Trump anunciará decisión sobre futuro de “DACA” el martes, dice la Casa Blanca

Si Trump cancela DACA, miles de jóvenes beneficiados con el programa perderían sus permisos de trabajo y quedarían expuestos a la deportación

WASHINGTON – Tras varios meses de drama y acorralado por grupos ultraconservadores, el presidente Donald Trump finalmente anunciará su decisión sobre el futuro de DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) para unos 800,000 jóvenes indocumentados el próximo martes, informó este viernes la Casa Blanca.

Añadiendo al suspenso, Trump dijo hoy desde el Despacho Oval que anunciaría su decisión entre hoy, el fin de semana, lunes o martes, y repitió que los DREAMers” son jóvenes “geniales”.

Más adelante, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo numerosas veces que Trump aún está finalizando su decisión y la anunciará el martes.

“Las prioridades del presidente sobre inmigración son crear un sistema que aliente la inmigración legal y beneficie nuestra economía y a los trabajadores estadounidenses. El presidente ha sido muy claro, él ama a la gente y quiere asegurar que toma esta decisión correctamente”, afirmó.

Una y otra vez, Sanders evadió dar detalles sobre los factores que influirán en la decisión final de Trump, pero insistió en que “no es una decisión que se toma a la ligera”.

Trump anunciará su decisión el mismo día en que Texas y otros 9 estados han amenazado con entablar una demanda en un tribunal federal en Brownsville (Texas) para impugnar el programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, que ha protegido de la deportación a cerca de 800,000 jóvenes indocumentados.

El mandatario tiene previsto reunirse el martes con los principales líderes demócratas y republicanos de ambas cámaras del Congreso para repasar las prioridades legislativas de otoño, incluyendo los fondos para las operaciones del gobierno, la reforma tributaria y el aumento del techo de la deuda nacional.

Pero, hoy mismo, el grupo “anti-DACA” sufrió una “deserción”, después de que el fiscal general de Tennessee, Herbert Slatery III, anunció en una carta a los senadores del estado que no participará en la inminente demanda contra DACA,  por considerar que una mejor solución sería que el Senado apruebe una medida bipartidista para legalizar a los beneficiarios del programa.

El programa de “acción diferida” (DACA) de 2012 fue creado por la Administración Obama para jóvenes que entraron ilegalmente a EEUU antes de los 16 años, reúnen una serie de requisitos y no tienen historial de delitos serios.

Gracias a DACA y los permisos de trabajo que reciben, muchos “DACAmentados” han podido iniciar carreras universitarias, encontrar buenos empleos, obtener licencias de conducir, comprar casa, o establecer negocios.

Si Trump cancela el programa, ya sea de inmediato o de forma escalonada en los próximos dos años, los jóvenes inscritos en DACA perderían sus permisos de trabajo y quedarían expuestos a la deportación.

En defensa de los “DREAMers”

En las últimas semanas, una vasta coalición de grupos cívicos, empresariales, religiosos y sindicales ha mantenido la presión, frente a la Casa Blanca, en las redes sociales, cartas editoriales y conferencias telefónicas, para mantener con vida el DACA.

Tanto el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, como el senador republicano por Utah, Orrin Hatch, urgieron hoy a Trump a que proteja el DACA.

En declaraciones a una estación de Wisconsin, Ryan dijo que el Congreso es el que tiene que dar una cura legislativa para mantener DACA.

Hatch dijo que habló ayer con Trump para explicarle las consecuencias de anular DACA y que “la solución debe venir del Congreso”.

Ayer, una coalición de más de 350 líderes de empresas del país, incluyendo Apple, Facebook, Microsoft, y Amazon, también hizo una petición similar a través de una carta abierta, enviada a Trump y a los principales líderes del Congreso.

¿Responderá “con gran corazón”?

Dentro de la Casa Blanca, Trump se encuentra jaloneado por asesores de “línea dura”, como Stephen Miller y el fiscal general, Jeff Sessions, que le exigen eliminar el programa y otros de corte moderado, como su jefe de Gabinete, John Kelly, que abogan por una solución legislativa.

Durante la contienda presidencial, Trump prometió a su base que “terminaría de inmediato” el programa, que calificó como una “amnistía ilegal” pero, tras llegar al poder, moderó su postura y prometió a los “DREAMers” una solución “con gran corazón”.

El pasado 15 de junio, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS),  emitió una guía en la que explicó que la Administración estaba eliminando otro programa creado en noviembre de 2014 y bloqueado en los tribunales, para adultos indocumentados con hijos ciudadanos o residentes legales, conocido por su sigla en inglés “DAPA”.

En ese mismo memorándum, el DHS dijo que los beneficiarios de DACA podrían continuar renovando sus permisos por periodos de dos años, y que no se eliminarían los permisos de trabajo antes de su fecha de vencimiento.

De hecho, según datos de marzo pasado de la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), un total de 799,077 solicitudes de DACA habían sido aprobadas desde 2012, y 78,454 estaban pendientes de una decisión.

Entre enero y marzo pasados, bajo la Administración Trump, USCIS ha aprobado 17,275 nuevas solicitudes de DACA, y ha renovado permisos para 107, 524 “DACAmentados”.  

 Graves repercusiones

 Durante una conferencia telefónica, activistas de la comunidad inmigrante advirtieron de que, sin importar si la eliminación es inmediata o escalonada en los próximos dos años, lo cierto es que unos 1,400 “DACAmentados” perderían su empleo a diario, y hasta 18,000 cada semana.

“Una eliminación es una eliminación”, señaló Marielena Hincapié, directora ejecutiva del Centro Nacional para Leyes de Inmigración (NILC), quien advirtió de una colusión entre Texas y los 9 estados y el juez  federal, Andrew Hannen, que bloqueó los alivios migratorios de 2014.

Tanto Hincapié como Marshall Fitz, director de asuntos migratorios de “Emerson Collective”, consideraron que la inminente demanda que liberaría Texas es una crisis política “completamente fabricada”, y Trump no debería ceder a sus caprichos.

NILC y otros grupos pro-inmigrantes sopesan posibles acciones legales, dependiendo de la evolución de la demanda para impugnar “DACA”.

Por su parte, el Comité Nacional Demócrata (DNC), destacó en una hoja de datos la inmensa popularidad de DACA, incluso entre quienes votaron por Trump el año pasado, y los enormes daños económicos si desapareciera.

Un estudio reciente del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP) indicó que la anulación de DACA ocasionaría pérdidas de hasta $460,300 millones en el Producto Interno Bruto (PIB) en la próxima década. mientras que el “Immigrant Legal Resource Center” (ILRC) dijo en un informe de diciembre de 2016  que se requerirían $3,400 millones para contratar y capacitar a empleados que reemplacen a los DREAMers despedidos.

Una encuesta nacional divulgada ayer por NBC News/SurveyMonkey indicó que el 64% de los estadounidenses apoya el mantenimiento de DACA.

Al otro extremo, legisladores republicanos, como el representante republicano de Iowa, Steve King, han repetido su consabida queja de que los inmigrantes “ilegales” roban empleos a los estadounidenses y mantener DACA no es una política que defienda los intereses de EEUU.

Grupos ultraconservadores como “NumbersUSA”, el Centro para Estudios de Inmigración (CIS) y FAIR, han mantenido un frente abierto contra los “DREAMers” y han prometido movilizar a sus miembros para exigir que Trump cumpla su promesa electoral.

Estrategas demócratas han advertido de que la postura antiinmigrante de ciertos republicanos acabará perjudicando aún más la imagen de su partido, y muy posiblemente les cueste escaños en los comicios de 2018 y 2020.

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