Editorial: Que se haga justicia

La muerte de Claudia Patricia Gómez González no puede quedar impune

La muerte de Claudia Patricia Gómez González pudo evitarse. No hay indicios de algún motivo para que un agente de la Patrulla Fronteriza le dispare un tiro en la cabeza.

La declaraciones de las autoridades fronteriza oscurecen lo ocurrido. Primero fue que ella integró un grupo de “múltiples sujetos que usando objetos contundentes” atacaron al patrullero. Después la explicación cambió. El grupo de indocumentados ignoró la orden del agente de tirarse al piso y “se abalanzaron sobre él”.

En la primera descripción, la joven guatemalteca de 20 años de edad, fue “una de la agresoras”. En la segunda fue “una integrante del grupo”. La principal testigo dijo escuchar la corrida de indocumentados, lo que no es raro desde su casa cercana a la frontera, y un disparo. Nunca oyó un grito de advertencia.

Nos preocupa que desde el primer momento el relato de lo ocurrido no fue fidedigno. Hay dudas de que sea verdad que los indocumentados se abalancen sobre un agente.

La ausencia total de transparencia desde el primer momento requiere una meticulosa investigación independiente de lo ocurrido.

Las cifras oficiales dicen que el año pasado se produjeron 17 incidentes en que los agentes de la patrulla usaron las armas, en comparación con 55 en 2012. La agencia no informó cuántos de estos fueron fatales.

Se sabe que, cuando se habla de muertes ocurridas en el cruce fronterizo, la Patrulla Fronteriza reporta menos de lo real, según un estudio de la Oficina General de Contraloría. Un análisis de CNN reportó que durante los últimos 16 años fiscales, que concluyó el pasado septiembre, no se contabilizó la muerte de 564 personas que intentaron cruzar la frontera del total recuento oficial de 5,984.

Esta imprecisión refleja un desinterés preocupante, una desvalorización de la vida de los migrantes. Hay que reconocer que como hay patrulleros que destruyen las botellas de agua, que son el salvavidas de muchos migrantes, también hay quienes los rescatan.

La estadística indica que el patrullero es el agente que corre menos peligro en comparación a los oficiales de otras fuerzas policiales.

El sindicato de patrulleros quiere mantener una narrativa de riesgo permanente. Ellos respaldaron la candidatura de Donald Trump. Ellos están de acuerdo que el indocumentado es una amenaza que hasta puede convertirse en un “animal”, como dice el presidente Trump.

La muerte del patrullero Rogelio Martínez ocurrida el año pasado fue declarada un accidente por el FBI. Trump tuiteó que fue “brutalmente golpeado” y el sindicato dijo que fue una emboscada de indocumentados.

En este contexto perdió la vida Patricia Gómez González. El reporte dice que la mató el disparo de un agente. La realidad es que murió por el ambiente y la cultura en la Patrulla Fronteriza.

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