El otro Archie de la familia real británica
¿Quién le copió a quién?
El pasado mes de enero la prensa británica se hizo eco de la última visita del príncipe Jorge y la princesa Carlota a la casa de sus abuelos maternos, los Middleton, en el condado de Berkshire debido al encuentro casual que habían protagonizado con una vecina durante el cual el hijo mayor de los duques de Cambridge habría desvelado aparentemente el apodo secreto que utilizarían para referirse a él en familia.
“Un agente de policía de su escolta me pidió que no sacara fotografías de los niños cuando me los encontré mientras paseaba a mi perro, lo cual no hice, pero Jorge se acercó a acariciar a mi perro. Intenté charlar con él para ser amable y le pregunté cómo se llamaba, aunque obviamente ya sabía la respuesta. Para mi sorpresa, me respondió con una gran sonrisa: ‘Mi nombre es Archie‘. No sé por qué lo hizo, en ocasiones a los pequeños les gusta jugar con sus identidades y me pareció adorable”, aseguró en aquel momento la mujer, que prefirió no desvelar su identidad, al tabloide The Sun.
Por supuesto, a estas alturas todo el mundo sabe ya que ese es precisamente el nombre que los duques de Sussex han elegido para su primer retoño: Archie Harrison Mountbatten-Windsor. La duda ahora es quién ha copiado a quién.
Entre los miembros de la monarquía británica es muy habitual que se usen apelativos cariñosos para referirse los unos a los otros en privado: la reina Isabel II, sin ir más lejos, siempre ha sido ‘Lilibeth’ para sus seres queridos y los propios Guillermo y Catalina han desvelado que en su hogar han adoptado el mote ‘PG’, una abreviación de la expresión ‘Prince George’ que comenzaron a usar para referirse al pequeño en el colegio al que acude y que ellos mismos copiaron para convertirlo más tarde en ‘PG Tips’ o simplemente ‘Tips’ en un guiño a una popular marca de té.
Cabe la posibilidad de que el príncipe Jorge escuchara a sus tíos Enrique y Meghan refiriéndose a su futuro bebé como Archie durante el embarazo y decidiera ‘robarles’ el nombre o que en realidad él fuera quien sirviera de inspiración a la feliz pareja para encontrar el nombre perfecto para el recién nacido.