¿Es malo comer la piel del pollo?
La piel del pollo es la parte más calórica del animal y es por ello que en muchas ocasiones se limita su consumo. ¿Pero es mala para la salud? Te sorprenderán sus beneficios
El pollo es una de las proteínas animales más consumidas en todo el mundo y es que su carne blanca está repleta de bondades. Su mayor virtud en gran parte se debe a su grandioso valor nutricional que lo vuelve una proteína de alto valor biológico, también se trata de una carne baja en grasas, con poco aporte calórico, es saciante, versátil y económico.
Es utilizado en culturas de todo el mundo y de ello se derivan miles de formas de cocinarlo, una de las más deliciosas es rostizarlo con piel. Sin embargo en los últimos años se ha abierto un debate sobre quitar o no su piel, se dice que consumirlo con piel puede intervenir en subir de peso y también debido a su contenido en grasas puede alterar el equilibrio de ciertos niveles básicos, como son el colesterol, los triglicéridos y el azúcar.
¿Qué dicen los especialistas?
Después de analizar el tema diversos especialistas a nivel mundial, han concluido que comer el pollo con piel o sin piel es una decisión que se deberá basar meramente en preferencias de los consumidores. Inclusive expertos en nutrición de la Universidad de Harvard afirman que la piel de pollo ha sido tachada como un enemigo para la salud y el peso corporal de manera injusta.
Si es un hecho que la piel del pollo es grasa y por ende aumenta el valor calórico de la carne, sin embargo es importante señalar que está grasa no es saturada (a las grasas saturadas se les relaciona con efectos negativos sobre la salud cardiovascular, sobretodo por que tienden a subir los niveles de colesterol en la sangre y tapan las arterias). Adicionalmente cocinar el pollo con piel tiene suculentos beneficios, es el mejor aliado para obtener una carne jugosa y llena de sabor; gracias a la piel la carne se mantiene húmeda durante la cocción.
Uno de los mitos más populares que surgió en torno al consumo del pollo con piel, fue la teoría sobre las sustancias negativas que albergaba la piel sobretodo enfocado a hormonas y antibióticos, que se relacionan con efectos contraproducentes para la salud humana. También la seguridad alimentaria es un tema que ha preocupado a muchos, ya que se tuvo la creencia de encontrar la piel como una fuente de contaminación microbiana y lo cierto es que cuando un pollo está infectado por bacterias como es el caso de la salmonela o la listeria monocytogenes.
A la vez el consumo de pollo con piel no sólo se asocia con beneficios culinarios y en cuestiones de sabor, la piel es portadora de grasa insaturada que resulta un buen aliado para el corazón, esto también se debe a su buen contenido en ácidos grasos Omega 3 y 6. También reduce el apetito y evita el uso de aceites adicionales.
Lo cierto es que la recomendación para gran parte de los programas de adelgazamiento es consumir la pechuga de pollo sin piel y asada, ya que la grasa que desprende se queda en el jugo. Sin embargo es momento de quitarle esa mala fama a la piel de pollo y considerarla como un buen aliado en la cocina.