Hispanos insisten en su inocencia al recibir doble cadena perpetua por secuestro y homicidio en Nueva York
La víctima era un traficante que estaba cooperando con las autoridades
Juan Rivera (41) y Robert Pizarro (39) insistieron en su inocencia ayer, cuando cada uno fue sentenciados a dos cadenas perpetuas por el secuestro y asesinato de Robert Bishun (36) en El Bronx.
La víctima era propietario de un taller de carrocería y, tras traficar heroína, estaba cooperando con las autoridades en la lucha contra otros narcos en la zona. En septiembre de 2016 fue estrangulado con una corbata y hallado en el asiento trasero de su propio vehículo BMW.
Sylvia Bishun, madre del occido, señaló ayer en la corte que sus nietos todavía preguntan por su padre, secuestrado durante un intento de robo de dinero por drogas en su taller de carrocería.
Agregó que la muerte de su hijo ha “tomado un pedazo de mi corazón” y ha devastado a su familia.
“Su familia puede visitarlo”, dijo, señalando a los parientes de Rivera que estaban sentados en la sala del tribunal. “Pero (nosotros) tenemos que ir a una lápida”.
Aún así, dijo, “siendo una mujer cristiana”, ha perdonado a los asesinos de su hijo, quien dejó cuatro menores huérfanos. “La venganza no es mía, la venganza es de Dios”, dijo la señora Bishun.
Rivera miró a la afligida madre sin expresión, describió New York Post. Habló brevemente cuando el juez Alison Nathan le preguntó si tenía algo que decir por sí mismo.
“Me gustaría mantener mi inocencia, eso es todo”, dijo Rivera.
Durante la sentencia para Pizarro, que llegó horas más tarde ayer, él también proclamó su inocencia, levantando su mano derecha.
“No cometí este crimen”, dijo. “No cometí este crimen, mi mano a Dios. Hoy no están recibiendo justicia”.
Según el caso judicial, Rivera y Pizarro irrumpieron en el negocio de Bishun blandiendo armas de fuego y ataron a dos desafortunados clientes que terminaron metidos en baúles de autos.
Los asaltantes estaban buscando ganancias de narcóticos y Bishun les dijo que ahora estaba cooperando con el gobierno. “¿Eres un maldito soplón?”, respondió Pizarro, según los documentos de la corte.
El juez Nathan citó el incidente antes de dar a Rivera y Pizarro dos cadenas perpetuas más 14 años adicionales para Pizarro y otros 7 para Rivera.
“Un hombre profundamente amado por su familia fue brutalmente asesinado sin sentido después de revelarle al señor Rivera y a su coacusado durante un intento de robo que era un testigo del gobierno”, dijo el juez.
Tanto Rivera como Pizarro fueron condenados por un secuestro que resultó en muerte y por ser la víctima un testigo del gobierno, delitos que conllevan penas mínimas obligatorias de por vida. También fueron condenados por conspiración, robo y armas.