La búsqueda desesperada de los desaparecidos en Jalisco
En la entidad hay un registró de más de 7,0000 personas desaparecidas
MÉXICO – Yo busco a Alejandra Lupecio. Yo a Marco Antonio Vejines. Yo a Angel Alberto Rodríguez Garcia y José Reinoso Hernández: desaparecidos en Tlaquepaque. Yo a César Federico Gonzalez Reinoso, a Crisanto Rocha Veloz y a Cristian Luevano Guevara en más de 2900 hombres desaparecidos en Jalisco Lagos de Moreno. Yo a José Gerardo preciado y a los más de. Yo busco a ana Elvira Castillo y Viviana García y a las 643 mujeres desaparecidas.
Hace tiempo en Jalisco apuestan a mensajes como este difundido en redes sociales. Hermanos, novias, madres, padres, primos y amigos decidieron dar la cara y darle a su pena nombre y apellido, una foto, un rostro, un teléfono. “Es una búsqueda desesperada”, reiteran a través de la página de Facebook del colectivo #Por Amor a ellos o #Por nuestros desaparecidos en Jalisco o a veces de manera individual, foto por foto en Twitter.
El mensaje es para aprovechar la tecnología y llegar al mayor número posible de personas en tiempos en que los medios de comunicación se han abierto y no dependen sólo de la información de los medios tradicionales (radio, televión, prensa escrita) ni del gobierno que va dando tumbos aunque en los últimos días tomó al torno por los cuernos y reconoció, al menos, las cifras.
“El tema de desaparecidos no volverá a ser un secreto, hablaremos siempre con la verdad”, dijo el gobernador de Jalisco, quien tomó posesión en octubre pasado. Con esta política reconoció 7,117 personas sin rastro desde 1995 sin tomar en cuenta la cifra negra, es decir, de aquellos desaparecidos que no se han denunciado.
Desde entonces a la fecha han pasado por el poder gobernantes de todo tipo: de Alberto Cárdenas Jiménez a Francisco Ramírez Acuña, Gerardo Solís Gómez, Emilio González Márquez y Aristóteles Sandoval Díaz, aunque fue a partir de 2014 cuando las cifras se dispararon en un 230%, según un recuento de la prensa local.
Coincide con el periodo de empoderamiento del cártel Jalisco Nueva Generación ––que asoma como el rival a vencer del nuevo gobierno federal encabezado por Andrés Manuel López Obrador––, organización a la que se atribuye la violencia actual.
Alfaro incrementó los presupuestos de la local Comisión de Búsqueda de Personas de poco más de $260,000 a $1.5 millones de dólares y también duplicó los dineros de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, pero el asunto no es complicado y cada día se suman más casos.
Tan sólo el colectivo Por amor a Nosotros documentó en los primeros días de abril la desaparición de dos jóvenes en eventos separados: Oziel Gerardo Alvarez Garín y Jessica Jiménez Flores.
En las regiones más alejadas de la capital la situación está peor. Justo por ello, se apuesta a la comunicación en redes aunque, a veces resulta tan frustante como la actuación de las autoridades.
“Los familiares nos tenemos que convertir en abogados e investigadores. Todos los días hay desaparecidos en Jalisco, y Puerto Vallarta es una de las 12 regiones que están en rojo. Hay dos colectivos aquí en Guadalajara, pero más allá no hay nada y mucha gente tiene miedo porque son las zonas más peligrosas”, dijo Leticia Vázquez, madre de Érika Berenice Cueto Vázquez, desaparecida el 12 de noviembre de 2014 en Puerto Vallarta, Jalisco.
“El dolor de la familia de un desaparecido nunca cierra es peor que si se hubieran muerto porque hay esperanza y pesar al mismo tiempo más la pena de lo pudieron haberles hecho uno se imagina lo peor: tal vez buscarlo en las redes es la última vela que nos queda”.