el extremismo islámico y el separatismo kurdo están detrás del precario estado de seguridad en Turquía.
El clima de inseguridad que reinaba en el país a mediados de 2016 fue terreno fértil para un intento de golpe de Estado .
El 15 de julio, soldados rebeldes bombardearon el Parlamento y condujeron tanques en las calles del país en una noche de caos que dejó decenas de muertos.
El golpe fracasó, pero el presidente Recep Tayyip Erdogan respondió con severas medidas.
Responsabilizó al clérigo Fethullah Gulen, basado en Estados Unidos, y sus simpatizantes, de llevar a cabo el que fue descrito como el ataque más grave que ha sufrido el Estado turco.
Erdogan ordenó miles de arrestos y destituciones, aplicó una serie de medidas enérgicas contra sus opositores y reforzó la seguridad en el país.
Desde la “purga”, el abogado Fatih Canbay ha estado representando a empleados públicos que fueron destituidos o arrestados.
Tal como le dijo a la BBC, le preocupa lo que ha visto.
“Si el golpe hubiera tenido éxito, las cosas estarían mucho peor”, dice. “Pero tengo amigos en prisión que no tienen vínculos con Gulen”.
“Hubo un intento de robar nuestras vidas esa noche. Pero en una escala más pequeña, ahora estamos enfrentando algo similar a medida que el Estado de derecho está siendo erosionado”.
4. Gobierno “de mano dura”
A pesar de las estrictas medidas de seguridad que el gobierno ha impuesto para restaurar la estabilidad en el país, los ataques continúan.
Y la economía, que ya está sufriendo debido a la disminución en el turismo y la inversión externa, continúa debilitándose.
Lo que muchos se preguntan ahora es si este último atentado llevará a que el gobierno imponga con más fuerza su autoridad.
Tal como afirma el corresponsal de la BBC, Mark Lowen, “el presidente Erdogan tratará en 2017 de potenciar sus poderes por medio de cambios constitucionales”.
“(Erdogan) argumenta que esto traerá la estabilidad, pero muchos temen que lo que ocurrirá es profundizar la polarización y el conflicto”.
Por ahora, todo parece indicar que Turquía está sumida en un círculo vicioso: la inestabilidad política interna la ha dejado cada vez más vulnerable a los ataques extremistas. Y los ataques extremistas están provocando aún más inestabilidad interna.
Asli Aydintasbas, prominente escritora turca e investigadora del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, le dijo al diario New York Times : “Nada de lo que el gobierno ha hecho está ayudando a que Turquía sea más segura”.
“La mano dura contra los disidentes internos está desestabilizando aún más al país, y cuando no lo está desestabilizando, está incrementando la peligrosa polarización aquí”.