USCIS usará cuentas falsas en redes sociales para monitorear solicitantes de visas
Estudio revierte una prohibición que no le permitía a los agentes crear perfiles falsos
Los oficiales de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) podrán crear cuentas ficticias en redes sociales para monitorear la información sobre extranjeros que buscan visas, tarjetas de residencia y ciudadanía, ha reportado la agencia de noticias The Associated Press.
La actualización de un estudio de privacidad del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) de julio de este año que fue publicado este viernes básicamente revirtió una prohibición que no le permitía a los agentes crear perfiles falsos.
USCIS ha dicho en un comunicado que el cambio indica que las cuentas e identidades falsas le facilitarán la búsqueda de posibles pruebas de fraude o problemas de seguridad a los investigadores para decidir si permiten que alguien ingrese al país.
En junio, el Departamento de Estado comenzó a exigir a los solicitantes de visas de EEUU que presentaran sus nombres de usuario de redes sociales, lo que representó una gran expansión en la autoridad de la Administración del presidente, Donald Trump, para evaluar a posibles inmigrantes y visitantes.
El anuncio se da luego de que esta semana un joven estudiante de 17 años fuera deportado en Boston, Massachusetts, después de que las autoridades migratorias encontraran supuestamente mensajes de contenido político negativo en sus redes sociales, pero no publicados por él sino por sus amigos en internet, según la web informativa The Harvard Crimson.
No se trata del único caso: cada vez son más los extranjeros a los que no se permite la entrada en Estados Unidos por este motivo, según la web informativa TechCrunch, es decir, no por lo que ellos publican sino por lo que personas a las que siguen en sus redes sociales publican.
El Departamento de Estado requiere a los solicitantes de visado que, además de su correo electrónico, dirección y teléfono, suministren la información sobre sus perfiles en redes sociales. Además, a su llegada a suelo estadounidense, los oficiales fronterizos tienen derecho a revisar el teléfono y la computadora de los viajeros, aunque no está claro que legalmente puedan requerir las contraseñas para entrar en redes sociales si éstas son necesarias.
En el caso de Ismail B. Ajjawi, un joven palestino residente en Tiro, Líbano, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) decidió revisar tanto su teléfono celular como su computadora a su llegada al aeropuerto internacional de Boston, según el citado diario.
Tras horas de interrogatorio, su visado estudiantil fue cancelado, y fue deportado. debía comenzar sus clases el 3 de septiembre en la Universidad Harvard, probablemente la más prestigiosa del mundo, para la que había conseguido una beca de la organización no gubernamental AMIDEAST.
Un portavoz de la CBP ha indicado al citado diario que el joven fue considerado “inadmisible”, sin explicar las razones. Ajjawi había llegado junto a otros estudiantes, que también fueron interrogados pero a los que sí se permitió la entrada a el país.
El joven asegura que una agente le pidió acceso a su computadora y teléfono, y lo estuvo revisando durante cinco horas. Luego le llamó a una sala: “Empezó a gritarme, me dijo que había encontrado a gente publicando opiniones políticas en contra de Estados Unidos en mi lista de amigos”.
“Yo respondí”, explica, “que no tengo nada que ver con esos mensajes, y que no me gustaron, los difundí o comenté, y por tanto no deberían hacerme responsable de ellos”. “No tengo una sola publicación en mis redes sobre política”, añadió.
No es la primera vez que ocurre: según el citado diario, al menos otros cuatro estudiantes de Harvard han visto denegada su entrada al país después del veto del presidente, Donald Trump, a viajeros de ciertos países mayoritariamente musulmanes.
Los agentes fronterizos procesan a más de un millón de viajeros al día que intentan llegar al país por tierra, mar o aire, y de media deniegan la entrada a 760, según TechCrunch. Entre otras cosas, revisa sus teléfonos y computadoras sin necesidad de orden judicial: el año pasado fueron 30,000 aparatos, incluidos los de ciudadanos estadounidenses.