Dormirán en el hipódromo de Santa Anita: el jinete mexicano Víctor Espinoza sale de su casa tras dos meses en cuarentena
El ganador de la Triple Corona explica que el único contacto de los jinetes será con los caballos
Cuando el pasado 20 de marzo el hipódromo de Santa Anita, localizado en el área de Los Ángeles, cerró sus puertas debido a la pandemia del COVID-19, Víctor Espinoza hizo algo que para él fue toda una rareza: estar en su casa.
El legendario jinete mexicano estaba muy preocupado y hasta temeroso por la situación.
“Yo era uno de los primeros que se preocupaban por todos los jinetes, no nada más por mí, que teníamos que hacer lo máximo de precauciones, pero era imposible“, relata el hombre de 47 años de edad.
En su cuarentena de dos meses, Espinoza siguió las noticias sobre la pandemia, impresionado por la devastación en todo el mundo, y al mismo tiempo disfrutó estar tranquilo, lo que consideró como “un lujo”.
“Nunca he tenido la oportunidad de estar tanto tiempo en la casa. Cuando trabajo, solo llego a dormir”, reveló en entrevista telefónica. “Aproveché en relajarme y estar ahí sin preocupaciones, hacía ejercicio y no salí para nada”.
La cuarentena terminó para Víctor Espinoza, quien este viernes manejaba desde su hogar en Del Mar, en el condado de San Diego, hasta Arcadia, donde se encuentra Santa Anita.
Espinoza hizo historia en 2015 al montar a American Pharoah en su conquista de la Triple Corona de la hípica estadounidense, algo que no había ocurrido en 37 años, gracias su triunfo en Belmont Park, en el estado de Nueva York, un momento inolvidable que aquí puedes revivir:
En su regreso a la pista el viernes, Espinoza dijo que sería poco a poco, con tres carreras. “La tirada es ganar”, apuntó.
Pero aunque listo para regresar a trabajar, él admite que aún hay riesgo en el ambiente por la pandemia.
“Hay mucho riesgo todavía, no es que uno se descuide. Regreso a montar porque han cambiado mucho las reglas con las precauciones en Santa Anita, han hecho lo máximo que han podido”, comentó.
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Espinoza dijo que él y los demás jinetes que monten en Santa Anita se quedarán en las instalaciones todo el fin de semana, sin la posibilidad de salir, y que por la manera en que se ha reorganizado la logística un jinete no tendrá contacto alguno con ningún empleado del hipódromo.
“Eso me da confianza, no vamos a tener contacto con nadie, solamente con el caballo”, dijo Espinoza, quien solo conoce a un colega jinete que se contagió en esta pandemia, pero “no le pegó fuerte” la enfermedad.
Espinoza dijo que en la prueba de COVID-19 que le hicieron esta semana salió negativo y que habrá mucho control médico alrededor de las decenas de jinetes que trabajen el fin de semana.
Por supuesto, no hay acceso a los aficionados en el hipódromo, otra cosa extraña para el experimentado jinete.
“El primer día se siente uno raro, no está uno acostumbrado a que alguien te grite y te diga algo malo (risas)… Pero ya el tercer día como que se acostumbra uno”, comentó.
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