Gillibrand: Demócratas tienen que recuperar el Congreso en 2018 para revertir reforma fiscal

La senadora demócrata que Trump atacó habla fuerte y directo

La senadora Kirsten Gillibrand defiende a los "Dreamers" en el pleno del Senado.

La senadora Kirsten Gillibrand defiende a los "Dreamers" en el pleno del Senado.  Crédito: Alex Wong/Getty Images

WASHINGTON—La reforma fiscal que el Congreso aprobó como “obsequio” a las corporaciones perjudicará a los trabajadores, pero servirá de arma política para que los demócratas recuperen el Legislativo en 2018 y corrijan esa ley, aseguró este miércoles la senadora demócrata por Nueva York, Kirsten Gillibrand.

En entrevista con este diario, Gillibrand explicó las prioridades de su partido para 2018, la urgencia de aprobar un “Dream Act” y de proteger los derechos de las mujeres contra el acoso sexual, y la necesidad de un “Plan Marshall” para Puerto Rico.

Gillibrand vio las imágenes de celebración de la Casa Blanca tras la aprobación en el Congreso de la mayor reforma fiscal en tres décadas, que los republicanos “venden” como un herramienta de prosperidad económica pero que, según la senadora, perjudiciará a la mayoría de las familias trabajadoras en Nueva York y otros estados.

“Los republicanos tuvieron a todos los senadores que necesitaban para aprobar este proyecto de ley. Lo que necesitamos hacer ahora es luchar muy duro para cambiar esto, para cambiar (el control de) la Cámara de Representantes y el Senado en 2018, para que empecemos a revertir los peores elementos de esta medida”, afirmó.

“Este proyecto es un masivo obsequio a las corporaciones más ricas, que ya están registrando ganancias récord… esto va a aumentar los impuestos para las familias en Nueva York, aumentará el déficit, y podría provocar recortes a la red de seguridad social”, dijo Gillibrand, al hacerse eco de las quejas principales de su bancada en torno a la reforma fiscal.

A la defensa de los Dreamers

Poco antes de la entrevista, Gillibrand ofreció un apasionado discurso desde el pleno del Senado en el que nuevamente urgió al Congreso a que proteja a los “Dreamers” en el marco de las negociaciones de un proyecto de ley de gastos de gobierno de largo plazo.

Preguntada al respecto, Gillibrand reiteró su amenaza de bloquear un proyecto de ley presupuestario de larzo plazo si no incluye el “Dream Act”, una medida bipartidista que legalizaría a poco más de 1.2 millón de “Dreamers”.

 “No pienso votar por un paquete de fondos de largo plazo si no hay una protección para los Dreamers, y sé que otros senadores piensan igual. Sé que hay consenso de que no habrá un voto para ese paquete si no se incluye a los Dreamers”, afirmó.

Gillibrand se refirió al otro megaproyecto de ley de gastos para las distintas agencias del gobierno que se negocia para el próximo año.

Preguntada sobre el riesgo político de provocar un cierre del gobierno a cambio de un asunto tan radiactivo y divisorio como inmigración, Gillibrand fue contundente: “se trata de un asunto de derechos humanos y de dignidad humana, y no creo que debamos hacer concesiones con eso”.

Para Gillibrand, el Congreso afronta un momento coyuntural que definirá la naturaleza de este país, y el tiempo apremia para más de un centenar de “Dreamers” que desde ya están perdiendo sus permisos bajo “DACA” y su sustento,  y quedarán expuestos a la deportación.

Gillibrand insistió en que los “Dreamers” contribuyen a la economía de su estado y de la nación, y la eliminación del programa de “acción diferida” (DACA) de 2012 fue una acción cruel de la Administración Trump.

“Las historias de los Dreamers son desgarradoras y es indignante que más miembros del Congreso  no empaticen con ellos y entiendan cómo viven. Son un recurso valioso para nuestro país, crean negocios, prestan servicio militar, asisten a nuestras universidades”, destacó.

Bajo presiones de la Casa Blanca, los legisladores aparentemente piensan aprobar una “resolución continua” de corto plazo para evitar un cierre del gobierno pasada la medianoche del próximo viernes, y dejarán el asunto de “DACA” para el mes próximo.

Luchará por Puerto Rico

Gillibrand dijo que la exclusión de Puerto Rico de la reforma fiscal es “una de las cosas más vergonzosas de esta medida”, en unos momentos en que la isla necesita ayuda para agilizar su reconstrucción tras el paso del huracán “María” en septiembre pasado.

Por otra parte, la medida de $81,000 millones que propusieron los republicanos ayer es un “buen primer paso” pero no basta para paliar la “crisis humanitaria” en Puerto Rico, tomando en cuenta que tan solo la isla requerirá más de $100,000 millones para levantarse de nuevo, dijo.

Necesitamos un Plan Marshall para Puerto Rico. Necesitamos reconstruir sus industrias manufacturera, financiera, de turismo, su tendido eléctrico… yo voy a luchar para crear ese Plan Marshall”, prometió Gillibrand, al referirse al masivo plan ingeniado para la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial.

Las mujeres no serán silenciadas

Desde que desembarcó en el Senado en 2009, para ocupar el escaño que dejó vacante la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton,  Gillibrand ha preferido trabajar “bajo el radar”, movilizando a la base demócrata a favor de causas populares, sobre todo en torno a asuntos como los derechos reproductivos de la mujer, y los derechos de los homosexuales.

En las últimas semanas, saltó a la palestra nacional tras convertirse en blanco de los ataques del presidente Donald Trump, quien en su cuenta en Twitter la llamó un “peso liviano” que en el pasado “rogó” por donaciones electorales y “haría cualquier cosa” por conseguirlas.

Sus ataques contra ella levantaron una “polvareda” política, sobre todo en el contexto del debaten nacional sobre el acoso sexual de las mujeres en los sitios de empleo.

“Aunque el presidente quizá tenía la intención de silenciarme a mi y a otras mujeres que han denunciado las políticas con las que no están de acuerdo, desde luego a mí no me va a silenciar, y no creo que tampoco silenciará a otras mujeres”, enfatizó.

“Sin nuestras voces, sin nuestras historias, sin nuestro enfoque, perderíamos el mensaje (del movimiento) #MeToo, y no lograríamos el tipo de reforma que necesitamos en todas las industrias”, advirtió.

Gillibrand dijo que millones de mujeres aún temen hacer denuncias por miedo a represalias o a perder sus empleos, pero es importante apoyarlas. Por ello, promueve una legislación para combatir el acoso sexual en el Congreso y ya cuenta con 22 copatrocinadores.

De 51 años, Gillibrand es considerada una de las estrellas ascendientes del Partido Demócrata y, por ahora, no afronta rivales de consideración, de cara a los comicios legislativos de noviembre de 2018.

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