La misteriosa razón por la que EEUU cerraría su embajada en Cuba

Cerca de 21 funcionarios de EEUU sufrieron daños cerebrales y tienen dificultad para recordar ciertas palabras

Unos misteriosos ataques contra funcionarios estadounidense en la Habana, Cuba tiene a la comunidad de inteligencia de EEUU en completo suspenso.

Hasta el momento los ataques que cuentan con una precisión láser han dejado a 21 funcionarios de EEUU con daños cerebrales y con dificultad para recordar ciertas palabras.

“Nada de esto tiene una explicación razonable”, dijo Fulton Armstrong, un ex funcionario de la CIA que trabajó en La Habana mucho antes de que los Estados Unidos reabrieran su embajada en la capital de Cuba, en entrevista con el NY Post.

Las sospechas se centran en los cubanos y en el uso de una sofisticada arma sónica. Sin embargo los diagnósticos de daño cerebral, considerado como poco probable a causa del sonido, ha provocado confusión en el FBI, el Departamento de Estado y las agencias de inteligencia involucradas en la investigación.

Sin embargo por esta razón Estados Unidos baraja la posibilidad de cerrar su embajada en La Habana, dijo hoy el secretario de Estado, Rex Tillerson.

En una entrevista en la cadena CBS, Tillerson señaló que el posible cierre de la embajada está “bajo evaluación” por la Administración Trump en respuesta al incidente, que ocurrió a finales de 2016 y ha provocado problemas de salud a una veintena de estadounidenses, en su mayoría diplomáticos.

El secretario de Estado indicó que el asunto, que abordaron en una reunión los dos países este martes y para el que aún no se ha encontrado explicación, es “muy serio”, teniendo en cuenta las lesiones sufridas por algunas personas.

En este sentido, Tillerson destacó que el Departamento de Estado ha devuelto a Estados Unidos a algunos de los afectados.

Estados Unidos aseguró en agosto que 16 estadounidenses de “la comunidad de la embajada” en Cuba habían sufrido síntomas por un presunto y misterioso “ataque acústico”.

Según CNN, “una sofisticada arma sónica” se activó dentro y fuera de las residencias de los diplomáticos y les provocó “sensaciones físicas inmediatas que incluían náuseas, dolor de cabeza y pérdida de audición”, mientras que en otros casos se escuchó “un ruido” alto y ensordecedor.

Algunos sintieron vibraciones, y escucharon ruidos, como fuertes zumbidos o un agudo sonido similar al de los grillos. Las víctimas despertaron con un ruido en los oídos, el cual solo terminó cuando abandonaron el lugar.

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