Los ‘rugientes’ años veinte

“Que es un soplo la vida…”, canta Carlitos Gardel, “…Que veinte años no es nada…”.

Y sí, pasa rápido la vida. Yo todavía me acuerdo -como si fuese ayer- de cuando recibimos al siglo XXI, veinte años atrás. La vida es un soplo, veinte años no es nada, y esta semana llegamos a 2020.

Exactamente un siglo atrás, daba comienzo otra década que sería recordada como los “Rugientes años veinte” (The Roaring Twenties). El periodo entreguerras de comienzos del Siglo XX fue una era progresista, de prosperidad económica y cultural. Una era con jazz de música de fondo y con mujeres reclamando su derecho a votar y a ser consideradas.

“The Roaring Twenties” fueron testigos de desafíos al estatus quo que no se limitaron a la música y al auge del jazz, sino que alcanzaron ámbitos sociales y políticos, entre ellos el nacimiento del Movimiento Feminista de la primera ola. El 18 de agosto de 1920 fue ratificada la Enmienda 19, que finalmente reconoció el derecho de las mujeres a elegir a sus representantes.

Mucho ha cambiado en estos cien años. Mucho aún debe cambiar. Todavía quedan obstáculos que vencer, paradigmas que cambiar, estatus quo que desafiar.

Las “suffragettes” y las feministas del siglo pasado siguen su labor en este siglo a través del movimiento #MeToo y de millones de activistas, que cada día alcanzan logros impensados cien años atrás. Aunque parezca mentira, en el Siglo XXI, las mujeres latinas promedio siguen recibiendo 54.47 centavos, por cada dólar de pago que recibe un hombre blanco, haciendo el mismo trabajo.

Mucho ha cambiado en estos cien años. Mucho aún debe cambiar.

Los “rugientes años veinte” se despidieron tan rugientes como transcurrieron, con el rechazo a la prohibición al alcohol, el desplome de Wall Street de 1929 y la “repatriación” de más de 400,000 mexicanos, muchos de ellos ciudadanos estadounidenses, a quienes usaron como chivo-expiatorios y culparon por la caída de la bolsa de ese entonces. Cien años después, los inmigrantes siguen siendo el chivo-expiatorio de todos los males. En el año fiscal de 2018, el Gobierno estadounidense “repatrió” a más de 256,000 mexicanos.

Empezamos una nueva década con un presidente que enfrenta un juicio político, con una posible guerra en el Medio Oriente, con una sociedad altamente polarizada y con un planeta amenazado por la contaminación ambiental.

Cualquier año, década o siglo es bueno para alzar la voz, reclamar nuestros derechos y cambiar viejos paradigmas. Será cuestión de seguir “rugiendo”, de seguir desafiando modelos caducos de discriminación, tanto raciales, como culturales y de género.

Que esta década sea tan rugiente como lo fue un siglo atrás.

¡Feliz 2020!

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