Trump y Ucrania: un público indiferente y cansado
Hay que luchar para devolver la cordura a EEUU
Ante todos los escándalos, la venalidad, corrupción y cinismo de la actual presidencia, uno de los mayores peligros es el cansancio del público.
Desde que en 2015 Donald Trump anunció su candidatura somos testigos de un increíble aluvión de declaraciones y acciones escandalosos de su parte; cada una de ellas alcanza para definir de manera clara e indeleble la necesidad de terminar con este régimen en la primera oportunidad.
Pero la acumulación y repetición de estas desvergüenzas también nos pueden dejar insensibilizados, hasta indiferentes.
Y luego llega el descubrimiento, esta semana, del chantaje de Trump al presidente de Ucrania para que investigue al candidato presidencial demócrata Joe Biden y a su hijo.
La acción ha sido denunciada afortunadamente por un oficial de inteligencia aún anónimo y hecha pública por los medios más importantes del país. La decisión aparentemente ilegal del Director de Inteligencia Nacional de ocultar la información del Congreso solo aumenta la sospecha de encubrimiento oficial y la magnitud del evento.
Y esa magnitud es avasalladora, a nivel nacional e internacional.
Según revelan los medios más importantes del país, Trump exigió ocho veces en una sola conversación telefónica con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky que investigase a los Biden para así usar la información en la campaña electoral presidencial y ganar un segundo término.
Lo hizo con la esperanza de que la publicidad sería el equivalente de un golpe de gracia a la candidatura del ex vicepresidente.
Lo hizo sabiendo que Biden es ahora considerado un potencial vencedor y que podría vencerle en las elecciones de 2020.
Lo hizo usando los servicios mercenarios de su abogado personal, el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, y no de agencias federales, como debía.
Hace solo un mes Trump y los trumpistas se ufanaron de haber sobrevivido la investigación sobre la injerencia de Rusia en los comicios de 2016. En parte gracias a esa injerencia le ganó la presidencia a Hillary Clinton.
“No collusion” fue el mantra del presidente en centenares de tuits.
Visto que no fue castigado por sus acciones en aquel entonces y que el partido Republicano lo siguió apoyando como un solo hombre, no tuvo ni un reparo en repetir el acto de, precisamente, “collusion”. Sin reparos ni segundos pensamientos. Yes, collusion.
Solo que esta vez lo está haciendo en un acto de chantaje contra Ucrania, blandiendo como arma un paquete de 250 millones de dólares federales que hubieran servido a ese país para adquirir armas estadounidenses para defenderse de Rusia. Dinero que se hubiera gastado en contratos con empresas estadounidenses, claro.
Una vez más este presidente nos avergüenza con su cinismo sin límites. Abiertamente declara que está encima de la ley.
¿Qué podemos hacer? Para empezar, tomar conciencia de la terrible magnitud de las acciones de Trump. Enterarnos de lo que sucede. Debatirlo, difundirlo con nuestros pares. Apoyar a quienes luchan para que se publique toda la información. Y exigir que el tema de Trump y Ucrania se investigue en ambas cámaras del Congreso. A la brevedad.
Y así, debemos luchar contra dos de los principales obstáculos para devolver la cordura al país: la indiferencia y el cansancio públicos.