Telescopio espacial Hubble | Kathryn Sullivan: “Hoy es mil veces mejor que cuando lo pusimos en órbita”
En entrevista con BBC Mundo, la astronauta de la histórica misión que lanzó al Hubble habla de los logros del telescopio
No solo ha deslumbrado a millones de personas en el mundo y perdurado más del doble de lo previsto, también es hoy “mil veces mejor” que en sus inicios.
El telescopio espacial Hubble, uno de los instrumentos científicos más extraordinarios de la historia, cumple 30 años en el espacio.
“Los avances cosmológicos que ha permitido el Hubble son masivos, legendarios“, dijo a BBC Mundo Kathryn Sullivan, exastronauta de la NASA.
Sullivan fue uno de los cinco tripulantes de la histórica misión del transbordador espacial Discovery que despegó el 24 de abril de 1990 con el preciado telescopio a bordo y lo colocó en órbita un día después.
Pero el Hubble no solo ha revolucionado la astronomía. También se ha convertido en un ícono.
“Todos hemos visto imágenes espectaculares captadas por el Hubble en nuestras computadoras y celulares. Es el único instrumento científico que conozco que se ha transformado en un símbolo tan adorado en la cultura popular”, afirmó Sullivan.
La astronauta compartió con BBC Mudo relatos poco conocidos de la historia del telescopio, reunidos en el libro “Huellas sobre el Hubble” (Handprints on Hubble), que escribió con motivo del aniversario.
El sueño de un telescopio espacial
Colocar un telescopio en el espacio fue la culminación de un sueño de décadas.
Ya en 1946 el astrónomo estadounidense Lyman Spitzer publicó un célebre artículo en el que planteaba las ventajas de un observatorio espacial.
Pero la visión de Spitzer se adelantaba a su época. Y hacerla realidad requirió muchos años de avances en ingeniería.
¿Por qué un telescopio espacial? “Me gusta citar a James Odom, uno de los directores del programa Hubble”, señaló Sullivan a BBC Mundo.
“Él decía que intentar ver estrellas desde la Tierra es como querer mirar aves desde el fondo de un lago.
“Y es que la atmósfera siempre tiene partículas de agua y polvo que afectan la luz que nos llega. Esa turbulencia hace que las estrellas ‘titilen’ cuando en realidad no lo hacen.
“Además, la atmósfera impide la llegada de algunas formas de radiación, como la ultravioleta. Sólo un telescopio en el espacio podía abrir grandes puertas a la astronomía”.
Héroes olvidados
Fue recién en 1977 que la NASA encargó a la empresa Lockheed Martin el diseño y la fabricación del telescopio espacial, que en 1983 pasó a llamarse Hubble en honor del astrónomo estadounidense Edwin Hubble.
El lanzamiento del telescopio estaba previsto para 1986, pero la explosión ese año del transbordador Challenger y la muerte de sus siete tripulantes obligaron a un cambio de planes.
Desde 1986 hasta 1990, Sullivan y el astronauta Bruce McCandless, otro integrante de la misión que puso al Hubble en órbita, trabajaron intensamente con los ingenieros de Lockheed Martin y de la NASA.
Componentes y herramientas debieron ser no solo adaptados sino inventados para permitir algo sin precedentes: reparar un telescopio en órbita.
Cada herramienta debía ser probada por astronautas sumergidos en grandes tanques de agua que simulaban la falta de gravedad en el espacio.
“El Hubble es el único satélite científico que ha mejorado con el tiempo y esto es gracias a los ingenieros que diseñaron al telescopio desde un principio para que pudiera recibir mantenimiento en órbita”, afirmó Sullivan.
Para la astronauta es crucial comprender que el hecho que se le pudiera hacer mantenimiento “no es algo que pueda agregarse; debe estar incorporado desde el diseño”.
Y fue esa visión lo que permitió al Hubble mejorar con el tiempo.
Cinco misiones de transbordadores, las llamadas misiones de servicio entre 1993 y 2009, reemplazaron instrumentos en el telescopio y actualizaron su capacidad tecnológica.
“Yo quise hablar en mi libro sobre el papel de los ingenieros, esos héroes olvidados, gracias a los cuales el telescopio es hoy mil veces mejor que cuando lo pusimos en órbita. Es una historia del Hubble que no se ha contado”.
Un error catastrófico
La tripulación del Discovery completó el 25 de abril de 1990 la delicada operación de colocar al telescopio en el espacio.
“El Hubble es tan grande como un autobús y cabía tan justo en el compartimiento de carga del Discovery como un pan en su molde”, recuerda Sullivan.
El brazo robótico del transbordador levantó cuidadosamente el Hubble y lo colocó en su órbita a más de 500 km de la Tierra.
En los días siguientes, astrónomos de todo el mundo esperaban ansiosamente las primeras imágenes del telescopio que había costado más de mil millones de dólares. Pero las expectativas se evaporaron en forma estrepitosa.
“Pasaba el tiempo y no había noticias sobre las imágenes. Y de pronto la NASA dio una conferencia de prensa en la que varios altos funcionarios, con caras de shock, tuvieron que confesar al mundo que el telescopio no podía enfocar correctamente“, recordó Sullivan.
“La razón era que el espejo principal, de 2.4 metros de diámetro, debía tener una curvatura muy particular. Había sido pulido con un error de una fracción de un cabello humano. Era un error minúsculo pero catastrófico para el telescopio”.
El Hubble pasó a ser ridiculizado por congresistas, comentaristas y hasta comediantes.
“Fue realmente devastador y muchos en la NASA se cuestionaron la confianza en sí mismos. Se preguntaban cómo pudo un error tan fundamental pasar desapercibido a pesar de todos los controles.
“Y no olvidemos que esto ocurrió luego de la tragedia del Challenger, por lo que algunos cuestionaron incluso la competencia misma de la NASA cuestionando si había perdido el rumbo y que había sido capaz de poner al hombre en la Luna pero ahora ni siquiera puede construir un telescopio”.
Los lentes de contacto más famosos
La NASA tardó tres años en hallar una respuesta a la visión borrosa del Hubble.
Y la solución fue poner en el telescopio el equivalente de lentes de contacto.
Sustituir el gran espejo en las entrañas del Hubble no era una opción. La solución fue en cambio interceptar la luz borrosa emitida desde el espejo y corregirla antes de que llegara a los instrumentos científicos dentro del telescopio.
La empresa subcontratada para construir el espejo (Perkin-Elmer) cometió un gran error, “pero fue un error muy preciso, por lo que fue posible calcular exactamente cómo corregir el defecto”, señala Sullivan.
“Es lo que hace básicamente un optometrista cuando necesitamos lentes”.
La primera misión de servicio del Hubble en 1993 reemplazó la principal cámara para captar imágenes con una nueva con espejos correctores.
Pero la gran pregunta era cómo colocar espejos delante de todos los otros instrumentos.
Sullivan relató que la inspiración para hallar una solución a este problema ocurrió en el lugar menos esperado, una ducha.
“Esto me lo confirmó el propio ingeniero que halló la solución, Jim Crocker, de Lockheed Martin. Él estaba tomando una ducha durante un viaje a Europa, donde tienen cabezas de duchas en barras movibles que se pueden subir o bajar dependiendo de la altura de la persona”.
“Ése fue el momento del eureka. ‘Ahí está la solución’, dijo Jim Crocker, quien diseñó entonces un brazo movible con distintos espejos correctores que se extendían para colocarse con total precisión delante de cada uno de los instrumentos”.
Los espejos concebidos por Crocker fueron instalados también en la misión de 1993.
Los logros del Hubble
Desde que recuperó su visión, el Hubble ha superado todas las expectativas.
“Nos ha permitido mirar más profundamente y más atrás en el tiempo que nunca”, afirmó Sullivan.
“Sólo para dar algunos ejemplos, nos ha permitido explorar las cunas estelares, esas grandes nubes de gas donde se forman estrellas. También ha hallado planetas enanos y discos protoplanetarios, las nubes de materia en las que se forman los planetas en torno a las estrellas”.
El Hubble proporcionó además la primera evidencia de la existencia de un agujero negro.
“También hizo posible medir por primera vez con precisión cuán rápidamente se expande nuestro universo y permitió descubrir el primer planeta que orbita una estrella distinta de nuestro Sol”.
Espectáculo tecnicolor
De todas las imágenes captadas por el Hubble, una de las favoritas de Sullivan es la conocida como campo ultraprofundo del Hubble o Ultra Deep Field.
Es una de las imágenes que más simboliza el poder del veterano telescopio.
“Los astrónomos decidieron enfocar e Hubble, en una exposición prolongada, a una parte del espacio que de acuerdo a las observaciones en tierra estaba vacía”, explicó la exastronauta.
“Lo que Hubble reveló fue un espectáculo tecnicolor. Y lo que vemos no son estrellas sino miles y miles de galaxias fuera de nuestra Vía Láctea, miles de galaxias en donde pensábamos antes que no había nada.
“El Hubble nos ha enseñado que ningún lugar está vacío en el universo”.
El futuro del telescopio
¿Qué sucederá con el adorado Hubble? La NASA puso fin al programa de transbordadores espaciales en 2011, por lo que no habrá misiones que puedan reparar fallas futuras en el telescopio.
La agencia planea lanzar en 2021 un nuevo telescopio espacial más potente, el James Webb.
“En mi opinión, la NASA enfrentará una decisión dura algún día: si continuar operando el Hubble o si debido al costo de operar los dos telescopios optar por centrar todos los esfuerzos en el James Webb”, afirmó Sullivan.
La última misión al Hubble colocó un dispositivo externo, una especie de asa en el telescopio.
“Si la NASA decide que Hubble cese de operar, una sonda robótica podría en principio asir al telescopio y hacerlo descender en forma controlada para que caiga en un lugar preciso y seguro, como el medio del océano”.
Huellas en el Hubble
Pero el Hubble continúa de momento explorando el espacio.
El último astronauta que tocó el telescopio fue John Grunsfeld en la misión de servicio de 2009.
“Quiero desear al Hubble sus propias aventuras y que con los instrumentos nuevos que hemos instalado siga develando misterios del universo”, señaló Grunsfeld luego de dar una palmada afectuosa al Hubble, como si se despidiera de un amigo.
Las huellas de Grunsfeld y otros astronautas aún pueden verse en el telescopio.
Para Kathryn Sullivan, esas huellas son apenas la punta del iceberg: representan el trabajo de cientos de científicos e ingenieros que hicieron posible que 30 años después del lanzamiento del gran Hubble, sus ojos sigan escudriñando el universo.
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