Oak Park, ciudad santuario
Ante la llegada a la Casa Blanca de la Administración Trump, es creciente la preocupación de millones de inmigrantes –y de las organizaciones que los representan y defienden– ante posibles acciones punitivas que incluyan deportaciones masivas y separación forzada de familias.
La administración saliente, la de Barack Obama, efectuó tres millones de deportaciones; Trump ha advertido que buscará las mismas cifras. Lo más preocupante de todo esto es que, al contrario de Obama que al menos intentó movilizar una reforma migratoria por vía legislativa, Trump no parece tener intención alguna de cambiar las leyes migratorias como no sea para radicalizarlas, en prejuicio de trabajadores inmigrantes y de grupos específicos como los musulmanes.
Uno de los primeros blancos del entonces candidato Trump fue su ataque contra las Ciudades Santuario, aquellas ciudades que, como Chicago, Nueva York, o San Francisco, han girado instrucciones a sus autoridades locales y en especial a la policía para que no cooperen con ICE y otras agencias federales en procedimientos de deportación.
Trump amenazó con que esas ciudades serán castigadas por la vía de retirarles fondos federales. En nuestra área, tres entidades cuentan con el estatus de Santuario: la ciudad de Chicago, la ciudad de Evanston y el Condado de Cook.
A ellas busca sumarse Oak Park, suburbio inmediatamente al oeste de Chicago, cuna de Ernest Hemingway y lugar de residencia de Frank Lloyd Wright, y una de las municipalidades más liberales y democráticas de la región.
Si bien la población inmigrante de Oak Park es relativamente pequeña en comparación con la de otras comunidades vecinas como Cicero, Berwyn o Melrose Park, la ciudad, o villa como se llama a sí misma, está dispuesta a sumarse al movimiento de Ciudades Santuario.
Ese movimiento está encabezado por PASO (siglas en español del West Suburban Action Project), una organización que ha trabajado por mucho tiempo en defensa de las comunidades inmigrantes en los suburbios del oeste de Cook, que ha organizado a residentes de Oak Park y a organizaciones sociales, comunitarias y religiosas para pedir al cabildo la adopción de una ordenanza que haga de la villa una Ciudad Santuario.
El proyecto cuenta con el apoyo del alcalde de Oak Park, Adnan Abu Taleb, quien es inmigrante (originario de Palestina) y, la noche del 18 de enero, fue discutido en la asamblea municipal con nutrida presencia de activistas, medios de comunicación y residentes. Para no dejar cartas escondidas en la manga, aclaro que he llevado a cabo trabajo voluntario con estos activistas y que, además, soy residente de Oak Park.
El cabildo consideró un proyecto de ordenanza que incluía algunas zonas grises que existen en las ordenanzas vigentes en Chicago y Evanston; lo que PASO busca es una ordenanza similar a la del Condado de Cook, que es mucho más comprehensiva y elimina zonas grises para proteger aún mejor a su población inmigrante.
El cabildo decidió no tomar acción inmediatamente, y retomar el tema en febrero con un proyecto enmendado y mejorado. La acción de Oak Park será clave porque puede tener fuertes y positivas implicaciones en otras comunidades suburbanas.