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Editorial: Contra Ratcliff

La ley exige que el director del DNI tenga “una experiencia extensa en seguridad nacional”. Ratcliffe no la tiene

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Crédito: OLIVIER DOULIERY/AFP/Getty Images

El ex director nacional de Inteligencia, Dan Coats, creía que su misión era informar al Presidente sobre la verdad de lo que ocurría en el mundo. El problema es que Donald Trump esperaba solo lealtad hacia él.

Se puede decir que cumplir con el deber es la mejor manera de expresar fidelidad a su superior. Ese no el caso para el Trump. A él le importa solamente que sigan sus órdenes y respalden su puntos de vista por más que cambien constantemente. Ya es un peligro que el líder de la mayor potencia mundial se niegue a conocer lo que ocurre en el exterior del país. Mucho más que sea una persona malinformada que quiera moldear la realidad de acuerdo con sus instintos.

Las relaciones entre los servicios de inteligencia y Trump nunca fueron buenas. Como candidato, los criticó por equivocarse al decir que en Irak había armas de destrucción masiva. Como Presidente no les perdona que hayan confirmado una y otra vez que Rusia intervino a su favor en la elección de 2016 que lo llevó a la presidencia.

Coats estaba a cargo de la Oficina del Director Nacional de Inteligencia (DNI), un puesto creado a partir del 9/11 para coordinar en una sola persona todas las agencias federales de información. En algunos casos los reportes del DNI no coincidieron con los estimados del Presidente. Eso es normal. Se espera que la política exterior se forme con base a la información que recibe el Ejecutivo. Pero Trump actúa a la inversa: sus instintos deben ser convertidos en hechos por más falaces que éstos sean.

En la reporte anual del DNI de los “Estimados de Amenaza Mundial “de enero de este año se advirtió sobre el peligro cibernético de Rusia y China, que era improbable que Corea del Norte abandone sus armas nucleares y que Irán no estaba avanzando hacia la nuclearización. Trump calificó el reporte de “pasivo e inocente” recomendando que la “Inteligencia debería volver a la escuela”.

Coats está afuera, su reemplazo es el congresista John Ratcliffe, mejor conocido como el defensor más estridente de Trump y el más agresivo contra el investigador especial Robert Mueller. Es un aliado de Trump que apoya su teoría de que la conspiración con Rusia la cometió Hillary Clinton y que los enemigos de Trump en el FBI crearon la narrativa contra el Presidente.

La ley exige que el director del DNI tenga “una experiencia extensa en seguridad nacional”. Ratcliffe no la tiene. Su mayor logro es haber atrapado 300 “ilegales” en un día, según su página legislativa. Su nombramiento significa que la prioridad nacional será demostrar que Trump es víctima de un complot en vez de vigilar las amenazas reales. El Senado tiene que rechazar la designación de Ratcliffe por el bien de la seguridad nacional.

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