Clinton denuncia que más de 500 niños migrantes sigan detenidos en albergues del gobierno
La demócrata, quien sigue en la mira de los ataques de Trump, raras veces hace declaraciones públicas sobre los temas más controvertidos del país
WASHINGTON — Más de 500 niños continúan en albergues del gobierno federal y separados de sus padres, cinco semanas después del plazo impuesto por un juez a la Administración Trump, afirmó este jueves la excandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, al sumarse a las denuncias sobre la separación de familias.
En su cuenta en Twitter, Clinton, exrival de Donald Trump en la contienda presidencial de 2016, condenó hoy la separación de 2,551 niños de sus padres en la frontera sur, en el marco de la política de “tolerancia cero” que anunció en abril pasado la Administración.
Los niños, 23 de los cuales son menores de cinco años de edad, están en albergues de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) del Departamento de Salud y Recursos Humanos (HHS).
“Más de 500 niños siguen esperando a ser reunificados con sus padres, cinco semanas después del plazo que tenía la Administración para reunificar a las familias. Cada día que se les hace esperar es una tragedia”, afirmó Clinton.
Over 500 children are still waiting to be reunited with their parents, five weeks after the administration's deadline to reunify families. Every day they are made to wait is a tragedy.
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) August 30, 2018
Clinton ha mantenido un bajo perfil de cara a los temas más acuciantes del país, y Trump lanza ataques contra ella llamándola “corrupta” y pidiendo que el Departamento de Justicia la investigue.
Pero en los últimos días, ha recurrido a las redes sociales para denunciar la separación de familias. Hace dos días, instó al público a presionar al Congreso para lograr la reunificación de las familias.
We have to be better than this. Make sure your representatives continue to hear from you that families belong together, and give what you can to the efforts to reunite these children with their families.https://t.co/RvyCsc9HhI
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) August 28, 2018
This heartbreaking video from the ACLU shows the consequences of separation: https://t.co/0NPjpAFd8u
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) August 28, 2018
El pasado 18 de junio, Clinton condenó las declaraciones del fiscal general, Jeff Sessions, quien utilizó referencias bíblicas para justificar la separación de familias.
Al igual que otros líderes demócratas y grupos pro-inmigrantes, dejó en claro que ninguna ley federal exige la separación de familias, como argumentó en su momento la Administración.
What’s happening to families at the border right now is a humanitarian crisis. Every parent who has ever held a child in their arms, every human being with a sense of compassion and decency, should be outraged.
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) June 18, 2018
Despite what this White House claims, separating families is not mandated by law. That is an outright lie, and it’s incumbent on all of us – journalists and citizens alike – to call it just that.
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) June 18, 2018
Those who selectively use the Bible to justify this cruelty are ignoring a central tenet of Christianity. Jesus said "Suffer the little children unto me." He did not say “let the children suffer.”
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) June 18, 2018
Durante su campaña presidencial, Clinton promovió una agenda que incluía apoyo a una reforma migratoria integral para legalizar a los “Dreamers” y resto de la población indocumentada.
Sin embargo, como secretaria de Estado en 2014, durante otra crisis humanitaria en la frontera sur, Clinton no escapó a la controversia al sugerir que los niños indocumentados no acompañados debían ser deportados a Centroamérica.
En una entrevista con CNN, Clinton matizó que esos niños debían ser regresados a sus padres “en cuanto se pueda determinar quiénes son los adultos responsables en sus familias”. Aunque sentó condiciones para la reunificación de esos niños, sus declaraciones se convirtieron en arma electoral en las presidenciales de 2016.
En respuesta a una demanda de la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU), un juez federal en San Diego (California), Dana Sabraw, había fijado dos plazos para que la Administración reunificara a los niños con sus padres, uno para menores de cinco años, y otro para el resto de los niños y jóvenes en albergues del gobierno federal.
La Administración tardó varios días en cumplir ambos plazos, alegando siempre que no todos los padres reunían los requisitos para ser reunificados con sus padres.
Según el informe más reciente del gobierno, presentado el jueves de la semana pasada, para el pasado 20 de agosto, 528 niños siguen separados de sus padres, 23 de los cuales son menores de cinco años. Es una leve mejoría respecto a la cifra de 565 niños de la semana anterior.
De la cifra actual, las autoridades han deportado a los padres de 343 niños, seis de los cuales son menores de cinco años.
Consultada por este diario, HHS no ha explicado el plan para reunificar a estos niños.
Trump y varios miembros de su Gabinete han insistido en que el Congreso debe eliminar “los resquicios” legales que, a su juicio, alientan la emigración ilegal desde Centroamérica.
La Administración echa en el saco de “resquicios” al “Acuerdo Flores de 1997” y otras protecciones federales y bajo el derecho internacional para personas que solicitan asilo en EEUU. Su demora para completar la reunificación familiar le ha valido críticas de activistas pro-inmigrantes en todo el país.
En declaraciones hoy a este diario, Ur Jaddou, directora del grupo “DHS Watch”, condenó que la Administración Trump “ha creado múltiples trabas para reunificar a las familias que separó”, y no parece tener un plan para lograr esa meta.
Citando a un funcionario de la Administración, Jaddou consideró que la falta de un plan se debió a la creencia de que los niños serían enviados a los albergues de ORR, que sus padres serían deportados, y que “a nadie le importaría”.
Jaddou acusó a la Administración no sólo de moverse “a regañadientes” para reunificar a las familias sino también de tomar medidas que dificultan con creces ese proceso, por ejemplo, al eliminar a unidades familiares de sus sistemas de computadoras, obligar a padres a firmar su deportación sin sus hijos o a abandonar su derecho a pedir asilo para ellos y sus hijos.
“Esta Administración debe de inmediato dedicar múltiples recursos para encontrar a los padres que deportó, ponerlos en libertad condicional y de inmediato reunirlos con sus hijos, y hacer todo lo posible para poner fin a esta separación bárbara” de las familias, puntualizó la activista.