Se anticipan aumentos salariales, pero no lo celebre aún
Hasta junio, y por primera vez en tres años, el aumento del costo de la vida ha sido mayor que el de los salarios
El 72% de las personas al frente de los departamentos de recursos humanos de las compañías dice que “siente la presión de pagar a los trabajadores más en un mercado más competitivo”, según ha verificado el portal de ofertas y demandas de trabajo Career Builder. Más aún, desde esta empresa se percibe que esta presión se va a trasladar pronto a los bolsilos porque en la segunda mitad del año el 60% de los empleadores planean contratar más personas a tiempo completo cuando el año pasado por estas fechas era el 50% quien preveía hacerlo.
En general, y según la misma encuesta habrá, además, más empleo a tiempo parcial y de forma temporal.
Eso hace anticipar, dentro de las propias compañías una mejora en los salarios a todos los niveles, no solo a los nuevos empleados sino a los que empiezan a trabajar por primera vez “porque en el mercado hay competencia por atraer el talento”. El 53% planea ofrecer mejores salarios a quienes se incorporen en sus plantillas en los próximos seis meses. El año pasado el 39% hablaba de esta mejora en los cheques.
Efectivamente, la lucha por el talento se recrudece y en junio o la tasa de desempleo quedó en apenas el 4.4%. Es un porcentaje que, en teoría, permite hablar de lo que se conoce como pleno empleo (cuando los trabajadores no tienen problemas para encontrar un empleo), y por tanto el punto en el que es posible demandar mejores salarios. De momento, la teórica presión por la mejora salarial no está rindiendo frutos.
Algunos analistas creen que tiene que ver con el hecho de que la población activa (empleados y personas que buscan activamente empleo) está rondando mínimos históricos y los empleos que se crean no son de alta remuneración. Los datos de junio, dados a conocer el viernes 7, siguen siendo muy poco alentadores y a decir de los economistas de Barclays el crecimiento de los salarios por hora “es flojo” y “bajo” en el caso de los trabajadores de producción.
Los economistas de otra plataforma de empleo, Glassdoor, explicaban en un comunicado que el salario promedio anual en junio es de $51,324. Es decir, que en el periodo de junio de 2016 a junio de 2017, y con los datos que ellos manejan, apenas han visto un incremento salarial del 1.7%, un ritmo mucho menor que a inicios de año.
Peor aún, por primera vez en tres años el costo de la vida (la inflación) creció a mayor ritmo –1.9%– que los salarios. La última vez que esto sucedió fue en 2014 según los datos de 85 descripciones laborales de las que hace seguimiento esta empresa en 10 grandes ciudades, entre ellas, Nueva York y Los Ángeles.
“En general, el crecimiento de las compensaciones está más lento en EEUU. Y es un rompecabezas para los economistas porque la tasa de desempleo a unos niveles bajos que son récord en muchas ciudades”, explica Andrew Chamberlain, economista jefe de Glassdoor. Ahora bien, él mismo dice que fijarse en este salario promedio no cuenta la historia entera de lo que está pasando porque pocos cobran esta candidad calculada matemáticamente. Lo que Chamberlain confirma es que hay caídas de salarios en los trabajos donde hay más automatización, mejoras en algunos empleos de alta demanda y sostenimiento en otros como comercio, tecnología, salud y servicios profesionales”.
Entre los que vieron mejores aumentos están los cocineros y baristas (personas que hacen café) “pero también son algunos de los trabajos que más bajos salarios tienen y es posible que las mejoras de salarios mínimos en muchas ciudades y estados haya contribuído al aumento”, explica este economista.
En la selección de las 10 ciudades a las que hace seguimiento su equipo solo dos, San Francisco y Seattle tienen un crecimiento porcentual de los salarios en lo últimos 12 meses por encima de la inflación del país. En Nueva York, se registra un avance de apenas el 1.8% y en Los Ángeles, con el 1.2%, se está muy por debajo y sufriendo por tanto más aún los costos de la vida.