San Francisco Deltas gana la NASL al Cosmos pero podría desaparecer
Una tragedia pese al éxito deportivo
El Kezar Stadium de San Francisco vivió el domingo uno de esas escenas surreales del fútbol en Norteamérica: miles de personas invadieron la cancha para celebrar el campeonato de un equipo que podría dejar de existir en cuestión de días.
La algarabía en el césped del Kezar fue motivada por el triunfo 2-0 de San Francisco Deltas sobre New York Cosmos en la final de la NASL, liga que en 2017 fue parte de la segunda categoría del fútbol en Estados Unidos.
Tommy Heinemann, de tiro penalti en el primer tiempo, y Devon Sandoval, en la última jugada del partido, fueron los anotadores de los goles del título. Lo que Deltas consiguió es algo que pocos pueden contar en el deporte profesional de Estados Unidos: ser campeón como equipo de expansión.
Now that's how you finish the season! @Big_dev49 taps it in as the @sfdeltas knock off the defending champs, 2-0! #TheChampionshipFinal pic.twitter.com/BfsO92pCs5
— NASL (@naslofficial) November 13, 2017
Crédito total para el técnico de Marc Dos Santos por formar y mantener un equipo competitivo pese a tener un presupuesto de menos de $1.3 millones de dólares para la nómina de jugadores. Tampoco tuvo infraestructura ya que Deltas deambulaba por parques públicos de la ciudad a la hora de entrenar.
Deltas además tuvo que hacer largos recorridos durante la temporada ya que fue el único club de la costa oeste en una NASL de apenas ocho equipos. Ningún otro plantel sumó tantas millas tanto como el de San Francisco.
Hasta ahí todo es un cuento de hadas. Una historia para admirar. Sin embargo, el éxito deportivo contrasta con la tragedia fuera de la cancha. Deltas, pese a las buenas intenciones de su presidente Brian Andrés Helmick, no consiguió ser sostenible financieramente. El equipo no atrajo suficientes aficionados y patrocinadores en su primer año.
El promedio de asistencia de Deltas fue cercano a 2,600. La cifra es mucho menor a la media de la liga, que es de 4,500. El equipo de mejor cociente de asistencia en la NASL es Indy Eleven con unos 8,300 aproximadamente.
La baja asistencia responde a errores de cálculo de los inversionistas. La bahía de San Francisco tiene equipos de ligas mayores que se llevan gran parte del mercado de aficionados a los deportes. Giants, 49ers y Golden State Warriors acaparan la atención a nivel mediático. En un segundo plano están San Jose Earthquakes, de la MLS, y San Jose Sharks, de la NHL. Y existen las competencias deportivas universitarias con Stanford y los Bears de Berkeley como protagonistas principales. Era difícil para Deltas posicionarse cuando lo que ofrecía era fútbol de una liga menor.
Las mejores asistencias llegaron en los playoffs cuando los boletos costaron $5, un valor que no fue opción en la temporada regular. El precio de los boletos fue la gran queja de aquellos que querían ser aficionados. El más barato costaba $17. Estaban en desventaja con Earthquakes, que ofrece boletos a $20 en un estadio moderno y cómodo como el Avaya Stadium, o con los Giants, que llegan a tener boletos de $15 en la reventa.
La desaparición de Deltas es casi un hecho. Depende de que aparezca otro inversionista, lo cual es poco posible ya que la NASL tiene sus propios problemas. La Federación de Fútbol de Estados Unidos le negó la segunda categoría para 2018 por no cumplir con ciertos requisitos. Los dueños de equipos como Cosmos y Miami FC se resisten a solicitar operación en la tercera categoría. La obstinación es tal que la NASL demandó a la Federación por supuesta violación a a las leyes antimonopolio ya que argumenta que se favorece la operación de la MLS por encima de todo. La NASL perdió en primera instancia y en este momento apela la decisión. De ganar podría llevar a la Federación a considerar la decisión sobre la segunda categoría, aunque no sería una obligación.
El fútbol ha progresado en Estados Unidos pero tiene mucho camino por recorrer. El hipotético epitafio de San Francisco Deltas lo dice todo: nació, fue campeón y desapareció.