Magaly Santos defiende a los trabajadores del campo
La joven activista lucha por la justicia ambiental en los campos de Gonzalez
Cuando era niña, Magaly Santos nunca prestó mucha atención al extraño olor metálico que se filtraba por las ventadas de su casa. Ella y su familia vivían justo fuera de Gonzalez, CA, en un grupo de casas rodeado de campos agrícolas. El olor le daba dolores de cabeza, a veces hasta lo podía saborear. Pero se convirtió en algo normal en su vida en este pueblo cuyos habitantes son mayoritariamente trabajadores del campo hispanos.
En el verano de 2018, a sus 16 años, participó en un programa llamado Youth Academy, organizado por Acción Verde para la Justicia de Salud y Ambiental. Cada sábado durante siete semanas, ella y otros nueve jóvenes aprendieron sobre la deriva de pesticidas y los síntomas de la exposición a ellos. Quedó asombrada. “Por ley, los dueños de las plantaciones tienen que informar a quienes viven cerca de los campos que van a fumigar, días o incluso semanas antes de hacerlo, pero nunca nos advirtieron”, dice Santos.
Tras el programa, los participantes acompañaron a los organizadores a plantaciones cercanas para hablar directamente con los dueños. La mayoría de ellos se negó. Para Santos, era intimidante aproximarse a los dueños, que eran blancos y de habla inglesa. También fue fortalecedor. Por primera vez se dio cuenta del gran don que es ser bilingüe. “Vivo en esta comunidad aislada donde pocos hablan inglés”, dice Santos. “Pero les puedo decir a los dueños, ‘ustedes están haciendo daño, y no lo pueden ocultar’”.
El verano siguiente, Santos regresó a la Youth Academy para trabajar con un nuevo grupo de jóvenes. Y lanzaron una campaña para educar a la comunidad sobre la exposición a los pesticidas, yendo a sus hogares, a sus iglesias, llamando por teléfono. Muchos conocían el programa pero tenían miedo a hablar.
Ese agosto, los jóvenes celebraron una reunión con la comunidad. El comisionado de agricultura del Condado de Monterey asistió, y dos representantes del Departamento Regulador de Pesticidas dieron una presentación sobre cómo los trabajadores pueden protegerse de los pesticidas y reportar violaciones. “Tener representantes del gobierno allí les tranquilizó”, dijo Santos.
En otoño pasado, Santos participó en un programa para organizar a líderes agrícolas femeninas, lo cual abrió un nuevo mundo de activismo para ella. “Sabía que los pesticidas afectan a la salud y al medio ambiente. Pero no comprendí la relación de esto con la justicia climática”, dice. La capacitación le permitió diseñar el currículo para una tercera Youth Academy, la cual empezó en enero.
“Ver cómo los miembros de mi comunidad responden cuando los animamos a alzar su voz, hace sentirme realizada y feliz”, dice Santos. “Me gusta informar a la gente y darles lo que necesitan. Quiero que esto sea mi trabajo”.