Gobierno no tiene fondos para operar tras fracaso de plan presupuestario en el Senado

El Senado, como estaba previsto, no logró los 60 votos para aprobar el plan

WASHINGTON— El gobierno federal, bajo control republicano, se aproximó este viernes a su primera suspensión de operaciones desde 2013, después de que el Senado no logró aprobar  un paquete presupuestario hasta el próximo 16 de febrero debido a desacuerdos entre los demócratas  y la Casa Blanca sobre protecciones para los “Dreamers”.

El Senado, como estaba previsto, no logró reunir los 60 votos necesarios para aprobar el plan presupuestario,  que fue aprobada ayer por la Cámara de Representantes. La medida de la discordia, que a duras penas logró 48 votos,  excluyó protecciones para los beneficiarios de “DACA”, una de las exigencias de los demócratas.

Sin embargo, la dramática situación cambiaba minuto a minuto -con acaloradas conversaciones entre ambos partidos en el pleno del Senado-, y aún cabe la posibilidad de que algún senador pueda cambiar su voto.

El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, sostuvo una extensa reunión a puerta cerrada con el presidente Donald Trump, y posteriormente dijo a los periodistas que aunque hubo progreso, todavía no hay acuerdo.

“Tuvimos una reunión larga y detallada. Discutimos todos los asuntos principales pendientes; hubo progreso pero aún tenemos un buen número de desacuerdos”, dijo Schumer a su regreso al Capitolio.

La Cámara de Representantes, bajo control republicano, aprobó anoche, con 230 votos a favor y 197 en contra, un plan para mantener abiertas las puertas del gobierno hasta el próximo 16 de febrero.

En el Senado, tanto la bancada demócrata como al menos seis republicanos habían dicho que votarían en su contra.  Los republicanos redujeron su mayoría en la Cámara Alta por un escaño, a 51-49, por lo que necesitan la cooperación de la oposición para llegar a 60 votos.

Tras  una jornada de intensas negociaciones, que incluyó una reunión de emergencia de la bancada demócrata durante hora y media, el Senado, como estaba previsto, rechazó la legislación en disputa. Eso significa que pasada la medianoche el gobierno agotará sus fondos.

Los demócratas habían dicho que votarían en contra del plan si no se  incluían protecciones para los “Dreamers”, como habían acordado durante negociaciones bipartidistas la semana pasada.

Sólo cinco senadores demócratas votaron a favor del plan,  todos en estados que ganó Trump en 2016 y que buscarán  la reelección en noviembre próximo, incluyendo el nuevo senador demócrata por Alabama, Doug Jones.

Horas antes del fracaso en el  pleno del Senado, el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB), Mick Mulvaney, dijo a los periodistas en la Casa Blanca que confiaba en que podía llegar a un acuerdo antes de medianoche, si bien la Cámara Baja tendría que volver a votar el plan.

“Es más probable que si el Senado hace cambios, a la Cámara Baja le tomaría un poco más de tiempo para que todos (los legisladores) se regresen a votar”, agregó Mulvaney.

El director de la OMB insistió en que es muy posible que se pueda llegar a un acuerdo antes del lunes próximo, cuando reabran las oficinas del gobierno. Así, los escenarios posibles son que haya un cierre del gobierno pasada la medianoche, y los legisladores continúen negociando durante el fin de semana. 

Trump canceló sus planes de viajar a su residencia en Florida por el fin de semana, y permanecerá en Washington hasta que se resuelva la disputa sobre el plan presupuestario, según la Casa Blanca.

Durante la mañana, Trump advirtió en Twitter que era inminente un cierre del gobierno, y culpó a los demócratas de provocar la crisis por insistir en “inmigración ilegal y débiles fronteras”.

Tras la reunión con Schumer, descrito como otro duro neoyorquino como él, Trump dijo que el encuentro fue “excelente” y se mostró satisfecho con el progreso para romper el punto muerto en las frágiles negociaciones.

Poco antes de la votación, cuando estaba claro que la medida fracasaría, Trump volvió a Twitter a culpar a los demócratas de provocar un  cierre del gobierno para “ayudar a disminuir el gran éxito de los Recortes de Impuestos, y lo que estamos haciendo para nuestra pujante economía”.

En general, Trump y sus aliados republicanos quieren culpar a los demócratas del posible cierre del gobierno, acusándolos de tomar como “rehenes” a los militares, que sentirán de inmediato la falta de fondos.

Según el Pentágono, con un cierre del gobierno los soldados en activo dejarán de recibir su salario mientras que un gran número de los empleados civiles tomarían licencia sin pago.

Por su parte, los demócratas, y grupos afines, replican que los republicanos controlan la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso, pero están tomando como “rehenes” a los “Dreamers”.

Si Trump y los republicanos tuviesen voluntad política, como demostraron frente a las cámaras durante una extensa reunión en la Casa Blanca el martes de la semana pasada, ya habría un acuerdo, aseguran. En esa reunión, habían acordado resolver el asunto de “DACA” y, más adelante, negociar asuntos relacionados con la seguridad fronteriza, un fin a la “lotería de visas” y el cese a la “inmigración en cadena”.

Los republicanos de “línea dura” no quieren hacer concesiones, y los demócratas afrontan presiones de su base para cumplir con su promesa de ayudar a los “Dreamers”.

Mientras, activistas del movimiento de los “Dreamers” de todo el país, que han realizado protestas a diario esta semana,  protagonizaron otra hoy frente a la sede del Partido Republicano para exigir la inclusión del “Dream Act” en el paquete presupuestario.

Activistas como Greisa Martínez, de “United We Dream”, rechazaron que sean los responsables de un posible cierre del gobierno, e insistieron en que los republicanos tienen la respuesta en sus manos.

“Si el gobierno cierra hoy, será la culpa de Donald Trump; lo sabe todo el país, lo sabemos nosotros. Solo queremos luchar por nuestras vidas, por permanecer acá,  no para cerrar el gobierno”, afirmó.

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Según Martínez, aunque un tribunal federal ordenó la reactivación del programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, la Administración ha decidido apelar ese fallo y, en todo caso, tener ese permiso tampoco es garantía de que los “Dreamers” estén a salvo de una deportación.

Con un cierre del gobierno, se suspenderían todas las operaciones no relacionadas con la seguridad nacional, pero se mantendrían las relacionadas con el Seguro Social, aunque todo esto tendría un “efecto dominó” en la economía.

Sería el primer cierre del gobierno bajo la Administración Trump, en unos momentos en que la mayoría de las encuestas le dan una baja tasa de aprobación.

El último cierre del gobierno, ocurrido en octubre de 2013, duró 16 días y se produjo por pugnas partidistas en torno a enmiendas para diluir “Obamacare”.

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