Los desiertos también seducen a los turistas
Paísajes que seducen a los viajeros
MÉXICO – A veces, los viajeros pueden encontrar todo un mundo de posibilidades en entornos que lucen inhóspitos. Sucede también que, donde aparentemente no hay nada, uno acaba encontrando todo.
Este es el caso de las zonas desérticas, donde la escasez de agua y las condiciones climatológicas permiten acercarse a vistas sorprendentes que, muchas veces, invitan a soñar.
Por ejemplo, entre el norte de China y el sur de Mongolia se encuentra el Desierto de Gobi, con el sistema de dunas Khongoryn Els que también son conocidas como las “arenas cantantes” debido al sonido que impera al pasar el viento. Y en la zona conocida como los “acantilados llameantes”, cualquiera quedará encantado con los fósiles de dinosaurio que, por supuesto, está prohibidísimo llevarse.
Para completar esta experiencia, varios trotamundos optan por dormir en yurtas (también conocidas como gers), las tiendas de campaña redondas que usan los grupos nómadas de la región.
Otro gran escenario que invita a la ensoñación y -cuando sea posible- visitarlo es el Desierto Kalahari que abarca gran parte de Botsuana, así como áreas de Namibia y Sudáfrica.
Este paraíso está lleno de rincones que destacan por su belleza.
Además, en los salares de Makgadikgadi es posible avistar cebras, ñus y antílopes órices tras las lluvias del verano.
Por su parte el Desierto del Namib, en Namibia, Angola y Sudáfrica, ofrece bellas e impactantes postales. Imposible no fascinarse con las Dunas de Sossusvlei, que pueden tener más de 300 metros de altura. Una de ellas, conocida como “Big Daddy”, es todo un reto para los valientes aventureros que se animan a caminarla.
Otro imperdible de ese edén es Deadvlei, ahí destaca un cementerio de árboles que no se han descompuesto debido a la aridez. Por si fuera poco, en este desierto, pocas vistas se comparan con las de la Costa de los Esqueletos, donde las dunas se encuentran con el mar Atlántico.
Ninguna lista quedaría completa sin mencionar al Atacama, en Chile, considerado el desierto más árido del mundo.
Muchos de quienes lo visitan se hospedan en San Pedro de Atacama y de ahí arrancan una expedición a mágicos espacios como el Valle de la Luna y el Valle de Marte, con formaciones rocosas y dunas que evocan un paisaje extraterrestre. Pero existe mucho más por conocer en este mundo.
Hay todo un listado de posibilidades, como observar una carrera de camellos en el desierto de Thar, India; admirar los árboles de Josué en el desierto californiano del Mojave, en Estados Unidos.
Otros querrán moverse por el Desierto de Lahbab, en Emiratos Árabes Unidos, en un auto todoterreno.
Ahora que vivimos circunstancias inéditas, es buen momento para planear una futura travesía que nos permita admirar fascinantes territorios que nos llenen el alma y la vista.
Para saber
Los dos principales desiertos de México son el Sonorense y el Chihuahuense. Ambos ocupan también territorio de Estados Unidos. El Sonorense, que alberga árboles como el palo mantecoso y el palo fierro, abarca partes de Baja California, Sonora y Sinaloa.
El Desierto Chihuahuense es el más grande de Norteamérica y destaca por su gran diversidad, de acuerdo con el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). Alberga más de 300 especies cactáceas, de unas 1,500 que se conocen en total.
¿Y el polvo de Sahara?
En los últimos días, una nube de polvo proveniente del Sahara llegó a México.
El fenómeno es frecuente, pero la concentración de polvo fue mayor a lo común. En las ciudades más grandes del país no estaban previstas mayores afectaciones.
“Se comporta como si en la Ciudad de México tuviéramos una contingencia. Son las mismas medidas sanitarias que debemos tomar en cuenta”, dice Jorge Baruch, médico responsable de la Clínica del Viajero de la UNAM.