Cinco preguntas que te cambiarán la vida
Por dónde comenzar con los cambios
El principio de año siempre es un buen momento para auto-analizarnos y reflexionar sobre lo que queremos de ahora en adelante. Posiblemente no estés del todo satisfecha con tu vida —muy poca gente lo está en este mundo— y quieras cambiar algunas cositas. Te invito a hacerte estas cinco preguntas para saber por dónde empezar esos cambios deseados:
- ¿Estás orgullosa de tu vida? Pregunta fundamental que debes hacerte. ¿Sientes orgullo de la manera en la que estás llevando tu vida? ¿Estás orgullosa de ti misma, de tus logros, de tu familia, de tu trabajo? ¿Sientes que necesitas algo más para poder decir que tu vida está completa? ¿Qué necesitas? ¿Qué debes hacer para conseguirlo?
- ¿Cuántas promesas haces y cuántas cumples? Una persona realmente sensata solo promete lo que puede y quiere cumplir. Si estás haciendo demasiadas promesas y no estás cumpliendo, debes revisarte. Si no lo haces así, causarás decepciones a las personas que quieres y terminarás sintiéndote mal contigo misma. Y debes comprometerte a solo prometer lo que vas a cumplir.
- ¿Has dejado algún sueño a un lado solo porque otras personas te dijeron que no lo podrías lograr? Entonces ahora es el momento de reunir mucha confianza y seguridad en ti misma, e independientemente de tu edad o circunstancias, debes buscar y lograr ese sueño. La vida es muy corta para estar prestando atención a otras personas, quienes tienen sus propias inseguridades y frustraciones. No permitas que te contagien su mala vibra. Debes ser tú la capitana de tu destino y la que decide qué puedes hacer y cómo hacerlo.
- ¿Qué características te hacen diferente a los demás? Y allí sabrás con qué rasgos y atributos cuentas para hacer de tu vida algo diferente y satisfactorio. Aprovecha eso que te distingue y úsalo a tu favor. Siéntete orgullosa de quién eres y no permitas que nadie juzgue tu manera de ser.
- Si hoy se acabara el mundo, ¿qué te gustaría hacer? Imagina ese escenario extremo, ¿estarías haciendo lo mismo que estás haciendo ahorita? Posiblemente no, entonces, ¿por qué esperar a que se acabe el mundo para hacer lo que realmente quieres hacer? Tómate un día, o dos, o unas vacaciones, para hacer lo que te dé felicidad. Puede que con ese punto de inflexión, incluso cambies de vida completamente.