Extremistas blancos que planeaban matar a musulmanes podrían recibir cadena perpetua

Activistas divulgarán informe que vincula "veda musulmana" con mayor violencia contra ese grupo desde que Trump llegó al poder

WASHINGTON— Imaginándose líderes de una nueva “cruzada” contra los musulmanes, tres extremistas blancos en Kansas planearon un ataque con bombas para exterminar a refugiados somalíes musulmanes, a quienes describieron como “cucarachas”, pero un jurado los declaró culpables y en junio próximo podrían recibir cadena perpetua.

Los tres acusados, Patrick Stein, Gavin Wright, y Curtis Allen, fueron declarados culpables ayer en un tribunal de Wichita (Kansas) de cargos de posesión de explosivos y conspiración contra los derechos civiles, y Wright fue condenado además por mentir al FBI.

Los tres deberán acudir a una audiencia para recibir su sentencia el próximo 27 de junio y el caso, según activistas, es otro ejemplo de la paranoia anti-inmigrante en algunos sectores de Estados Unidos, que se ha avivado en la “era de Trump”.

El trio es simpatizante del presidente Donald Trump, quien ha dicho en numerosas ocasiones que los terroristas podrían infiltrarse en el país haciéndose pasar por refugiados.

Sus abogados no lograron que el juez del caso seleccionara miembros del jurado de zonas rurales donde Trump tuvo un mayor apoyo en 2016. Tampoco lograron convencer al jurado de que los acusados no hablaban en serio en 2016 de planear la matanza de refugiados musulmanes en un complejo de apartamentos.

Era, según la defensa, simplemente retórica y “bravuconadas de vestuario” que, aunque cargadas de odio, está protegida por la Primera Enmienda de la Constitución.

Pero la fiscalía puso en el banquillo a Brody Benson, otro miembro de la milicia “Kansas Security Forces, quien ofreció testimonio sobre los planes de Stein y sus cómplices, y de que lo comenzó como una “broma” se estaba volviendo un plan “más serio y concreto”.

El fiscal de Kansas, Stephen McAllister afirmó que los “terroristas” no tienen cabida en ningún lugar y el dictamen en contra de Stein, Wright y Allen “es una victoria para el imperio de la ley y la seguridad nacional”.

No obstante su ensañamiento con los inmigrantes, el fiscal general, Jeff Sessions, también condenó las acciones del trío y declaró una “victoria significativa contra el terrorismo doméstico y los crímenes motivados por el odio”.

Musulmanes, sinónimo de “cucarachas”

El testimonio de un informante, Dan Day, que se infiltró en el grupo haciéndose pasar como otro militante extremista, acabó por hundirlos: sus grabaciones secretas revelaron cómo los tres llamaban “cucarachas” a los refugiados, y expresaban sin tapujos un odio visceral contra ellos.

En una de las grabaciones, se escucha a Stein decir que “las putas cucarachas en este país se tienen que ir” porque “son la amenaza del momento” en EEUU. Stein era conocido en su círculo como el “hombre Orkin”,  por la empresa especializada en combatir pestes.

En una ocasión, los tres hombres marcaron un mapa virtual con etiquetas de “cucarachas” en zonas con altas concentraciones de musulmanes, y finalmente se decidieron por un complejo de apartamentos en Garden City, donde viven muchos inmigrantes somalíes.

Un agente encubierto de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) se hizo pasar por un traficante de armas, que no sólo compartía su odio hacia los musulmanes sino que les dijo que estaba dispuesto a construirles una bomba.

La fiscalía señaló que el plan era detonar bombas en noviembre de 2016, en momentos de oración en la mezquita del complejo residencial -cuando los musulmanes estarían congregados allí como “sardinas”, según Stein-  para causar el mayor número de muertos.

Stein quería, según las pruebas presentadas en el juicio, que el daño de la bomba fuera tal que los cuerpos de las víctimas quedaran “como gelatina”.  Los tres cómplices se hacían llamar “los cruzados”, en alusión a las “Cruzadas” cristianas que entre 1092 y 1291 luchaban por el control de Tierra Santa contra los musulmanes.

El grupo “Southern Poverty Law Center”, que monitorea a los grupos motivados por el odio racial, celebró el dictamen de Kansas y señaló que cada año, un promedio de 250,000 personas son víctimas de delitos de ese tipo, la mayoría de los cuales son crímenes violentos.

Moussa Elbayoumy, presidente del capítulo de Kansas del Concejo de Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR, en inglés), dijo esperar que el veredicto sirva como lección y advertencia para quienes piensen poner en acción su odio anti-inmigrante.

En entrevista telefónica con este diario, Elbayoumy dijo hoy que el caso en Kansas es “otra manifestación de la histeria anti-inmigrante” en EEUU, y teme que la retórica anti-inmigrante del presidente Donald Trump ha envalentonado a supremacistas blancos, que durante años han albergado odio contra los extranjeros.

“Los cambios políticos del último año han alentado a estos elementos, han hecho que sea aceptable expresar abiertamente el odio contra los musulmanes y los inmigrantes. El peligro de eso es que muchos de estos grupos, ya envalentonados, pasaban de la retórica a la acción violenta”, dijo Elbayoumy.

“Que Sessions haya condenado esto me parece que es como con otras declaraciones de denuncia, que llegan demasiado tarde y sólo cuando ya estas situaciones no se pueden ignorar más. Es solo para protegerse políticamente, pero difícilmente se puede separar la retórica de lo que estamos viendo en el país”, argumentó.

Su grupo publicará el lunes próximo un informe con “pruebas concretas” de que la “veda musulmana” de Trump ha incrementado la discriminación y violencia contra los musulmanes en el último año.

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