¿Qué le sucederá a los inmigrantes de la caravana si llegan a Estados Unidos?
No se vislumbra nada bueno…
“Las caravanas de inmigrantes no son un fenómeno nuevo”, recuerda la organización humanitaria Amnistía Internacional, “viajar en grupo es una manera de protegerse durante un trayecto por México que está lleno de peligros”. Desde hace décadas, emigrantes de Honduras, El Salvador o Guatemala dejan sus países, arrasados por la violencia y la pobreza, con la intención de pedir asilo en Estados Unidos. ¿Por qué entonces el interés especial con la caravana de casi 5.000 centroamericanos que acaba de llegar a México?
Primero, porque el presidente estadounidense, Donald Trump, ha convertido en su prioridad máxima frenar la llegada ilegal de inmigrantes y expulsar o hacer la vida más difícil a los que ya viven aquí.
Segundo, porque no sabe cómo hacerlo: fracasó cuando intentó endurecer las leyes migratorias pese a tener mayoría en ambas cámaras del Congreso; fracasó al intentar separar a familias en la frontera; fracasó al intentar mantener a los inmigrantes encerrados hasta su cita con un juez de Inmigración; fracasó a la hora de reducir el atasco en estas cortes; y ha fracasado, fundamentalmente, a la hora de disuadir la llegada de inmigrantes a la frontera: cada vez son más.
Eso, a menos de tres semanas de unas elecciones parlamentarias decisivas (si los demócratas recuperan el Senado, Trump tendrá las manos atadas el resto de mandato), ha provocado fuertes tensiones dentro de la Casa Blanca, propuestas cada vez más duras (como militarizar la frontera o volver a separar a niños de sus padres), y diatribas enfebrecidas (como culpa a los demócratas de la caravana).
¿Dejarán de llegar caravanas a la frontera? Naciones Unidas ha recordado esta semana que nadie huye de su país porque quiere, y que la mejor manera de respetar los derechos humanos de quienes se ven obligados a hacerlo es asegurarse de que no tengan que emigrar (mejorando sus condiciones de seguridad y la economía en sus países), y de que si lo hacen tengan vías legales para conseguirlo.
¿Qué les espera a estos inmigrantes en Estados Unidos? El Gobierno ha insistido en los últimos meses a los inmigrantes que acudan a los puertos de entrada en la frontera, donde pueden solicitar asilo, en vez de intentar cruzar ilegalmente. Y ello pese a que, según admite el Departamento de Seguridad Nacional, están colapsados por la llegada masiva de personas, y por los nuevos procesos de control (toma de huellas dactilares, etcétera) puestos en marcha.
Aquellos que decidan cruzar de forma ilegal, con o sin ayuda de coyotes, se enfrentan a un riesgo cierto para sus vidas, tanto si cruzan el desierto como si lo intentan por el río. La Patrulla Fronteriza ha advertido además de que cada vez son más los grupos de inmigrantes, incluidas familias con niños, abandonados a su suerte por los coyotes, que ponen en riesgo sus vidas al dejarlos solos en el desierto. Trump, por su parte, ha afirmado que enviará al Ejército para reforzar la frontera.
Los que decidan ajustarse a la legalidad e intentar pedir asilo en los puertos de entrada, deberán pasar primero la prueba de miedo creíble (aproximadamente nueve de cada 10 lo consiguen).
Obtienen así derecho a presentar su caso ante una corte de Inmigración: aunque muy poco logran finalmente asilo (sólo se concede a uno de cada cinco), el colapso actual provoca retrasos de varios años, durante los que los inmigrantes pueden trabajar y hacer su vida en Estados Unidos, bajo vigilancia de las autoridades migratorias, pero sólo para, en muchos casos, ser expulsados sin piedad.
Además, algunos deberán llevar grilletes para estar siempre localizados, y otros ni siquiera serán puestos en libertad, teniendo que esperar a comparecer ante un juez desde un centro de detención y con acceso limitado a abogados.
(Por: Telemundo)