Más de 11,000 pájaros muertos caen del cielo en Montana
La imagen de los pájaros muertos a orillas del lago impacta por la cantidad innumerable de aves muertas que causó la tormenta
Miles de pájaros muertos cayeron del cielo sobre el perímetro que rodea un lago en Montana.
El Área de Manejo de Vida Silvestre Big Lake, al oeste de Molt, estaba cubierta de cadáveres y pájaros heridos después de una devastadora tormenta de granizo que ocurrió el pasado fin de semana.
Los residentes de la zona se recuperaban de las consecuencias de la tormenta, que fueron devastadoras con los cultivos y algunas propiedades. Las bolas de granizo eran como de una pelota de béisbol.
Los animales también sufrieron daños, Montana Fish, Wildlife & Parks (FWP por sus siglas en inglés) recogió a pelícanos, cormoranes y otras aves que sufrieron heridas a consecuencia de las piedra de hielo.
En un comunicado de prensa, FWP informó de que los biólogos estaban recolectando “patos muertos y otras aves con alas y cráneos rotos, daños internos y otras lesiones consistentes con traumas masivos de fuerza contundente”.
Justin Paugh, biólogo especialista en vida silvestre, estima que alrededor de un tercio de las aves en el lago, entre 11,000 y 13,000, murieron o resultaron heridas en la tormenta, que según los informes fue impulsada por vientos de 70 mph.
De las aves que aún viven en el lago, Paugh estima que un 5% de los patos y alrededor de 30% o 40 % de los pelícanos y cormoranes vivos presentan signo de lesión. Muchas de estas aves no sobrevivirá a sus heridas.
Big Lake Wildlife Management Area es un lago estacional con aguas poco profundas que funciona como zona de anidación para docenas de especies, incluidos, entre otros, gansos de Canadá, cormoranes de doble cresta, gaviotas, pelícanos y otras aves acuáticas.
Paugh y el especialista en investigación de vida silvestre, Jay Watson, han regresado al lago en los días posteriores para continuar evaluando la situación. Una de las preocupaciones que tienen es que posibles enfermedades como ´Ñ incluido el botulismo, una toxina que puede causar parálisis y que anteriormente ha sido responsable de muertes generalizadas entre las aves, por la descomposición de los cadáveres podría obstaculizar el desarrollo de futuras poblaciones.
El año pasado, Idaho experimentó un situación similar. Una bandada de más de 100 gansos resultaron heridos o fallecieron a causa de una brutal tormenta, con granizo del tamaño de una pelota de golf, truenos y relámpagos incluidos.