James Corden confiesa que acudió a terapia para rebajar su ‘arrogancia’, la fama se le subió a la cabeza
"Empecé a comportarme como una especie de niño caprichoso" aceptó el famoso conductor británico
Puede que a día de hoy sea uno de los presentadores y cómicos más famosos del mundo entero gracias a sus éxitos en la televisión estadounidense, pero lo cierto es que James Corden, quien también ha protagonizado la denostada nueva adaptación cinematográfica del musical ‘Cats’, ha reconocido abiertamente que su ‘ego profesional’ se disparó mucho más cuando, años atrás y en su Inglaterra natal, se dio a conocer ante el gran público gracias a la comedia de la BBC ‘Gavin & Stacey’.
“Empecé a comportarme como una especie de niño caprichoso, y en general creo que no lo soy. Esa primera toma de contacto con la fama puede intoxicarte, y la verdad es que puede resultar aún más tóxica cuando no estás predispuesto a ello. Llegué a convertirme en una persona muy arrogante”, ha confesado el propio humorista en su programa ‘The Late Late Show’.
Teniendo en cuenta la gravedad de la actitud que solía exhibir ante sus seres queridos, sus padres y sus hermanas decidieron intervenir directamente para que James reconsiderara su conducta y tomara medidas efectivas para paliar sus efectos, como la de acudir a terapia psicológica.
“Me di cuenta de que solía ser mejor persona y al final claudiqué, me apunté a terapia”, ha añadido el intérprete en presencia de su propia madre, Margaret, quien no lo tuvo precisamente fácil a la hora de convencer a su famoso hijo sobre lo erróneo de su comportamiento sin perder en algún momento los nervios. “Era muy complicado tratar de decirle: ‘Mira, James, estás siendo un auténtico imbécil’, pero sin hacerle daño. Sus hermanas eran diferentes, le decían directamente: ‘No seas un idiota'”, ha aseverado ella.