¿Cómo limpiar 500 millas de basura radioactiva sin envenenarse?

Una bacteria puede ser el héroe que puede limpiar más 500 millas cuadradas de basura nuclear en el estado de Washington

A veces la mejor persona para un trabajo es… una bacteria. Sobre todo cuando el problema es qué hacer con desechos radioactivos y evitar el riesgo de contaminación a los seres humanos.

La batalla contra una toxicidad tan peligrosa y de larga duración que hasta ahora se ha combatido creando sitios de almacenamiento y control que se mantienen contaminados , recién comienza a cambiar ahora con un organismo unicelular que ha demostrado que resiste a la radiación y puede ayudar a descomponer residuos con radioactividad y transformarlos en algo menos tóxico.

Rescatistas participan de una práctica en caso de ataque terrorista con armas de destrucción masiva. YURKO DYACHYSHYN/AFP/Getty Images)

El género Deinococcus de bacterias es conocido por su alta resistencia a la radiación, capaz de sobrevivir altas dosis de toxicidad que reducirían otros organismos al alquitrán. Investigadores del Departamento de Patología de la Universidad de las Ciencias de la Salud del Ejército (USU, por sus siglas en inglés) están buscando usar este robusto soldado unicelular para ayudar a limpiar algunos de los sitios de desechos nucleares más peligrosos del planeta a través de un proceso llamado biorremediación.

La biorremediación es la técnica de gestión de residuos que utiliza organismos vivos para convertir materiales peligrosos -como residuos nucleares- y descomponerlos en materiales menos tóxicos o completamente no tóxicos.

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Dirigidos por el Prof. Michael Daly en el Departamento de Patología, los investigadores de la Universidad de las Ciencias de la Salud del Ejército (USU) han estado trabajando con las bacterias Deinococcus por más de una década, y en ese momento han producido lo que podría ser la mejor solución para la biorremediación de residuos nucleares: Deinococcus geothermalis. La bacteria D. geothermalis no sólo es altamente resistente a la radiación, sino que también es capaz de prosperar en temperaturas más altas que su primo cercano, D. radiodurans, que había sido visto anteriormente como una herramienta de biorremediación, salvo un pequeño defecto: es susceptible al calor.

Uno de los mayores sitios de eliminación de desechos nucleares en el país es la Reserva Nuclear de Hanford (Hanford Nuclear Reservation).

El sitio de 500 millas cuadradas es el lugar de depósito de decenas de miles de galones de desechos nucleares de la Guerra Fría, un subproducto de la carrera en la creación de las armas nucleares. El plutonio que se manufacturaba en Hanford Site se usó para la construcción de Trinity, el primer arma nuclear, y Fat Man, la bomba que se lanzó en Nagasaki.

Hanford Site afronta el desafío de limpiar toneladas de material “radioactivo y químicamente peligroso”. Getty Images

Tras más de 60 años de uso del depósito, gran parte del material tóxico se ha filtrado desde los contenedores y en el suelo. El volumen de tierra y agua subterránea contaminada durante las últimas seis décadas podría cubrir alrededor de 10 mil campos de fútbol a un metro de profundidad y mantener las Cataratas del Niágara fluyendo durante varias semanas. La erosión ha abierto huecos, el suelo es inestable y se duda de la seguridad de los desechos.

En la actualidad, Hanford Site forma parte del mayor proyecto de limpieza medioambiental del mundo, con muchos retos por resolver frente a los intereses técnicos, políticos, reguladores y culturales.

Se necesitan más investigaciones, pero Daly cree que la bacteria D. geothermalis es un paso importante en el campo de la biorremediación de la radioactividad.

Los usos de Deinococcus van más allá de la limpieza de sitios de desechos tóxicos, porque el mecanismo biológico que permite al Deinococcus sobrevivir a una alta exposición a la radiación, también podría ayudar en la creación de vacunas y el tratamiento del cáncer. El objetivo final, sin embargo, es transferir esta resistencia a la radiación a los seres humanos. 

Las personas pueden ser expuestas a la radiación de una variedad de fuentes. Pueden ser riesgos no intencionales: accidentes laborales en el caso de técnicos de la industria nuclear, prácticas médicas en el caso de pacientes con radioterapia, o intencionales como ataques terroristas. Hallar cómo proteger a la gente de los efectos destructivos de la energía nuclear es un objetivo que se ha perseguido desde que estos riesgos fueron descubiertos.

Con información de la Universidad de las Ciencias de la Salud del Ejército (USU)

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