Una forma rara pero efectiva de resistir la comida chatarra
A pesar de que son dañinas, todos disfrutamos de la “comida chatarra”, estos alimentos de escaso contenido nutricional, pero con altos niveles de grasas, azúcar, sal, condimentos y aditivios. Sin embargo, un nuevo estudio parece haber encontrado una solución a este problema, con la ayuda de nuestra nariz.
La comida chatarra es popular y accesible para la gran mayoría de las personas, algunos ejemplos de estos perjudiciales alimentos pueden ser: hamburguesas, pizzas, galletas, chocolates, dulces, refrescos con mucha azúcar y frituras.
Si su consumo se vuelve un hábito, puede generar severas consecuencias para nuestra salud, como causar obesidad, fatiga y falta de energía, enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, deterioro del sistema digestivo e incluso daños en nuestro cerebro.
Ahora, los resultados de una nueva investigación publicada en Journal of Marketing Research, demostraron una nueva forma de combatir estos productos.
Según indican, percibir el aroma de la comida chatarra durante al menos dos minutos, puede ayudarnos a optar por alimentos más saludables.
La clave se encuentra en nuestra nariz
Los especialistas se basaron en una serie de experimentos para comprobar una relación entre los aromas ambientales y la elección de la comida.
Durante sus pruebas se encontraron con que las personas que percibían olores como el de las pizzas o las galletas, tenían menos probabilidades de elegir o comprar alimentos poco saludables, frente aquellos que olían opciones nutritivas, como las manzanas y las fresas.
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Para confirmar sus hipótesis, los expertos se valieron de un nebulizador para dispersar aromas en una variedad de entornos, incluida la cafetería de una escuela intermedia, una tienda de comestibles y un laboratorio.
Al examinar como afectaban los aromas en la cafetería, concurrida por alrededor de 900 estudiantes, se encontraron con los siguientes resultados:
- Durante un día común, un 36% del consumo fue de alimentos no saludables (como papas fritas, perros calientes y pollo frito).
- Durante el día que se esparció aroma a manzana, un 40% del consumo fue de alimentos no saludables.
- Durante el día que se esparció el aroma a pizza, un 26% del consumo fue de alimentos no saludables.
En otro experimento de laboratorio, los investigadores expusieron a cerca de 250 personas a olores de galletas o fresas, durante diferentes períodos de tiempo. Luego, consultaron a los voluntarios sobre qué alimentos tenían más posibilidades de elegir.
Casi el 45% de las participantes que estuvieron expuestos al aroma de las galletas durante menos de 30 segundos, dijeron que las elegirían en lugar de las fresas. Pero, la elección se limitó a un 22% cuando la exposición se extendió durante más de 2 minutos.
Esta situación también pudo apreciarse en el caso del aroma a fresa, pero no fue estadísticamente significativa como con el ejemplo anterior.
Los resultados parecen sugerir que un olor delicioso puede generar un antojo, pero con el tiempo, también puede ser suficiente para satisfacerlo.
“Proponemos que esto ocurre porque los aromas relacionados con comida chatarra satisfacen los circuitos de recompensa en el cerebro, lo que a su vez reduce la necesidad de consumir este tipo de alimentos”, concluyeron los especialistas.
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