Cómo Estados Unidos está inundando de armas Medio Oriente, una región sumida en conflictos

¿Tiene Donald Trump una estrategia para Medio Oriente, más allá de vender armas a la región?

La venta de armas fue la parte fundamental de la reciente visita de Donald Trump a Arabia Saudita, en su primera gira oficial como presidente de Estados Unidos.

El acuerdo alcanzado con Riad, involucró la venta de un paquete de defensa valorado en US$110.000 millones que incluye tanques, aviones de combate, barcos de guerra y misiles guiados de precisión durante los próximos 10 años.

Esto a pesar de una serie de acusaciones contra el país del Golfo Pérsico por el elevado número de civiles que han muerto en la guerra que los sauditas están librando en Yemen.

Este tipo de tratos no son nuevos.

Estados Unidos ha sido el principal abastecedor de armas aMedio Oriente desde hace varios años.

Incremento

Un análisis del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri), indica que en los últimos cuatro años (2012-2016) las importaciones de armas en naciones de Medio Oriente aumentaron 86%.

“Arabia Saudita fue el segundo mayor importador de armas del mundo entre 2012 y 2016 (después de India), con un aumento de 212% desde 2007-11”, indica el estudio.

Y Estados Unidos, agrega, fue el mayor exportador de armas en ese mismo período.

“Sus exportaciones se incrementaron 21% comparado con 2001-11. Casi la mitad de sus exportaciones fueron para Medio Oriente“, dice el Sipri.

Trump recibió el más alto honor civil que concede el Rey Salman de Arabia Saudita.

Si bien es cierto que ese incremento se llevó a cabo durante la presidencia de Barack Obama, su gobierno impuso ciertas restricciones a la venta de armas a determinados países debido a preocupaciones por derechos humanos.

Este año, sin embargo, el gobierno de Trump comenzó a retirar esas restricciones.

En marzo de este año, el Departamento de Estado retiróun bloqueo impuesto por Obama para la venta de armas a Bahréin después de acusaciones de abusos contra grupos de oposición de la mayoría chiita en el país.

La decisión permitirá ahora la venta de aviones de combate F-16 y otras armas a Bahréin en un paquete avaluado en unos US$2.700 millones.

Bahréin es sede de la Quinta Flota de la Armada estadounidense, que patrulla el estratégico Golfo Pérsico.

Preocupaciones

A principios de este mes hubo intentos en el Senado estadounidense para bloquear un paquete de US$500 millones en misiles guiados para Arabia Saudita, por preocupaciones por la campaña militar saudita en la guerra de Yemen.

Todas las facciones involucradas en esta guerra, que comenzó en 2014 -que ha sumido a gran parte del país en una hambruna y donde más de 10.000 personas han muerto- han sido acusadas de cometer abusos de derechos humanos y crímenes de guerra.

Los senadores que se oponían a la venta de armas se mostraron muy críticos por el papel de Arabia Saudita en el conflicto y por el creciente número de pérdidas civiles allí.

La venta, sin embargo, fue aprobada por un estrecho margen en el Senado estadounidense.

Qatar firmó un acuerdo para la compra de 36 aviones caza F-15s.

Qatar también es otro gran importador de armamentos. Tal como indica el Sipri, en los últimos años “las importaciones de armas de Qatar se incrementaron 245%”.

La semana pasada, el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, firmó un acuerdo de US$12.000 millones para la venta de 36 aviones de combate F-15 a Qatar.

Situación “confusa”

El acuerdo surgió en momentos en que Arabia Saudita lidera, junto con otros países de la región, un severo bloqueo económico y diplomático contra el vecino Qatar, por “apoyar a terroristas”.

El presidente Trump rápidamente publicó un tuit celebrando la medida.

“Dicen que van a tomar una línea dura en la financiación del extremismo y todas las referencias apuntan a Qatar. Quizás este es el comienzo del fin del horror al terrorismo”, escribió Trump en Twitter.

Tal como expresó entonces el congresista demócrata Ted Lieu durante una audiencia en el Congreso: “Es muy confuso para los líderes mundiales y los miembros del Congreso cuando la Casa Blanca hace dos cosas exactamente opuestas” en relación a Qatar.

Cabe recordar que Qatar alberga la mayor base militar estadounidense en Medio Oriente, la base aérea Al Udeid, que ha sido esencial para las misiones de contraterrorismo de Estados Unidos y sus aliados en Afganistán, Irak y Siria.

Principal mercado

Todo parece indicar que Medio Oriente, una región sumida en numerosos conflictos, seguirá siendo uno de los principales importadores de armas del mundo.

Y Estados Unidos, su principal abastecedor.

“Durante los últimos cinco años, uno de los principales mercados de armas de Estados Unidos han sido las naciones de Medio Oriente, especialmente Arabia Saudita”, le dice a BBC Mundo Pieter Wezeman investigador del Sipri.

“Y aunque Obama impuso algunas restricciones, en los resultados totales esas restricciones fueron casi invisibles“, agrega.

“Todo parece indicar que ahora, con Trump, será incluso más fácil de lo que era antes que países como Arabia Saudita, Bahréin y varios otros en la región, adquieran armas hechas en Estados Unidos”, señala.

¿Estrategia?

La pregunta, es ¿tiene Donald Trump una estrategia para Medio Oriente, más allá de vender armas a la región?

Tal como señala la corresponsal de la BBC en el departamento de Estado, Barbara Plett Usher, en Washington se está hablando de una “aparente desconexión entre el deseo de vender más armas en la región y una estrategia articulada para poner fin a los conflictos allí“.

Chiitas en el Medio Oriente y en Pakistán han expresado su rechazo a la ejecución.

Pieter Wezeman afirma que Trump no parece tener una estrategia “más allá de vender armas para crear empleos en Estados Unidos”.

“Parece haber tirado por la borda cualquier preocupación por los derechos humanos”, le dice el investigador a BBC Mundo.

“Y parece extremadamente dispuesto a abastecer cualquier tipo de armas que quieran los países de Medio Oriente y especialmente cualquier tipo de armas que puedan pagar”.

Muchos se muestran críticos por el papel de Arabia Saudita en el conflicto en Yemen y el creciente número de pérdidas civiles.

Algunos analistas aseguran que esa falta de estrategia podría ser un riesgo en una región extremadamente armada y que ya está sumida en numerosos conflictos.

Se plantea, por ejemplo, la posibilidad de que los aliados sunitas de Arabia Saudita utilicen esas armas para atacar a su principal enemigo en la región: Irán.

Tal como asegura Pieter Wezeman, “estamos viendo que estas armas no sólo están siendo importadas para exhibición. Países como Arabia Saudita, EAU y Qatar ya las están usando a gran escala en Yemen, Libia y Siria”.

“Y esto plantea serias preguntas sobre lo que se percibe como el uso de la fuerza como una forma de política exterior y nos hace preguntar si estas armas podrían ser usadas contra Qatar o para poner algún tipo de presión sobre Irán”, explica el investigador del Sipri.

“El riesgo aquí es que se está abasteciendo una gran cantidad de armas, no sólo en términos de volumen sino en términos de tecnología, en una región donde no existe ningún sistema de control de armas y donde nadie quiere sentarse a discutir el asunto”, afirma Pieter Wezeman.

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