Óscar López Rivera: “Quiero un Puerto Rico de amor y unidad”

Pese a las celebraciones en su honor López Rivera está consciente de que no todos aplauden su libertad

WASHINGTON – El exprisionero político puertorriqueño, Óscar López Rivera, no deja que la controversia sobre el desfile boricua en Nueva York empañe su libertad y, en entrevista con este diario, aseguró que invertirá sus energías en proyectos para que su atribulado país sea un “Puerto Rico de amor y unidad”.

López Rivera, de 74 años, recobró su libertad hace 9 días, pero el homenaje previsto durante la 60 edición del desfile o “parada” boricua el mes próximo, en el que será reconocido con el título de “Prócer de la libertad”, ha generado discordia porque varios grupos y la prensa local lo acusan de “terrorista”, y algunas empresas revocaron su patrocinio del evento.

Lo que debía ser un festejo se convirtió en controversia ya que no todos aplauden su excarcelación, y empresas como Goya, AT&T, JetBlue Coca-Cola y los Yankees, retiraron su apoyo del tradicional desfile, que cada junio congrega a millones de latinos en la Gran Manzana.

En entrevista telefónica con este diario, desde el apartamento que comparte con su hija, Clarisa, López Rivera consideró que las empresas “pueden hacer lo que quieran”, así como la junta organizadora es libre de decidir a quién invita, además de que la comunidad boricua tiene “derecho” a festejar a los suyos.

En ese sentido, López Rivera hizo una comparación con la tradicional fiesta irlandés de “San Patricio”, que en algunos años contó con exmiembros del independentista Ejército Republicano Irlandés (IRA, en inglés).

“Hubo irlandeses acusados por los británicos de ser terroristas, y ellos los celebraron, y nunca nadie… ninguna corporación dijo ´no los traigan´”, observó.

Goza de su libertad

Como el sediento saborea el agua, López Rivera disfruta cada segundo de su libertad, después de pasar más de la mitad de su vida rodeado de alambres de púa y encerrado en sitios “deshumanizantes”.

Ahora, aseguró, disfruta el cantar de gallos y coquíes, pasea con su hija Clarisa por las calles de San Juan y, sobre todo, adelanta proyectos de lucha para el avance de su país.

“Estoy bien feliz porque es la primera vez que estoy compartiendo con mi hija… hay mucha felicidad y alegría. Mi familia siempre me apoyó y están alegres de que estoy afuera”, dijo López Rivera, en una pausa de una ajetreada agenda que anoche incluyó una exposición de sus pinturas.

López Rivera mantiene una ajetreada agenda desde que salió libre, que incluye una exposición de sus pinturas. (Foto: Suministrada)

López Rivera, el preso político puertorriqueño que más tiempo purgó en cárceles de EEUU, recibió un indulto del presidente Barack Obama en enero pasado, poco antes de concluir su mandato.

Conocido como el “Mandela latinoamericano”, fue arrestado en 1981 junto a otros 13 militantes de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) y condenado a 55 prisión acusado de “conspiración”.  Por un presunto intento de fuga, recibió 15 años más de castigo, 12 de los cuales pasó en confinamiento en solitario.  Al final, pasó 35 años y ocho meses en prisión y 97 días de arresto domiciliario en casa de su hija.

Cómo sobrevivió el encierro

López Rivera pudo soportar la vida en distintas prisiones, dijo, gracias al ejercicio físico, el arte, la lectura y las visitas y el apoyo de amigos y familiares.

Sufrió durante ocho años “privación sensorial”  en la cárcel de Marion, en Illinois, donde no había programas de empleo o rehabilitación, y “no tenía acceso a luz natural, ni siquiera a la oscuridad de la noche, no tenía acceso a aire fresco… era un sitio bien deshumanizante”, recordó.

Allí encontró una especie de terapia en el arte, y sobrevivió en la “horrible” cárcel de máxima seguridad de Florence, en Colorado, porque invirtió su tiempo en la lectura y el estudio, en vez de desperdiciarlo con los carceleros, agregó López Rivera, quien cumplió el resto de su condena en una cárcel en Indiana.

Adaptación a la libertad

Desde el balcón de su apartamento, López Rivera absorbe el “precioso verdor” de los paisajes y se siente afortunado entre otras cosas porque, impensable hasta hace poco, disfruta del mar,  se despierta con el cantar de gallos y en la noche escucha a los coquíes.

“Puerto Rico es bien precioso y el puertorriqueño bien amable y jocoso. Esto ha sido una experiencia bien rica, buena, positiva” aunque la crisis es “algo bien triste y doloroso“, dijo.

Pese al complejo proceso de adaptarse a la libertad – sin los ruidos, horarios, reglas y restricciones propios del encierro-, López Rivera dijo que dedicará su tiempo a recorrer todos los 78 municipios de la isla en un “diálogo con el pueblo”, para “desarrollar estrategias para el futuro de Puerto Rico”, con la ayuda también de la diáspora.

“Me duele ver tantos jóvenes, profesionales… que tienen que salir de Puerto Rico porque aquí no hay oportunidades”, afirmó.

Con la consciencia y las manos limpias

Pese a las celebraciones en su honor en Chicago (Illinois), Nueva York, y Puerto Rico, López Rivera está consciente de que no todos aplauden su libertad, en particular las víctimas de los atentados de las FALN.

Sin embargo, insiste en que él no tiene de qué arrepentirse y no existe prueba alguna que lo coloque en los sitios donde el grupo cometió actos de violencia.

“Nadie puede decir que tengo sangre en mis manos, no puedo echarme una carga encima de culpabilidad; no tengo razón para sentirme culpable. Vivo una vida tranquila… (quienes lo culpan) se han creído un cuento falso”, afirmó.

Sueños de un Puerto Rico de “unidad y amor”

López Rivera participará en el desfile el próximo 11 de junio, el mismo día en que sus compatriotas en la isla acudirán al enésimo plebiscito sobre el futuro político del país, fracturado entre partidarios del estatus quo, la estadidad, o la independencia.

Su libertad es incompleta porque, según este veterano de la Guerra de Vietnam, regresó a un país reventado por una profunda crisis, en medio de un costoso plebiscito, y con una junta de control fiscal que tachó como un “proyecto de saqueo”  porque se ha gastado “millones y millones, sin haber hecho nada… dinero que se podría usar en las escuelas, y eso me indigna”.

López Rivera está convencido de que la isla podría aprovechar sus recursos naturales y capital humano para el desarrollo de proyectos de energía, del ecoturismo, y las industrias pesquera y agrícola, entre otros.

“Las personas que aman a Puerto Rico deben hacer lo posible por descolonizar a Puerto Rico… quiero lo mejor para Puerto Rico, no un Puerto Rico violento, sino un Puerto Rico de amor” y unidad, enfatizó.

En esta nota

Desfile Puertorriqueño DesfilePuertorriqueño FALN Oscar López Rivera prisionero político Puerto Rico

Recibe gratis todas las noticias en tu correo

Este sitio está protegido por reCAPTCHA y Google Política de privacidad y Se aplican las Condiciones de servicio.

¡Muchas gracias! Ya estás suscrito a nuestro newsletter

Más sobre este tema
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain