¿Cuáles enfermedades pueden afectar nuestra forma de conducir?
Los problemas de salud también repercuten en la manera en que conducimos
Conducir bajo alguna enfermedad puede ser contraproducente. Padecimientos como la gripe pueden hacer que bajes la guardia y no prestes atención al camino. Y el consumo de algunos medicamentos también puede perjudicarte. ¿Pero a qué nivel?
¿Cómo te pueden perjudicar las enfermedades?
Muchas personas pasan más tiempo en su auto que en su propio hogar. Debido a que es un medio de transporte, hay quienes pasan más de 5 horas conduciendo, como también quienes hacen de esto su profesión.
Sin embargo, existen enfermedades que pueden afectar la conducción. Y esto hace que la capacidad del conductor frente al volante disminuya. Por esta razón, si sufres algunas de estas enfermedades, debes tener mucha precaución si piensas manejar.
Alergias
Son millones de personas quienes sufren de algún tipo de alergia. Durante la primavera es donde se desatan brotes alérgicos, y son muchos los conductores quienes tienen que hacer frente a sus síntomas: estornudos, lagrimeo, desconcentración, y dolor de cabeza.
Estos efectos hacen que te desconcentres y pierdas tu enfoque en la vía, lo que podría provocar algún accidente de tránsito.
De hecho, se estima que un ataque de estornudos continuo provoca que el conductor pierda su concentración durante 30 segundos.
En carretera, esto es mucho tiempo, y si vas a una velocidad promedio, conducirás sin prestar atención a por un promedio de 800 metros.
Depresión
Los efectos de la depresión conllevan la desconcentración, el insomnio, tristeza, desmotivación, apatía, entre otros. Quienes sufren esta enfermedad llegan a perder el interés por las cosas, y debido al insomnio, no podrán conducir asertivamente, lo que los convierte en conductores potencialmente peligrosos.
Gripe
La gripe es una enfermedad muy común que también afecta tu forma de conducir. Los efectos más comunes son malestar general, dolor de cabeza, y somnolencia; todos elementos distractores al momento de estar tras el volante.
En estos casos debes asistir a un especialista, y designar a un conductor para que te lleve, es una posible solución mientras te recuperas. En otros casos, tomar el transporte público es mejor que conducir tu auto, y en el caso de la gripe, el reposo es indispensable.