Trueque de “Dreamers”  por “píldoras venenosas” para reforma migratoria pone en peligro negociaciones del Congreso

Si el Congreso no logra acuerdo sobre una reforma migratoria, cerca de 690,000 "Dreamers" quedarán expuestos a la deportación.

WASHINGTON – El trueque que busca la Administración Trump de los “Dreamers”  a cambio de la deportación de niños no acompañados y otras “píldoras venenosas” amenazaron este lunes con torpedear una solución bipartidista para los jóvenes indocumentados y el resto de la agenda legislativa.

La Administración envió anoche su plan reformista de 70 puntos, que es una “lista de deseos” de grupos de “línea dura” contra la población indocumentada, porque incluye la construcción del muro fronterizo; la deportación rápida de niños no acompañados; la supresión de ciertos fondos para ciudades “santuario”; la reducción de visas familiares,  y un sistema de visas con base a “méritos”.

También pide la contratación de 10,000 agentes de Inmigración, y modificar la llamada “Ley Wilberforce” y eliminar el “Acuerdo Flores” de 1997, que han protegido a niños no acompañados detenidos en la frontera.

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El plan de “principios” fue enviado ayer,  durante el largo fin de semana feriado, a los principales líderes demócratas y republicanos del Congreso,  tras arrancar la cuenta regresiva, el jueves pasado, para negociar una solución permanente para los “DACAmentados”, cuyos permisos de dos años bajo “DACA” comenzarán a vencer a partir de marzo de 2018.

· Claves de paquete migratorio de Trump

Trump ganó la presidencia con promesas de combatir la inmigración ilegal y “defender” los intereses de los trabajadores estadounidenses, pero la clave de este plan migratorio es que condiciona la legalización de los “Dreamers” a que todos los elementos sean incluidos en una eventual iniciativa del Congreso.

Pero, de entrada, el paquete migratorio –elaborado con la ayuda de “halcones” en el tema de inmigración en la Casa Blanca, como el asesor Stephen Miller- se topó con el rechazo de los líderes demócratas del Congreso y de algunos republicanos moderados, en medio de un ambiente enrarecido en el que la Administración aún no ha logrado una sola victoria legislativa de gran peso.

Durante una conferencia telefónica con periodistas, los principales líderes del Caucus Hispano del Congreso (CHC) afirmaron hoy que el paquete migratorio refleja una agenda extremista de la Casa Blanca, y que la bancada demócrata no aceptará un trueque de los “Dreamers” por el muro fronterizo y otros elementos nocivos.

En busca de “terreno común”

La presidenta del CHC, Michelle Luján-Grisham, dijo que en los próximos días su bancada sostendrá reuniones con republicanos moderados, en particular con los que apoyan el “DREAM Act” para la legalización de los jóvenes indocumentados, para discutir la estrategia a seguir.

“Nos aseguraremos de que los republicanos tengan acceso a la verdad, y dejarles agudamente claro que no pueden ser selectivos (en una eventual legislación). Por eso es que un Dream Act limpio es tan importante”, dijo Grisham, al señalar que la mayoría de las encuestas refleja un amplio apoyo para los “Dreamers”.

En lo que sería un acto de rebelión, Grisham advirtió de que la bancada demócrata aceptaría ciertos elementos “razonables” para la vigilancia fronteriza – más fondos para combatir el narcotráfico, por ejemplo- pero suprimiría su apoyo a legislaciones de obligada aprobación entre ahora y diciembre próximo.

“Eso está definitivamente sobre la mesa… vamos a usar todo punto de ventaja que tenemos a nuestro alcance para proteger a estos Dreamers”, prometió.

Así, el plan ha avinagrado aún más las negociaciones entre bambalinas, ya que ambos lados del debate se han atrincherado en sus posiciones: por un lado, están los que exigen un “DREAM Act” sin ataduras y, por otro, los que insisten en que se incluya el muro y otros elementos para la seguridad fronteriza.

Según los congresistas del CHC,  Trump no está “atado” al plan migratorio, elaborado por Miller y el fiscal general, Jeff Sessions, sin aportes de grupos de la comunidad inmigrante.

En ese sentido, el vicepresidente del CHC, Joaquín Castro, dijo que Trump y la Casa Blanca aún están a tiempo de encontrar terreno común mediante una “propuesta seria” que no incluya el muro y otras medidas “inhumanas e irresponsables”.

“Vamos a hablar con republicanos que apoyan algún tipo de alivio para (los beneficiarios de) DACA, y creo que trabajando juntos, tengo esperanza de que podremos lograr un acuerdo”, afirmó Castro.

Afuera del Congreso, una vasta coalición de grupos pro-inmigrantes también condenó el paquete de medidas delineadas en siete hojas, calificándolo como una “agenda supremacista”.

Ali Noorani, director ejecutivo del Foro Nacional de Inmigración, advirtió de que la Casa Blanca está poniendo en peligro el progreso hasta ahora logrado por los demócratas y los republicanos moderados y centro-derecha para conseguir una reforma migratoria que proteja a los “Dreamers”  y a la economía nacional.

Noorani se hizo eco del consejo de otros activistas para que el Congreso “ignore el ruido”  de grupos anti-inmigrantes y negocie una solución bipartidista que tenga el apoyo de amplios sectores de la sociedad civil.

Divisiones entre conservadores

El plan ha profundizado las fisuras entre los conservadores, aunque se ganó elogios de líderes como Bob Goodlatte, presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, y el senador republicano por Arkansas, Tom Cotton, autor de un proyecto de ley para reducir la inmigración legal.

Ninguno de los republicanos moderados se ha pronunciado en público sobre el nuevo plan, pero el senador de Arizona, Jeff Flake, promueve un proyecto de ley de corte moderado que lo ha puesto en la mira de la Administración.

Por su parte, la legisladora republicana de Florida, Ileana Ros-Lehtinen urgió en Twitter que Trump se deje ya de “líneas rojas” y de “jugar con el futuro” de los Dreamers, y sea el Congreso el que decida el asunto.

En declaraciones a este diario, Alfonso Aguilar, presidente de la Alianza Latina para Principios Conservadores,  urgió “no sobre-reaccionar” al plan migratorio porque es una mera ” lista de deseos para comenzar la negociación”.

“El presidente sigue apoyando legislación que le de un alivio a los “Dreamers” y seguramente está abierto a ceder en muchos de estos puntos para lograr una victoria…  los demócratas también tienen que estar abiertos a negociar, porque hay algunos que solo quieren acabar con cualquier posibilidad de legalizar a los Dreamers pues no quieren que esto suceda bajo una administración republicana”, afirmó Aguilar.

En el día feriado por “Columbus Day”, Trump no ha tuiteado sobre su polémico plan, pero se fue a jugar golf a Virginia con el senador republicano de Carolina del Sur, Lindsey Graham, coautor del “DREAM Act” con el senador demócrata de Illinois, Dick Durbin.

Asesores de la Casa Blanca han insistido en que el electorado estadounidense votó por las reformas propuestas por Trump.

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