Boricuas de Chicago reaccionan al plebiscito de estatus en Puerto Rico
En consulta no vinculante venció la estadidad pero con baja participación electoral y boicot opositor
Por quinta vez los puertorriqueños acudieron a las urnas a votar en un referendo no vinculante que busca cambiar el estatus político de la isla. Entre las opciones a elegir en votación popular fueron la estadidad, libre asociación/ independencia o el actual estatus territorial.
502,616 (97.18%) personas votaron a favor de la estadidad, 7,779 (1.50%) por la libre asociación/independencia y 6,821 (1.32%) por el actual estatus territorial, según un conteo preliminar de la Comisión Estatal de Elecciones de Puerto Rico (CEE). La afluencia en las urnas fue de baja participación de solo el 23%. La oposición le restó importancia, no respaldó el referendo consultivo del pasado domingo 11 de junio y sus simpatizantes no acudieron a votar. Ellos aseguran que el plebiscito no tiene ningún efecto al no haber tenido el aval del gobierno de Estados Unidos.
Partidarios de la estadidad que votaron a favor de que Puerto Rico se vuelva el estado 51 de la Unión Americana opinan que la actual condición territorial de la isla ha contribuido a su crisis financiera, con una deuda de unos $70,000 millones.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, impulsor del plebiscito llevará el resultado del referendo a Washington. “Nuestra situación colonial es insostenible, ha contribuido a crear la actual crisis fiscal y económica. Esta ley es una de las herramientas que utilizaremos para hacer valer el reclamo mayoritario del pueblo de Puerto Rico a favor de la descolonización de la isla”, indicó Rosselló en un comunicado.
Héctor Arroyo, originario de Manatí, Puerto Rico, no apoya la estadidad ni tampoco la independencia de Puerto Rico, prefiere que la isla permanezca en la condición territorial actual como estado libre y asociado. Arroyo no quiere que la isla pierda su identidad cultural al convertirse en el estado 51 y dice que con la estadidad Puerto Rico tendría mayores dificultades financieras ya que se vería obligada a pagar millones de dólares en impuestos federales.
Héctor Concepción, presidente de la Unión Estadista para Puerto Rico en Estados Unidos, una organización fundada en 2004 que promueve la anexión de Puerto Rico, destacó en el plebiscito un 23% de la ciudadanía y 97% estuvo a favor de la estadidad. “El resultado fue contundente, fue un plebiscito donde todas las alternativas estuvieron presentes. Un grupo de puertorriqueños no quiso participar e hizo boicot al plebiscito, esa fue su decisión democrática de no participar, pero los votos que cuentan son los que se hacen, no los que no participan”. Para Concepción la estadidad va más allá de tintes políticos: “la estadidad no es republicana ni demócrata es equidad de derechos”.
El representante federal Luis Gutiérrez (D-IL) apoya la independencia y la autosuficiencia económica de Puerto Rico y para él la consulta del 11 de junio es una ‘farsa’. “Los partidarios de la estadidad están vendiendo una fantasía de que una nación latina y caribeña será admitida como un estado durante la era de Donald Trump… Los que abogan por la estadidad en Puerto Rico afirmarán que la votación de este domingo es un referéndum sobre la condición de estado. Eso es una ficción, porque está claro que solo una de las partes participará en la elección unilateral y porque el gobierno de los Estados Unidos no ha hecho ningún tipo de compromiso para honrar esta votación”, indicó Gutiérrez en un comunicado antes del proceso electoral del domingo.
El plebiscito de este 11 de junio es el quinto que realiza la isla, los otros fueron en 1967, 1993, 1998 y 2012, ninguno con carácter vinculante para el Congreso de Estados Unidos.