¿Qué pasa cuando se renuncia a la ciudadanía de EEUU?
Para fines de año aproximadamente 6,813 estadounidenses habrán renunciado a su ciudadanía
Son varias razones las que están llevando a miles de personas a renunciar a la ciudadanía de los Estados Unidos.
Además de razones pertinentes al ambiente político al interior de EEUU, el factor tributario ha sido la razón por excelencia que lleva a miles de personas ha renunciar a la codiciada ciudadanía de EEUU.
Todo empezó en 2010 cuando el Congreso aprobó la ley FACTA, la cual aumenta significativamente el castigo impositivo para ciudadanos o residentes legales que tengan propiedades que generen ingresos o negocios en el extranjero y no los reporten.
Esta ley afecta aproximadamente a unos siete millones de ciudadanos estadounidenses, la mayoría de ellos con doble ciudadanía, razón por la cual muchos de ellos han decidido renunciar al tan anhelado pasaporte azul.
Para hacerlo hay que asistir a una oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) del Departamento de Seguridad Nacional en Estados Unidos o a una embajada o consulado de Estados Unidos en el exterior.
Luego de llenar los formularios y pagar un cargo administrativo de $2,350 dólares la persona tendrá que entregar su pasaporte estadounidense, el cual se sella con la firma de un juramento de renuncia.
Si la petición es aprobada, se recibirá un certificado de la pérdida de nacionalidad. La ciudadanía no se retira legalmente hasta que se reciba este certificado.
Al hacerlo usted tendrá que pedir una visa de turismo si quiere volver a ingresar a los Estados Unidos, a menos que tenga una nacionalidad de un país que no necesite visa para visitar EEUU.
Por su parte la renuncia a la ciudadanía estadounidense no puede impedir que un país extranjero lo deporte por delitos penales u obligaciones financieras, incluyendo los pagos de manutención, impuestos atrasados previamente incurridos en los Estados Unidos o incurridos como ciudadano de Estados Unidos en el extranjero.
Si a la hora de renunciar a su ciudadanía usted tiene ingresos anuales de $160,000 dólares o un patrimonio neto de $2 millones de dólares usted tendrá que pagar un impuesto sobre la renta, también conocido como el impuesto a la “expatriación”.
Por otra parte, si el gobierno luego de investigar su solicitud encuentra que la renuncia a la ciudadanía está motivada exclusivamente por fines de evasión de impuestos, el individuo será declarado inadmisible a los Estados Unidos bajo la Sección 212 de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, en su versión modificada y no podrá ingresar al país.
Una vez la renuncia a su ciudadanía se haga oficial usted será un extranjero más. Y como extranjero no residente, usted está sujeto a pagar impuestos únicamente sobre los dividendos de las empresas de los EEUU así como de los ingresos que están efectivamente conectados a un comercio o negocio en los Estados Unidos, al igual que a propiedades inmobiliarias en Estados Unidos.
En el último año un número récord de estadounidenses ha renunciando a su ciudadanía aumentando la tendencia que comenzó en 2010.
El último informe trimestral del Departamento del Tesoro muestra que 1,376 personas renunciaron a su ciudadanía en el tercer trimestre de este año, marcando el paso por encima de 2016.
Para fines de año, aproximadamente 6,813 estadounidenses renunciarán a su ciudadanía, de acuerdo con los nuevos números del Departamento del Tesoro y las proyecciones de un informe de Bloomberg News.
Si bien en los últimos tres años la tendencia iba en aumento, desde enero de este año con el cambio de gobierno los números superan casi por el 30% las cifras del año pasado. Lo cual indica que el factor político también está siendo un motor de esta tendencia.
En 2016, un total de 5,411 ciudadanos de los EEUU renunciaron a su ciudadanía, un 26 por ciento más que en 2015.