Editorial: Aún hay segregación

Las injusticias persisten respecto a la Ley de Justicia en la Vivienda

Carson es señalado por un gasto excesivo en muebles.

Carson es señalado por un gasto excesivo en muebles. Crédito: EFE

La segregación racial es un problema que persiste, a pesar de haberse aprobado hace medio siglo la Ley de Justicia en la Vivienda. Durante este periodo hubo progreso, pero todavía falta mucho por hacer.

La Casa Blanca no está interesada en avanzar en este tema. La designación del médico afroamericano Ben Carson al Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, muestra lo contrario.

El e rival del presidente Donald Trump, en la primaria presidencial, fue reacio a aceptar la oferta para dirigir HUD por carecer de experiencia gubernamental. Al final, lo aceptó para convertirse en un vergonzoso integrante de un gabinete repleto de escándalos.

Primero fueron los desaciertos verbales de Carson como considerar “estúpida” a la gente cree que necesita tener alguna experiencia en el área que va a dirigir. O decir que los esclavos eran “inmigrantes que llegaron en el fondo de barcos de esclavos que trabajaron más tiempo y más duro por menos”. Luego, fue el juego de comedor de $31,000 para su oficina, quien responsabilizó a su esposa de haberlo ordenado.

En HUD la inoperancia es su marca. Trump estuvo acertado en elegir a un neurocirujano si su intención era hacer una lobotomía a una agencia federal cuya labor es ayudar a los estadounidenses.

Los primeros seis meses de gestión hubo un éxodo de personal experimentado frustrado con el liderazgo de Carson. La crítica fue la incapacidad de defender HUD de los draconianos recortes de presupuesto, especialmente los destinados a mermar los programas de asistencia en los alquileres como la Sección 8.

Esto bajo Trump no se ve como un ayuda estabilizadora, sino como un beneficio público a eliminar. Total, para Carson la pobreza es “un estado mental” que se soluciona con la “mentalidad correcta”.

Lo peor es la traición a la histórica ley de derechos civiles, que protege contra la discriminación en la venta, alquiler, financiamiento y publicidad de vivienda.

Carson diluyó la función de HUD al eliminar las frases “libre de la discriminación” y comunidades inclusivas” de la declaración que describe la misión de la agencia.

También congeló una acción del expresidente Barack Obama, pidiendo a los alcaldes planes para desagregar las ciudades.

Se dieron varias explicaciones para esta decisión como ser muy onerosa para las localidades, la prioridad es otro tipo de discriminación y hay que detener todo para recalibrar la agencia. Carson una vez comparó la norma con “fallidos experimentos socialistas”.

Un gran problema es la solapada discriminación racial a la hora de dar préstamos para comprar una vivienda. HUD bajo Carson no presentó ninguna demanda en esta área.

Trump, junto a su padre, en su momento enfrentó demandas por discriminación racial en sus proyectos inmobiliarios. Parece que hoy destruye esta ley para saldar una cuenta vieja.

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