Recortes sociales copiarán miseria de la “Edad Dorada”, advierten expertos
La brecha entre ricos y pobre se extendiende cada vez más en los EEUU
WASHINGTON.- El Congreso debe poner freno al plan presupuestario de la administración del presidente Donald Trump y sus millonarios recortes si quiere evitar una “Edad Dorada” como la que en el siglo 19 sumió a millones de personas en la absoluta miseria y desigualdad social, afirmaron este martes varios expertos.
Es que la “Edad Dorada”, en plena reconstrucción tras la Guerra Civil, estuvo marcada por la rápida industrialización de EEUU, que concentró la riqueza en un puñado de magnates que pasó a la Historia por su ingenio y espíritu emprendedor.
Sin embargo, lejos del glamour de las mansiones y el ostentoso consumo de los ricos, la “Edad Dorada”, que abarcó aproximadamente medio siglo, traicionó las aspiraciones de millones de trabajadores, que sufrieron en carne propia una profunda pobreza, abismal desigualdad social y débiles protecciones laborales, todo ello alentado por políticas que favorecían principalmente a los ricos y grandes corporaciones.
La “Edad Dorada” encuentra paralelos ahora ya que, tal como ocurrió a principios de la década de 1900, los estadounidenses atraviesan una creciente polarización entre el lujo y la miseria, cerca del 20% de todo el ingreso en EEUU está en manos del uno por ciento de los ricos, los trabajadores tienen menos protecciones, y los pobres apenas subsisten aún si trabajan a tiempo completo.
Trump's budget charts path to new Gilded Age: huge tax reductions at top, massive cuts for fellow Americans in need: https://t.co/Z6pkvz2HgL
— Bob Greenstein (@BobGreensteinDC) May 23, 2017
Traición de los votantes
Analistas consultados hoy por este diario coincidieron en que el Congreso debe rechazar la receta de recortes de Trump, porque da la espalda a las promesas que hizo en la contienda para calmar la ansiedad de las clases media y trabajadora.
Los legisladores, aseguraron economistas, deben aprobar en cambio medidas que empoderen a la mayoría de las familias, aquejadas durante décadas de estancamiento salarial.
“Ahora vemos a Trump entrar en escena, y aunque en la contienda habló con la verdad cuando dijo que la economía estaba amañada contra el ciudadano de a pie, ahora una y otra vez le da la espalda a los trabajadores o actúe directamente contra sus intereses”, dijo Heidi Shierholz, analista del Instituto de Política Económica (EPI).
“De por sí los beneficios para la gente pobre no son tan generosos en EEUU, no es que se den la gran vida con esta ayuda. Un problema fundamental es que ha habido una erosión de los sindicatos y las normas laborales, y no hay una base que apoye empleos bien remunerados”, señaló.
En ese sentido, Debbie Weinstein, directora ejecutiva de la “Coalición para Necesidades Humanas”, vaticinó que el plan de Trump generará “más desempleo, más pobreza, más hambre, y menos salud entre los más vulnerables”.
“Definitivamente, los ricos se harán más ricos y los pobres más pobres, y nuestra propia Era Dorada lo será más pero solo para unos cuantos”, subrayó Weinstein.
Isaac Shapiro, analista del Centro para Prioridades Presupuestarias y Políticas (CBPP, en inglés), aconsejó que el Congreso adopte medidas que apoyen a las familias trabajadoras, incluyendo un aumento en el salario mínimo, más asistencia para el cuidado infantil, más capacitación laboral y vocacional, y más inversiones en la educación.
“No deberíamos desperdiciar recursos en recortes tributarios para los millonarios, porque no los necesitan, les ha ido muy bien a través de los años”, dijo.
Recortes con hacha, y no bisturí
El plan propone recortes por $1,85 billones a “Medicaid” y “Obamacare”, por $59,000 millones a “Medicare”, por $10,600 millones para la educación pública, por $193,000 millones para cupones de alimentos, y por hasta $64,000 millones para el Seguro Social.
Además recorta en un 6% los salarios de empleados públicos, y elimina fondos para capacitación en seguridad laboral, entre otros.
El director de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB), Mick Mulvaney, ha sugerido que los recortes alentarán a los pobres a “buscar trabajo” y no depender de subsidios públicos.
Mulvaney “ignora la realidad de decenas de millones de personas que trabajan a tiempo completo, pero no ganan lo suficiente para llegar a fin de mes… y los recortes tributarios que defiende en realidad no son para la clase media“, observó Shapiro.
Además de recortes masivos por $2,5 billones en subsidios públicos en diez años, el plan presupuestario otorga también millonarios recortes de impuestos, principalmente para quienes ganan más de un millón de dólares anuales.
Por otra parte, Trump también presiona activamente la anulación de “Obamacare”, que ha dado cobertura médica a más de 20 millones de personas, incluyendo cuatro millones de hispanos, muchos de los cuales han podido costear un seguro por primera vez gracias a los subsidios del gobierno.
A través de la historia los sindicatos constituyeron un sendero seguro hacia la estabilidad financiera y el ascenso social de las familias, pero ahora leyes estatales y esfuerzos federales amenazan con minar su influencia política.
En la actualidad, los republicanos en el Congreso presentaron un proyecto de ley que haría más difícil formar un sindicato y negociar beneficios de forma colectiva, similar a otros que han promovido en el pasado.
La semana pasada, el presidente de la federación sindical AFL-CIO, Richard Trumka, calificó el plan de Trump como “la traición más significativa de la gente trabajadora que él dice apoyar”.
“El mayor insulto de este presupuesto es que a las familias trabajadoras se les está pidiendo que hagan todos estos sacrificios para justificar masivos recortes de impuestos para los ricos y las corporaciones”, enfatizó Trumka.