Plan de Trump para suspender impuestos a trabajadores pondría en grave riesgo fondos del Seguro Social
Los efectos negativos a corto y a largo plazo de la orden del presidente son evidentes
Economistas y otros expertos llevan alertando desde hace meses de las fallas con el plan del presidente Donald Trump para suspender los pagos que hacen los trabajadores por concepto de impuestos al Seguro Social y al Medicare.
Entre los cuestionamientos básicos destacan que la medida que el presidente firmó mediante orden ejecutiva el fin de semana solo afecta a quienes se encuentran empleados o en nómina.
La crisis económica en Estados Unidos está estrechamente vinculada y azota a los trabajadores que perdieron sus empleos o que no han podido regresar a los mismos como resultado del coronavirus.
Las cifras oficiales indican que la suma asciende a 16.3 millones.
La medida del Ejecutivo no contempla a este grupo.
El otro asunto que no apunta a un genuino alivio económico para los estadounidenses es el hecho de que la suspensión de impuestos es temporal, por lo que los contribuyentes tendrán que repagar al año siguiente.
“Qué bien le hace esto a las personas si el recorte de impuestos es temporal y eso se tiene que poner en algún lugar para guardarlo para repagar el dinero en un pago final en par de meses a partir de ahora”, indicó a NPR Maya MacGuineas, presidenta de Committee for a Responsible Federal Budget. “Eso realmente ha hecho muy poco para mejorar la economía”, planteó.
Pero todavía hay implicaciones económicas a largo plazo que le restan méritos a la propuesta del mandatario republicano.
En riesgo fondos de Seguro Social
Una de las que más preocupa es el impacto en los ingresos de los referidos programas dirigidos a brindar asistencia en la jubilación o por discapacidad.
En ese sentido, la experta destaca que ya el “Seguro Social está enfrentando inmensas presiones en términos de sus finanzas”. “Deshacerse de la fuente de ingresos que financia el programa va a hacer peor las finanzas”, sostuvo MacGuineas.
La orden de Trump, cuya legitimidad al momento no está clara, no ha recibido mucha atención en el Congreso. Las pocas expresiones en favor de la medida han venido de la Casa Blanca o de asesores cercanos al presidente.
La Cámara de Comercio en Estados Unidos tampoco avala la iniciativa.