Cómo dedicarte tiempo sin sentirte culpable
Si tú no estás bien, no podrás ayudar a nadie más
Seguramente haces todo tu esfuerzo por ser la madre, la esposa, la hija, la amiga, la profesional perfecta. La que tiene tiempo para todos y todo, la que resuelve todos los problemas de la familia y del trabajo, la que no falta a las prácticas de deportes de sus hijos, la que jamás llega tarde a una cita ni deja de presentar un proyecto, la que jamás descuida sus deberes conyugales.
Pero, en el medio de toda esa vida ajetreada, ¿te das tiempo para ti misma?, ¿haces algo que te provoque o disfrutes, solo por darte tú misma el gusto de hacerlo?
Piensa que si tú no estás bien, no podrás ayudar a nadie más. Es bastante simple, para serle de utilidad a todos los que amas tienes que estar en un estado óptimo de salud física, mental y espiritual. Dedícate tiempo, hazlo por ti y por ellos.
Todo ser humano necesita descanso, relajación y esparcimiento. Aunque sea 5, 10 ó 20 minutos diarios. Usa ese tiempo para ti, a solas o acompañada, pero realiza algo que te guste y te haga feliz a ti. Lo puedes planificar, pero si hay una oportunidad que surge espontáneamente, aprovéchala.
Apaga el teléfono móvil de vez en cuando. Te prometo que, aunque lo parezca, no se acaba el mundo si apagas tu celular por un rato, o incluso un día entero. Desconéctate de vez en cuando.
No te olvides de la persona más importante en tu vida. O sea, tú misma. Puede que pongas las necesidades y deseos de otros por encima de los tuyos. Este tipo de sacrificio a veces es necesario, pero no todo el tiempo. Eventualmente te puede pasar factura en tu psiquis, así que aprende a balancear tus necesidades con la de los demás para que puedas sentirte feliz y liberada.