“Urge a México una campaña contra la xenofobia frente a la Caravana Migrante”
Los mexicanos divididos ante la caravana migrante de hondureños
MÉXICO.– El hondureño inclinó su cuerpo y abrazó al bebé contra su pecho, el torso hacia adelante para tomar impulso y así ganar la carrera a los policías federales en la frontera entre Tecún Umán, Guatemala, y Ciudad Hidalgo, México, igual que hasta hace unos años los mexicanos lo hacían entre Tijuana y San Diego.
Fue en aquel entonces en la línea fronteriza de Baja California, los migrantes mexicanos se colocaban en grupos para retar a los agentes de la Patrulla Fronteriza y corrían a un tiempo para que unos alcanzara “la migra” y entrar así al Sueño Americano, según lo registra la memoria de la prensa local, pero no en la memoria colectiva de los mexicanos.
Ahora, dividida entre la compasión y el rechazo, la opinión pública dejó ver mucho de cuán xenófobo es el país (México) frente al drama de gente como aquel hombre quien, con la boca desdentada, los ojos desorbitados, la mirada aterrada, cruzó por la fuerza la frontera en medio de un enfrentamiento con las autoridades mexicanas que bloqueaban el paso a la caravana migrante de más de 4,500 personas camino a Estados Unidos.
En la red social twitter los comentarios se enfilaron casi por mitad en sus opiniones. “El país no está en condiciones de ofrecer ayuda. O sea, no ves la inseguridad que se está viviendo en México. Los van a terminar reclutando y matando en los cárteles”, escribió el usuario @juanmacalbino entre cientos de comentarios de rechazo al arribo de migrantes hondureños.
“Las reacciones que ha desatado la caravana migrante deja ver con claridad brutal la vergüenza de país que somos a veces: qué racistas, qué miserables, qué mezquinos, qué pequeñitos”, polemizó el escritor y periodista @HdeMauleón.
Las reacciones que ha desatado la caravana migrante dejan ver con claridad brutal la vergüenza de país que somos a veces.
— Héctor de Mauleón (@hdemauleon) October 20, 2018
Qué racistas, qué miserables, qué mezquinos, qué pequeñitos.
Datos de la Quinta Encuesta Bianual a Públicos y Líderes en México sobre Política Exterior y Relaciones Internacionales, elaborada por el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), en 2016, revelaron que 46% de la población creen que las personas extranjeras que viven en México debilitan las costumbres y tradiciones nacionales.
Ejercicios similares previos y posteriores de otras organizaciones como la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación arrojaron resultados casi idénticos: a un alto porcentaje de mexicanos no le gustan los migrantes.
“Hace falta una campaña de sensibilización en todo el país y una infraestructura adecuada para atender a estas personas porque es un hecho que hoy México ya no es un país de tránsito sino destino por las políticas antiinmigratorias de Estados Unidos”, advirtió Israel Ibarra, doctorante en análisis migratorio del Colegio de la Frontera Norte.
“Lo que observamos es que hay un proceso para la aceptación del migrante como ocurre en las regiones fronterizas, en Tijuana, Ciudad Juárez, donde hay muchas organizaciones que han apoyado y el gobierno también se ha integrado, pero eso no existe en muchos estados de México donde no están acostumbrados y se tiene que trabajar ahí a la empatía”.
En la estadística comparativa entre la población total de México de 120 millones de personas, la caravana migrante representa un 0.0037%, advierte Ibarra. “Esto no es una amenaza: es una oportunidad porque si bien en México hay zonas donde hay trabajo, hay otras donde falta y un migrante viene con todo para trabajar”.
Desde 2015 que el gobierno mexicano en colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Colegio de la Frontera Norte (COLEF), lanzaron la primera campaña contra la xenofobia y discriminación a personas migrantes en México, no ha habido ninguna otra con alcance nacional.
“Hay una coyuntura a la cual México tiene que estar a la altura”, dijo Marta Sanchez, del Movimiento Migrante Mesoamericano.
De acuerdo con datos del Alto Comisionado para la Prootección de Personas Refugiadas en México, entre 2014 y 2017 la petición de refugio en México pasó de 2,137 en 2014 a 14,596 en 2017, la mayoría proveniente de Honduras, El Salvador y Guatemala.