“Nunca vi al cáncer como una enfermedad terminal”: sobreviviente de cáncer de mama de Chicago

María Fiori cuenta que por falta de conocimiento de nuestro propio cuerpo y el miedo a tener que ir al médico y oír la palabra cáncer es que se retrasa el descubrir la enfermedad en etapa temprana

María Fiori es una sobreviviente de cáncer de seno y de otros canceres desde hace 13 años. (Belhú Sanabria / La Raza)

María Fiori es una sobreviviente de cáncer de seno y de otros canceres desde hace 13 años. (Belhú Sanabria / La Raza) Crédito: Belhú Sanabria / La Raza

Con positivismo al tope y fe inquebrantable, María Fiori venció el cáncer desde hace 13 años. Trabajadora social retirada, ahora comparte su tiempo ayudando al prójimo. “Mi misión es ayudar a la comunidad”, dice la hispana de 63 años.

Llena de vida y con una experiencia vivida en cuanto a su tratamiento de cáncer de seno, ella destaca que la prevención hace la diferencia en el tratamiento de esa enfermedad. “La prevención es lo más importante, no hay que tenerle miedo a las cirugías, la gente le tiene miedo a las cirugías por la anestesia”, señaló.

En el caso de Fiori, el cáncer de mama fue de origen genético. Según reportes, el gen BRCA (BReast CAncer, cáncer de mama) se encuentra en todos los humanos, pero las mutaciones pueden hacer que funcione incorrectamente y aumentar el riesgo de desarrollar ciertos cánceres: mamas y ovarios en las mujeres, mama y próstata en los hombres. Aquellos con raíces judías ashkenazi, como Fiori, tienen 10 veces más probabilidades de tener una mutación BRCA que la población general, con uno de cada 40 con una mutación en el gen.

María Fiori nació en Estados Unidos y creció en Guatemala. Se practicó mamografías de manera preventiva desde los 40 años pero fue en 2005, durante un viaje a Guatemala, que se realizó una mamografía y le detectaron cáncer de mama.

Algunas personas dicen que el cáncer es silencioso. Para Fiori no lo fue, en su caso presentó sobrepeso y cansancio: “me salió una pequeña bolita en el pecho izquierdo, sentía piquetazos, cuando lo descubren en 2005 ya es cáncer en estadio II, entonces me hacen una cirugía en el que sacan el tumor que media dos centímetros”.

Y por falta de conocimiento de nuestro propio cuerpo y el miedo a tener que ir al médico y oír la palabra cáncer se retrasa el descubrir la enfermedad en etapa temprana, detalló Fiori a La Raza.

El médico le recomendó realizarse la mastectomía radical en el seno izquierdo, la operación fue un éxito y después le colocaron un implante expansor. “Todo fue una maravilla tuve médico científico y médico homeópata  de medicina alternativa paralelos”, destacó la mujer quien dice respetar el tratamiento de la quimioterapia, pero no la acepta, porque para ella la quimioterapia mata las células cancerosas pero también células buenas.  “No acepto ningún tratamiento  ni medicamento químico, pero sí las cirugías y los análisis. Soy un caso atípico mundialmente ante la medicina porque estoy viva sin tratamientos químicos”, asegura.

Sobreviviente de seis cánceres

En 2009 María Fiori fue diagnosticada con cáncer de colon y cáncer en el hígado. La operaron en el Northwestern Memorial Hospital, le cortaron parte del colon y el 55 % del hígado. Ambos canceres no tenía ninguna conexión con el cáncer de seno que padeció anteriorment.

Y es que desde hace 10 años la hispana es paciente de ese hospital y recibe allí  un control estricto, cirugías, tratamientos y exámenes de laboratorio.

En 2013 se descubrió que el cáncer le regresó al hígado. “Me ofrecen quimioterapia o radiación que no acepto, pero fui candidata a hacerme una radiocirugía. Tuve cinco sesiones de hora y media de un día por medio  en dos semanas y se logró eliminar ese cáncer”, dijo.

También, se hizo una mamografía en el seno derecho  y se le diagnosticó con cáncer: era un pequeño tumor encapsulado hace 17 años  de un centímetro. Le hicieron la cirugía, pero no la mastectomía radical en la mama derecha. Al año siguiente, le hacen una mamografía de ese pecho y se descubre que hay cáncer otra vez y entonces le hacen la mastectomía radical y le colocan un implante expansor.

“Una de las partes más importantes de mi testimonio es que yo nunca tuve depresión, ni lloré, ni entré en trauma, ni nada porque mi fe es muy fuerte y tengo una postura ante la vida muy positiva. Yo me llamo que soy cien por ciento positiva, entonces lo tomé como cualquier enfermedad”, mencionó Fiori a La Raza.

Fiori sugiere que las mujeres se hagan exámenes preventivos, que procuren no comer tanta carne, consumir huevos, leche y pollo orgánico para evitar demasiadas hormonas, puesto que. Ella considera, el exceso hormonal es un factor de riesgo en el desarrollo de cáncer y lo que le inyectan a los pollos y a las vacas es estrógeno puro.

También dice que hay que modificar la dieta, tomar agua, dormir suficiente, consumir vegetales y frutas, tener fe y ser positivo. “Siempre he tenido la misma alimentación: yo soy 90% vegetariana. Dentro de mis tratamientos porque uno va conociendo su cuerpo, una de las terapias maravillosas que me ha apoyado a mi es el descanso de lograr dormir 10 horas”, dijo Fiori.

María dijo que a  mediados de este año los médicos le dijeron que estaba completamente fuera de peligro. ”Nunca vi al cáncer como una enfermedad terminal… Ahora estoy en una remisión completa y total”, puntualizó.

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