Tensión en Chicago por envío de la Guardia Nacional a la frontera con México
Defensores de los derechos de los inmigrantes en Chicago manifestaron su rechazo a la decisión del presidente Donald Trump de militarizar la frontera y se oponen a la construcción del muro
Un grupo de activistas de Chicago se congregaron en días recientes frente a la torre Trump en el centro de la ciudad para protestar contra la decisión del presidente Donald Trump de enviar soldados de la Guardia Nacional a la frontera sur de Estados Unidos.
La decisión Trump fue en parte una respuesta a la caravana de inmigrantes centroamericanos que avanzaba por México hacia a Estados Unidos para solicitar asilo, indicaron los organizadores de la protesta en Chicago.
Trump anunció el envío entre 2,000 y 4,000 efectivos de la Guardia Nacional a la frontera con México. Y el número de detenciones de indocumentados aumentó más de un 200% en el mes de marzo respecto al mismo mes de año 2017.
“Trump apunta de nuevo a México y Centroamérica para justificar las acciones agresivas contra nuestras comunidades”, señalaron miembros de la Alianza por los Derechos de los Inmigrantes.
Según reportes de prensa, Arizona dio a conocer el despliegue de 150 soldados de la Guardia Nacional a la frontera. Texas inició con el traslado de 250 soldados. Nuevo México se comprometió a desplegar 80 efectivos esta semana y California 400.
El activista Carlos Arango, de la Alianza por Derechos de los Inmigrantes, dijo que se reunieron frente a la torre Trump para protestar contra la militarización de la frontera y la construcción del muro y demandaron amnistía para todos los inmigrantes. “Necesitamos resolver el problema de inmigración, no agravarlo”, destacó.
La Guardia Nacional no es la solución
El anuncio de de desplegar soldados de la Guardia Nacional en la frontera con México también generó reacciones de tensión, rechazo y preocupación entre activistas, organizadores comunitarios e inmigrantes que buscan cruzar la frontera con México rumbo hacia Estados Unidos.
Para el activista salvadoreño José Landaverde la decisión de Trump de enviar la Guardia Nacional no es algo que le sorprende, puesto que ya lo han hecho otros presidentes en el pasado y porque, para él, las decisiones de Trump “nunca van hacer favorables a nuestras comunidades inmigrantes”.
Cabe destacar, que antes de Trump el presidente George W. Bush ordenó desplegar en la frontera a unos 6,000 efectivos de la Guardia Nacional en 2006. Barack Obama hizo lo propio, enviando 1,200 soldados en 2010.
“Estamos viendo como Inmigración está siendo empoderada por el presidente Trump para perseguir a la gente inmigrante indocumentada”, mencionó Landaverde de la Misión, Fe, Vida y Esperanza de West Chicago.
Los participantes de la caravana centroamericana en México eran en su mayoría de Honduras, un país golpeado por la violencia pandilleril y la pobreza, por lo que la gente emigra en busca de un mejor porvenir, dice la hondureña indocumentada Doris Aguirre. “Emigramos porque queremos un bienestar, queremos estar bien con nuestra familia, tenemos derecho a vivir tranquilos y sin violencia, a tener un plato de comida, por eso es que la gente viene para acá buscando un futuro mejor”.
Mandar a la Guardia Nacional a la frontera no es la solución porque siempre va haber manera de cruzar, no será la primera ni la última vez, dice Aguirre. “Hay tensión y preocupación en la comunidad inmigrante. Sin embargo, siempre seguirán habiendo inmigrantes cruzando para este país, mientras las políticas en nuestros países no cambien, mientras no tengamos un nivel de vida estable que haya trabajos, que haya mejoras salariales, mejor educación y mientras no se arregle el sistema de inmigración roto que tenemos, esto no va cambiar más bien más y más gente estará emigrando”, aseveró.