Vinculan brotes de sarampión al movimiento antivacunas

El sarampión ha regresado, y con fuerza. Esta enfermedad infecciosa que había sido erradicada en Estados Unidos en el año 2000 está causando brotes de magnitudes históricas en Nueva York y ahora se suman otras ciudades del país. La renuencia a las vacunas parece ser la causa principal de este temible renacer.

En Nueva York el brote comenzó el año pasado y se ha mantenido: hasta el 23 de enero de 2019, se habían confirmado 62 casos de sarampión en una comunidad judía ortodoxa en Brooklyn que comenzaron a registrarse en octubre. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron que el origen fue un niño no vacunado que viajó a Israel, donde hay un gran brote de la enfermedad, y al volver al país contagió a otros niños no vacunados. Es el peor brote que ha ocurrido en la ciudad en años.

Recientemente, el condado de Clark Washington se declaró en emergencia de salud pública por un brote de sarampión en curso. El departamento de salud local confirmó 23 casos y se investigan otros. La mayoría de los afectados son niños de 1 a 10 años, hay cuatro casos de 11 a 18 años y un adulto.

Portland también se sumó a la lista de brotes. Las autoridades informaron que una persona con sarampión llegó al Aeropuerto Internacional de la ciudad el 7 de enero de 2019 y luego fue a un partido de los Portland Trail Blazers. El viernes 18 había 19 personas infectadas y se declaró la emergencia, y para el martes 22 los casos habían aumentado a 23 y se investigaban otros sospechosos. Según reporta The Washington Post, la gran mayoría de los que se contagiaron no habían sido  inmunizados.

Contagiosa, pero prevenible

El sarampión o rubéola es una infección causada por un virus que puede ser grave para los niños pequeños. La enfermedad es tan contagiosa que si alguien la tiene, el 90% de las personas cercanas que no estén inmunizadas también se pueden infectar, según los CDC.

Jonathan Mou, médico del Adventist Health en Portland, declaró a KOIN-TV, un medio local, que si bien el virus es altamente contagioso, también es uno de los más prevenibles: “Una vez que se establece en una comunidad, la probabilidad de que se extienda más allá de esa comunidad o se generalice dentro de esa comunidad es alta, especialmente cuando las tasas de vacunación son bajas”.

En Estados Unidos hay 18 entidades que permiten exenciones no médicas de vacunas infantiles debido a creencias filosóficas. Sobre este tema, en junio de 2018 se publicó un estudio en la revista PLOS Medicine que encontró un aumento en el número de niños que se inscriben en el jardín de infantes con una exención no médica en 12 de esos estados e identificó 15 zonas metropolitanas con tasas más altas de exenciones. Portland fue uno de esos puntos.

Dicen los CDC que en 2018 se registraron 17 brotes en el país: 349 casos individuales de sarampión en 26 estados y en el Distrito de Columbia. Este es el segundo mayor número de casos anuales reportados desde que se erradicó el sarampión, hace 18 años (el mayor fue 667, en 2014). La enfermedad ha tenido mayor propagación en comunidades donde hay grupos de personas no vacunadas.

Una amenaza real

La creciente amenaza del sarampión a causa del movimiento antivacunas es un tema que se viene debatiendo desde hace meses. Esta semana la Organización Mundial de la Salud incluyó esta tendencia en sus 10 amenazas para la salud en 2019.

Las razones de la falta de inmunización son bastante complejas. Si bien en algunos países con sistemas de salud deficientes no se garantiza el acceso a las inmunizaciones, hay personas que eligen no vacunarse ni vacunar a sus hijos voluntariamente. 

Esta decisión es motivada por la creencia de que hay un vínculo entre las vacunas y la aparición del autismo, a partir de un estudio llevado a cabo por el gastroenterólogo británico Andrew Wakefield. Aunque la investigación carecía de evidencias sólidas e incluso fue retirada de la revista donde se publicó, The Lancet, la creencia permaneció y se ha extendido entre países de América y Europa, donde también se ha registrado un repunte de la enfermedad.

El médico Manuel Meléndez Córdoba, quien es parte del staff de HolaDoctor.com, explicó que hasta el momento no hay estudio que muestre una correlación directa entre la vacunación contra el sarampión con algún efecto adverso grave. En cambio, alertó sobre las consecuencias del no vacunarse.

Ante la falta de inmunización, las personas pueden contraer o importar el virus de otras regiones. “Por ejemplo, si usted o un familiar no cuenta con la inmunización contra el virus del sarampión y entra en contacto con una persona infectada en algún lugar público, usted o su familiar pueden contagiarse”, dijo el especialista.

De acuerdo a la OMS, la renuencia o el rechazo a inmunizarse, a pesar de la disponibilidad de vacunas, amenaza con revertir el progreso realizado en la lucha contra las enfermedades prevenibles por vacunación.

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