Acusan a inmigrantes de disturbios en una cárcel de ICE tras rehusarse a la prueba del coronavirus
La versión oficial dice que los detenidos se atrincheraron, causaron destrozos y para contenerlos fueron rociados con gas pimienta
Un grupo de inmigrantes recluidos por la Oficina para el Control de Inmigración de Aduanas (ICE) en una cárcel operada por el Sheriff del condado Bristol, en Massachusetts, fueron rociados con gas pimienta por los guardias de seguridad al registrarse la noche del viernes un violento altercado generado por el desconcierto que se vive al interior de los centros de detención debido a la pandemia del coronavirus.
Tanto ICE como el sheriff Thomas M. Hodgson culparon a los inmigrantes de ocasionar disturbios porque, según las autoridades, se opusieron a que les practicaran las prueba del coronavirus.
Sin embargo, abogados y familiares aseguran que los detenidos no se oponían a la prueba de diagnóstico, sino a la reubicación hacia un área donde temen que estarán más expuestos al contagio, además de que las autoridades carcelarias pretendían hacerlos firmar un documento para admitir que las condiciones del lugar son buenas.
“El altercado se desató porque los detenidos se rehusaron a que el personal médico les hiciera la prueba del coronavirus”, insistió el sheriff Hodgson, quien es un político controvertido al estilo de Joe Arpaio en Arizona, un jefe policíaco que ha encabezado operativos de persecución de indocumentados, un fiel colaborado de ICE y un incondicional del presidente Donald Trump.
“Nuestro equipo médico me alertó y aconsejé a los detenidos que por su salud y la salud de sus compañeros detenidos y de nuestro personal debían someterse a pruebas en la unidad médica. Los detenidos se negaron a cumplir, se convirtieron en combatientes y pusieron en riesgo sus vidas y la de muchos oficiales debido a sus acciones imprudentes”, acusó Hodgson en una declaración por escrito.
El altercado ocurrió en el centro de detención de ICE “C. Carlos Carreiro”, ubicado en la localidad de Dartmouth y administrado por la Oficina del Sheriff de Bristol.
Se trata del noveno caso de violencia que se reporta en cárceles para inmigrantes en medio de la incertidumbre y el temor ante la propagación del coronavirus en esos centros de detención.
Al 2 de mayo se habían detectado 561 casos de coronavirus al interior de las cárceles de ICE -522 detenidos y 39 empleados-. De los casi 30,000 inmigrantes recluidos en todo el país, a 1,073 les han hecho la prueba para COVID-19, prácticamente la mitad, ha dado positivo.
La versión inverosímil
Según la Oficina del Sheriff del condado de Bristol, el incidente del viernes comenzó luego de que una decena de detenidos manifestaron tener síntomas de COVID-19.
“Los detenidos se negaron a hacerse la prueba de COVID-19 y cuando se les notificó que debían hacerse la prueba por decir que presentaban síntomas, se abalanzaron violentamente contra el sheriff Thomas M. Hodgson y los oficiales de la correccional, se encerraron dentro de la instalación, arrancaron lavadoras y tuberías de la pared, quebraron ventanas y destrozaron toda la unidad”, refiere el comunicado oficial.
Además, señala el comunicado de la Oficina del Sheriff, los inmigrantes atacaron a los guardias, a los perros de la unidad K-9 y un equipo de respuesta especial cuando intentaron ingresar al área donde se atrincheraron.
Los guardias utilizaron el spray pimienta para contener a los inmigrantes, quienes fueron aislados en celdas y podrían enfrentar cargos criminales por daños y agresión, confirmaron las autoridades.
Tras la refriega en la que al menos 25 detenidos fueron rociados con gas picante, tres inmigrantes tuvieron que ser transportados a un hospital donde se reportaban en condición estable.
El sábado portavoces de ICE repitieron la versión oficial del Sheriff de Bristol de que el incidente había sido ocasionado por los inmigrantes que supuestamente se negaban a que les hicieran el diagnóstico.
Testimonios con pimienta
Pero lo que cuentan abogados y familiares los detenidos es muy diferente al dicho de las autoridades.
La hermana de un detenido refiere que su hermano que le llamó por teléfono para decirle que los guardias los habían rociado con gas pimienta porque se negaban a firmar documentos que decían “todo está bien con las condiciones” de la cárcel.
“Los oficiales empezaron a agarrarnos y empujarnos con fuerza y luego empezaron a tirar el gas pimienta”, según el testimonio del detenido que refiere la hermana. “La gente de adentro no podía respirar y muchos de nosotros nos desmayamos. Nuestra piel comenzó a hincharse como si tuviéramos una alergia. Los guardias empezaron a quebrar vidrios para poder culparnos de causar un disturbio”.
Las declaraciones de otros familiares y abogados indican que los detenidos no se rehusaban a que les practicaran la prueba médica, sino que estaban preocupados de que las autoridades los colocaran en un área donde pueden estar expuestos al coronavirus.