Escalada en guerra comercial con China golpeará a consumidores en EEUU, advierten expertos

Trump quiere castigar a aliados que son desleales en el comercio internacional pero perjudicará a consumidores y trabajadores en EEUU, según expertos

Se teme el recrudecimiento de la guerra comercial entre los dos países

Se teme el recrudecimiento de la guerra comercial entre los dos países Crédito: Getty Images

WASHINGTON—Donald Trump ganó la presidencia en 2016 con una retórica de nacionalismo económico pero su amenaza de imponer más aranceles a productos chinos, por encima de los que aplicó la semana pasada, agravará la guerra comercial con China y golpeará el bolsillo de los consumidores estadounidenses, advirtieron hoy expertos.

Antes de emprender su viaje por Europa, donde levantó ampollas entre aliados de EEUU, especialmente Alemania, Trump amenazó con imponer aranceles adicionales del 10% a productos chinos por un valor de aproximadamente $200,000 millones.

El anuncio de la nueva lista de productos  que estarían afectados, incluyendo verduras, pescado y mariscos, carbón, bolsos, productos tecnológicos y refacciones de automóviles, provocó hoy una caída en los mercados bursátiles en Wall Street, Asia y Europa.

Esos nuevos aranceles, que serán sujeto de una audiencia a finales de agosto próximo, serían por encima de los de un 25% a productos chinos, por un valor de $34,000 millones, que entraron en vigor el pasado 6 de julio. La Administración sopesa aranceles a otros productos por un valor de $16,000 millones para finales de este mes.

China ya había tomado represalias contra la primera ronda de aranceles, castigando las exportaciones estadounidenses como carne porcina, frijoles de soya y otros productos agrícolas, pantalones vaqueros, whisky,  y automóviles eléctricos.

El gobierno de Pekín dijo hoy que responderá con medidas recíprocas en cuanto a “cantidad y calidad” a la nueva amenaza, aunque no dio detalles.

El representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, explicó en un comunicado que la Administración Trump ha esperado “pacientemente” a que China cesara sus prácticas comerciales injustas, abriese su mercado y compitiera lealmente en el mercado internacional.

“Pero en vez de responder a nuestras preocupaciones legítimas, China ha comenzado a tomar represalias contra productos estadounidenses”, en una movida que “no tiene justificación”, argumentó el titular de la Oficina del Representante de Comercio Exterior (USTR).

El gobierno de China no descarta presentar una queja contra EEUU ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) para que intervenga en la disputa comercial, que tiene nerviosos a los inversionistas por el impacto que pueda tener en los pronósticos de crecimiento económico.

La situación actual con China fue precedida por aranceles ordenados por Trump contra importaciones de acero y aluminio de Canadá, México, y la Unión Europea (UE), que respondieron con sus propias medidas punitivas.

Golpe en el bolsillo para todos

Desde el año pasado, Trump se ha quejado del déficit comercial de unos $370,000 millones que EEUU mantiene con China, y la disputa actual con diversos aliados comerciales  europeos no se ha quedado en meras palabras, a juzgar por datos oficiales.

“La realidad es que una guerra de aranceles no afectaría a China a unos niveles preocupantes para ellos, pero sí incrementará los precios de algunos productos en EEUU”, dijo a este diario Gunther Sanabria, analista político y abogado en Washington.

“Muchos congresistas, incluyendo varios republicanos, entienden que una guerra comercial con China es una guerra perdida. Trump debería dedicar más tiempo a forjar alianzas económicas, no crear guerras comerciales sin una estrategia clara”, aconsejó el experto.

El sector de vivienda ya está sintiendo el efecto de los aranceles impuestos a la madera canadiense, los precios de las lavadoras han aumentado en un 9%, y se avecina un alza en los precios de computadoras y demás electrodomésticos, que dependen de materia prima de China.

La guerra comercial en ciernes afectará a los consumidores en todos los estratos sociales, desde los que compran en Target o Walmart hasta los que compran coches de lujo, según observadores.

La empresa de motocicletas Harley-Davidson, que por ahora está aguantando los embates de los aranceles de la UE a sus exportaciones, se verá forzada a subir sus precios para compensar los costos de producción, posiblemente mermando sus ventas.

Según Matthew Shay, presidente de la Federación Nacional de Ventas al Menudeo (NRF, en inglés), habrá un alza en los precios de productos fabricados en EEUU que dependen de insumos afectados por los aranceles, lo que afectará el bolsillo de los consumidores acostumbrados a las gangas en este país.

Shay instó a la Administración a que abandone su plan contra China y piense en una mejor estrategia, si su intención es proteger miles de trabajos en EEUU y evitar un alza en todos los productos en los almacenes.

Los aranceles debilitarán el beneficio de los recortes tributarios y obligarán a los consumidores a pagar más por útiles escolares, baterías, y herramientas, entre otros productos. En vísperas del regreso a las universidades, los estudiantes pagarán más frigoríficos para sus dormitorios, advirtió NRF.

Aunque China importa más productos de EEUU de los que vende en este país, sí tiene posibilidad de causar un mayor daño, tomando en cuenta que muchos productos estadounidenses –como los disponibles en grandes cadenas de almacenes como Walmart- son fabricados en el país asiático.

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Un análisis del pasado 25 de juniodel Instituto Internacional Peterson de Economía(PIIE, en inglés), indicó que las compañías estadounidenses pueden encontrar alternativas a las importaciones de China para mantenerse competitivas , “algunas de mayor calidad y, por lo tanto, más costosas, y otras a menor precio pero con menor calidad”.

Pero aún si las empresas encuentran vías alternas para no interrumpir su producción de bienes, tarde o temprano, los consumidores estadounidenses terminarán “pagando los platos rotos” del desencuentro entre Washington y Pekín, según el análisis.

El Congreso no lo aplaude

Mientras tanto, líderes demócratas y republicanos en ambas cámaras del Congreso, especialmente en estados agrícolas que Trump ganó en 2016, han aconsejado cautela en el manejo de la disputa actual.

El senador republicano por Utah, Orrin G. Hatch, por ejemplo, dijo que si bien China ha tomado ventajas comerciales, Estados Unidos debe tener una estrategia eficaz para responder a sus tácticas, pero no con medidas que ponen en riesgo “la salud y prosperidad de la economía estadounidense a largo plazo”.

La frustración de los políticos es tal que hoy mismo, arriesgando la ira de Trump, los líderes del Senado rompieron una regla no escrita de no criticar al presidente en sus giras internacionales y aprobaron por abrumadora mayoría una resolución que lo obliga a pedir el permiso del Congreso para asuntos comerciales.

La resolución no vinculante, que obtuvo 88 votos a favor y 11 en contra, insta a Trump a solicitar autorización del Congreso antes de imponer aranceles al comercio exterior apoyándose en argumentos de seguridad nacional.

“Seamos claros, esto es un reproche al abuso de autoridad comercial del presidente. ¿Se imaginan si fuésemos Canadá y nos dijeran que las exportaciones de acero y aluminio a EEUU son una amenaza a la seguridad nacional”, dijo el saliente senador republicano por Arizona, Jeff Flake, tras advertir que “nadie gana una guerra comercial”.

David French, vicepresidente sénior para asuntos gubernamentales de la NRF, celebró la medida simbólica del Senado al señalar que “claramente hay una creciente preocupación bipartidista por la insensata agenda comercial” de Trump.

“El Congreso juega un papel importante para proteger a los estadounidenses que trabajan duro de una guerra comercial, y este voto es un primer paso importante… esperamos que avance esta legislación de sentido común”, puntualizó.

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