Cuándo debes hacerte una mamografía
Durante décadas, se instó a las mujeres a hacerse mamografías, radiografías de los senos, de forma regular que ayudan a detectar bultos que pueden ser un indicio de cáncer. Sin embargo, los expertos en cáncer actualmente no están de acuerdo sobre cuándo las mujeres deberían comenzar a hacerse esta prueba de detección de cáncer de seno, o con qué frecuencia.
Por ejemplo, la Fuerza de Tarea de Servicios de Prevención de los Estados Unidos (U.S. Preventive Services Task Force, USPSTF), un panel independiente de expertos médicos que evalúa los servicios médicos preventivos, dice que las mujeres con un riesgo promedio de cáncer de seno deberían comenzar los exámenes de detección a los 50 años.
Sin embargo, la Sociedad Americana contra el Cáncer (ACS) recomienda comenzar a los 45 años, mientras que el Colegio Americano de Radiología (ACR) aconseja comenzar a los 40 años.
Y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) dice que las mujeres deben hacerse el examen por primera vez a más tardar a los 50 años, pero con la opción de comenzar antes.
¿Por qué aconsejan cosas diferentes? En parte, se debe a que estos grupos de expertos podrían evaluar los estudios científicos sobre la mamografía de manera diferente; algunos dan mayor importancia a los beneficios de la mamografía y otros a las desventajas potenciales de la prueba de detección, según el Colegio Americano de Médicos (ACP).
También pueden diferir en los tipos de estudios en los que se basan o en cómo lidiar con los problemas de costos en cuando a las recomendaciones de detección.
El resultado: “Tanto los pacientes como los médicos se sienten frustrados y algunas veces confundidos”, dice Joann Elmore, MD, MPH, profesora de medicina en la Escuela de Medicina David Geffen de UCLA y directora del Programa Nacional de Becarios Clínicos de UCLA.
Además, como todas las pruebas de detección, las mamografías tienen sus pros y sus contras.
Aquí te decimos qué debes saber sobre la mamografía, lo que pueden significar para ti las diferentes recomendaciones y cómo trabajar con tu médico para tomar la mejor decisión para ti.
Estos son los beneficios y daños de las pruebas
Las tasas de mortalidad por cáncer de seno han disminuido durante varias décadas, y la evidencia sugiere que la introducción de programas de detección de cáncer de seno y el desarrollo de tratamientos más efectivos son en parte responsables.
Por ejemplo, un estudio de 2018 sobre pacientes suecos con cáncer, publicado en la revista Cancer, encontró que las mujeres que participaron en un programa de detección tuvieron menos probabilidades de morir de cáncer de seno que las mujeres que omitieron la prueba de detección.
Sin embargo, algunos expertos piensan que es otro factor el que tiene mayor relevancia. “En la era previa a la quimioterapia, la mayor parte de la disminución en la mortalidad [del cáncer de seno] se atribuyó a la detección”, según Barry S. Kramer, MD, MPH, consultor de la División de Control del Cáncer y Ciencias de la Población del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) y ex director de la División de Prevención del Cáncer del NCI. Hoy en día, el principal impulsor son las mejoras en los tratamientos contra el cáncer, dice Kramer.
Y la probabilidad de que las pruebas de detección ayuden a prevenir una muerte por cáncer de seno es indiscutiblemente pequeña, según la USPSTF. Las estimaciones varían, pero el análisis que realizó la Fuerza de Tarea de los ensayos aleatorios controlados determinó que la prueba de detección de 10,000 mujeres de 60 a 69 años regularmente durante una década llevó a que 21 mujeres menos murieran de cáncer de seno.
Además, gran parte de las investigaciones han encontrado que la detección del cáncer de seno puede conllevar daños y beneficios. Una es la posibilidad de falsos positivos o hallazgos que sugieren la existencia de cáncer, pero que resultan benignos. (Las mamografías también podrían conducir a falsos negativos, pero más rara vez, lo cual se traduce en no reconocer que sí hay cáncer).
De acuerdo con la USPSTF, entre 10,000 mujeres de 60 a 69 años, unas 808 recibirán un resultado falso positivo después de una prueba de detección.
Un falso positivo puede provocar ansiedad y pruebas de seguimiento innecesarias, además de biopsias, que son incómodas y conllevan un pequeño riesgo de infección.
Otro posible daño es el sobrediagnóstico, el hallazgo de cánceres que nunca pondrán en riesgo la vida.
Los científicos no están seguros de cuán común es esto, porque no hay forma de saber qué tipos de cáncer son potencialmente mortales y cuáles nunca progresarán.
La USPSTF estima que al menos 1 de cada 8 tumores detectados mediante mamografía nunca pondría en riesgo la vida, y que por cada mujer a la que le salva la vida una mamografía, dos o tres serán tratadas innecesariamente. Y los tratamientos para el cáncer de seno, como la quimioterapia, pueden tener efectos secundarios fuertes y duraderos.
Ciertas personas podrían estar en mayor riesgo de sufrir algunos daños por la prueba de detección que otras. Por ejemplo, si te han dicho que tienes senos densos, tienes más probabilidades que otras mujeres de tener una biopsia de seno por un resultado falso negativo, falso positivo o que sea innecesaria, de acuerdo con la USPSTF. Someterte a una prueba de detección a edades más tempranas, como a los 40 años, también aumenta la probabilidad de recibir un falso positivo.
Sobre qué debes hablar con tu médico
Así que, ¿qué debes hacer? Ante la complejidad de este problema, las mujeres y sus médicos deberían usar un proceso llamado toma de decisión compartida, dice Ana María López, MD, MPH, presidente anterior inmediata del Colegio Americano de Médicos (ACP).
Esto significa considerar los daños y beneficios de la mamografía, así como tus preferencias, y tener una discusión exhaustiva sobre tus antecedentes de salud personal y el historial médico de tu familia.
Los dos últimos ayudan a tu médico a darte una idea, en términos generales, del riesgo de cáncer de seno. Eso es esencial porque las diversas recomendaciones de los expertos son solo para mujeres con un riesgo promedio o ligeramente elevado.
(Los factores que llevan a un riesgo ligeramente mayor de cáncer de seno incluyen el uso de terapia de reemplazo hormonal, períodos menstruales que comenzaron antes de los 12 años o que continuaron después de los 55 años, un historial de afecciones no cancerosas como senos densos, obesidad, tabaquismo y consumo excesivo de alcohol).
Si tienes un alto riesgo, (los factores que pueden colocarte en esa categoría pueden incluir antecedentes personales o familiares de cáncer de seno, portadores de una mutación genética BRCA1 o BRCA2, y un historial de múltiples radiografías de tórax o tratamientos de radiación en el tórax), es necesario que sigas un plan de detección diferente al de otras mujeres. Tu médico puede ayudarte a diseñarlo.
La Sociedad Americana contra el Cáncer (ACR), por ejemplo, ofrece directrices para las mujeres cuyo riesgo de por vida del cáncer de seno se calcula en alrededor del 20% o más. (El riesgo promedio de por vida es de aproximadamente el 12%, según el Instituto Nacional del Cáncer). Estas directrices incluyen someterte a una resonancia magnética de senos y una mamografía anualmente a partir de los 30 años. Incluso puedes ser elegible para ensayos clínicos de nuevos tipos de pruebas de detección, dice López.
Para las mujeres con un riesgo promedio o ligeramente elevado de cáncer de seno, el ACP recientemente lanzó una nueva guía que sintetiza las diferentes series de recomendaciones en unos pocos consejos simples. Para crear las directrices, la organización evaluó y calificó cada serie de consejos, utilizando criterios tales como el rigor de la ciencia que se utilizó en su desarrollo, la claridad y la falta de conflictos de intereses entre sus autores.
Puedes usar la guía del ACP cuando hables con tu médico y para ayudarte a responder las 4 preguntas clave a continuación.
1. ¿Cuándo debes empezar a realizarte la prueba de detección?
Qué dice la guía del ACP: las mujeres de entre 40 y 49 años deberían tener la opción de hacerse una prueba de detección de cáncer de seno, y los médicos deberían hablar sobre los daños y beneficios del examen durante estos años. Los proveedores de atención médica deben comenzar a ofrecer pruebas de detección a las mujeres a partir de los 50 años.
Qué otros aspectos debes considerar: la edad es el factor de riesgo más importante para el cáncer de seno para la mayoría de las mujeres, y los mayores beneficios de la prueba se observan en mujeres de 60 años, según la USPSTF. Comenzar la prueba de detección a los 50 años es cuando el riesgo creciente de cáncer de seno probablemente supera los riesgos de esta prueba, dicen la Fuerza de Trabajo y el ACP.
Aun así, el consejo aquí varía. La ACS recomienda comenzar la prueba de detección a los 45 años, mientras que la ACR dice que debe comenzar a los 40. “Ciertamente creemos que los beneficios de la prueba de detección superan con creces cualquiera de los posibles daños”, dice Geraldine McGinty, MD, MBA, presidente de la junta de rectores de la ACR.
No olvides que cuanto antes comiences la detección, es más probable que tengas una falsa alarma.
2. ¿Con qué frecuencia debes hacerte una mamografía?
Lo que dice la guía del ACP: la prueba de detección debe ofrecerse cada dos años, desde los 50 hasta los 74 años.
Qué otros aspectos debes considerar: las guías del ACP y de la USPSTF están alineadas, mientras que el ACS dice que la prueba debe realizarse anualmente a partir de los 45 años, y cada dos años a partir de los 55 años. La ACR recomienda la prueba de detección cada año.
El ACOG dice que cuando te sometas a una prueba de detección cada año o cada dos años debe ser una cuestión de preferencia, con base en la toma de decisiones compartida con tu médico. No olvides que, cuanto más frecuente sea el examen, más probabilidades tendrás de experimentar daños relacionados, como el sobrediagnóstico.
3. ¿Cuándo debes dejar de hacértelas?
Qué dice la guía del ACP: no es necesario que las mujeres mayores de 75 años, o aquellas que tienen una esperanza de vida de 10 años o menos se hagan la prueba.
Qué otros aspectos debes considerar: la última vez que la USPSTF abordó esta pregunta, en 2016, concluyó que no se contaba con suficientes pruebas para hacer una recomendación definitiva sobre la prueba de detección del cáncer de seno para personas mayores de 75 años. El ACOG dice que las mujeres de 75 años o más deben hablar con su médico acerca de si las pruebas representan un beneficio para ellas, mientras que el ACS dice que cualquiera que espere vivir 10 años más debería continuar haciéndose la prueba de detección.
4. ¿Qué sucede con los exámenes de seno?
Qué dice la guía de ACP: no es necesario que los médicos realicen pruebas clínicas de seno de rutina.
Qué otros aspectos debes considerar: hay poca evidencia de que, si un médico hace un chequeo médico de tus senos, el riesgo de morir de cáncer de seno disminuya. Los grupos principales suelen no recomendar esta prueba, aunque el ACOG dice que se puede ofrecer como una opción cada 1 o 3 años para mujeres de 25 a 29 años, y anualmente para mujeres mayores de 40 años.
Y no hay necesidad de que te hagas examinar regularmente los senos, pero es una buena idea que conozcas cómo tu cuerpo debería sentirse normalmente. “Considero que sigue siendo importante que las mujeres tengan una idea general del contorno normal de sus propios senos”, dice Elmore. “Debido a que una gran proporción de los cánceres de seno todavía son detectados por las propias mujeres, no por las pruebas de detección”.
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