Quién es El Marro, el capo mexicano que se hizo famoso con el robo de combustible
El capo del cártel de Santa Rosa de Lima mantiene una guerra en Michoacán que ha cobrado cientos de víctimas
MÉXICO- En tan solo una década, José Antonio Yépez, “El Marro”, pasó de robar camiones a ser el líder del Cártel Santa Rosa de Lima (CSRL), el grupo criminal que roba combustible y tiene aterrorizado al estado mexicano de Guanajuato, que este miércoles visitó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las primeras señales de la vida delictiva del Marro se remontan a 2010, cuando fue detenido por asaltar camiones de carga, pero fue dejado libre y cambió al robo de hidrocarburos de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en Guanajuato, donde se asienta la refinería de Salamanca, una de las más grandes del país.
El Marro acumuló poder y fuerza porque el robo de combustible fue por años una de las mayores industrias criminales, hasta que el gobierno del presidente López Obrador puso fin a un suculento negocio de 65,000 millones de pesos (unos $2,888 millones de dólares) anuales y comenzó la persecución del cártel.
En la era del huachicol, como se llama al robo de hidrocarburos en México, el Marro escaló a segundo al mando del grupo criminal y para el 2017 ya estaba al frente del cártel que lleva el nombre de su comunidad, situada en el municipio de Villagrán, Guanajuato.
En su carrera delictiva, Yépez recurrió a la familia a la cual hizo el pilar de la estructura del CSRL para alimentar una red de complicidades tan extendida como los ductos petroleros que cruzan decenas de comunidades de Guanajuato.
El líder del CSRL y la guerra contra los cárteles
Su liderazgo del CSRL ha estado marcado por su personalidad violenta y el poder de fuego que le dio a su organización para asumir y defender su terreno ante las intenciones de otros grupos criminales por ampliar su poder en el país.
El Marro le declaró, en 2017, una guerra encarnizada a sus rivales del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que ha colocado a Guanajuato como el estado de mayor violencia y más homicidios del país, además de la presencia policial para combatirlos.
Guanajuato contabilizó 3,540 homicidios en 2019, más del 10 % de los 34,608 sucedidos en todo el país. Y entre enero y mayo suman 1,903 casos.
El capo del Santa Rosa de Lima no ha escatimado alianzas con otros cárteles y entre ellos destaca el apoyo del Cártel de Sinaloa, que les surte de armas y de sicarios para mantener una cruenta batalla por el control del mercado.
La decisión del gobierno de combatir el robo de combustible ha afectado las actividades del Marro, que tuvo que huir del paraíso que se construyó en Santa Rosa de Lima, con piscinas y jardines para evitar ser capturado o atrapado por sus enemigos.
Las crónicas de los medios dan cuenta de que El Marro ha evitado en al menos en cinco ocasiones ser capturado por las autoridades, la dos más destacadas al salir por pasadizos secretos en su mansión y al escapar de una cueva minutos antes de la llegada de la Policía.
Con sus padres detenidos, su progenitor en marzo y la madre este junio, y su esposa presa, El Marro reveló parte de su carácter en un vídeo divulgado recientemente en el que soltó el llanto por su familia, pero también amenazó a sus enemigos y advirtió al Gobierno que peleará hasta el final.
Los orígenes del cártel
Esta organización criminal se remonta al año 2014, cuando se dedicaban al robo de combustible; para el año 2017, el Marro ya estaba al mando del cartel y le declaró la guerra al CJNG, la cual sigue y ha dejado miles de muertos en el centro y oeste del país.
En Salamanca está una de las más importantes refinerías de Pemex en el centro del país y sus redes de oleductos pasan por Irapuato, León, Celaya, Apaseo el Grande, todos ellos municipios convertidos en la zona de operaciones del grupo criminal.
El cártel lleva el nombre de la comunidad de Santa Rosa de Lima, localizada en el municipio Villagrán, de donde es originario el Marro y en donde se construyó una mansión a semejanza de un parque acuático, con piscinas y áreas verdes.
La captura de los familiares del capo supuso un duro mazazo a su liderazgo y aunque aceptó el golpe, advirtió que no caerá tan fácilmente.
“Aunque me quede solo como un perro me les voy a aferrar (…) Voy a ser una piedra en el zapato”, sentenció Yépez Ortiz en ese vídeo, que divulgado a finales de junio, puso rostro y voz al líder criminal.
Por José Antonio Torres